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Capítulo 02

I'll stay in the pool and drown...

Actualidad - 2007

— ¿Estás libre? —Preguntó Yuna, sentándose junto a Shoko en el patio de la Escuela de Hechicería—. Dame un cigarro.

—Creí que no fumabas —murmuró la más alta, sacando un cigarro de la cajetilla y de paso el encendedor, ayudando a su amiga a prenderlo.

—Suguru me enseñó. No era muy fan del sabor, pero...

—Entiendo —aceptó Shoko con calma, notando cómo su mejor amiga dejaba la idea en el aire sin querer profundizar en el tema, después de todo, había pasado poco tiempo desde la partida de su amigo pelinegro. — ¿Cómo lo llevas?

No respondió de inmediato. Se mantuvo en silencio durante un momento, limitándose a dar largas caladas al cigarro, dejando que el sabor de la nicotina invadiera su boca, de esa manera no se sentía tan lejos de él. 

Shoko no había podido estar muy al pendiente de Yuna a pesar de que lo había querido, simplemente con la partida del pelinegro se habían incrementado las misiones para hechiceros de bajo rango, llegando con más lesiones de lo habitual y eso la mantenía bastante ocupada, no obstante, sí recordaba lo destrozados que habían llegado hace una semana después de encontrarse con Suguru.

Ella lo había visto primero, dando la señal a ambos de dónde se encontraba. Escuchó que los dos lo habían encontrado juntos; no le dijeron lo que habían hablado, ella tampoco preguntó, pero la mirada perdida le indicó que todo había ido mal. En especial porque se encerraron en sus habitaciones, y cuando no pudo asistir a la maratón de películas al día siguiente -actividad qué le pareció extraña- notó que esos dos se habían encerrado en la habitación de su amigo, y solo el director pudo sacar a Satoru a rastras para las misiones que solo él podía completar.

Shoko lo sabía, incluso sin necesitar de palabras, probablemente ni la propia Yuna estaba enterada de sus propios sentimientos, o simplemente estaba acostumbrada a reprimirlos, pero era obvio lo mucho que amaba al pelinegro, y lo duro que había resultado su partida.

—Estoy jodida —admitió sintiéndose un poco avergonzada, pero Shoko era la persona en que más podía confiar en ese momento, no quería preocupar de nuevo a Satoru.

— ¿Quieres hablarlo? —Volvió a inquirir con calma.

—Es solo... —Hizo una mueca, dando una última calada a su cigarro antes de apagarlo sobre el suelo—. Me hubiera gustado que nos lo explicara, que hubiera hablado con alguno de nosotros... Conmigo. Me hace sentir como si nunca hubiera confiado en nosotros.

—Él confiaba en nosotros —repuso Ieiri—. En ti y en Satoru, más que en nadie.

— ¿Entonces por qué se fue así? —Su voz se cortó, rompiendo el corazón de su amiga, quien por primera vez tomó el valor de voltear a verla. Las notables ojeras, había adelgazado demasiado para una sola semana, los labios secos, la piel un poco pálida, sus ojos rojizos debido al llanto que se negaba a soltar. Suguru la había destrozado y ni siquiera era consciente de eso—. No tiene sentido, es un egoísta.

—Tiene sentido para él.

Ambas se quedaron en silencio durante un tiempo más. Yuna entendía que después de todo Suguru tenía sus razones, y que por algo había tomado esa decisión, pero dejarla sola de ese modo... Había tenido el descaro de ignorar sus intentos desesperados de mantenerlo junto a ellos. ¿Acaso merecía la pena sentirse tan culpable por algo que ella no había provocado? Tomó un fuerte suspiro, levantándose del lugar y estirando sus músculos.

𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐑𝐎𝐁𝐋𝐄𝐌↪【Geto Suguru】[✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora