El ambiente festivo estaba siendo demasiado para mí con el transcurso de la noche y el alcohol había dejado de ser un entretenimiento hacía mucho rato. Nadie se había atrevido a acercarse y conversar conmigo pese a ser observada con tenue discreción, por lo que las horas se estaban haciendo muy largas y hablar con mis comandantes ya no me distraía lo suficiente como para olvidarme de lo cansado que era lidiar con este tipo de acontecimientos. Incluso en las fiestas de Svarr tras un nuevo pueblo conquistado, siempre terminaba alejándome hasta los laterales de la sala o el exterior para tomar aire fresco que me recargase las energías.
Me gustaba relacionarme con quienes peleaban conmigo, con la corte y el pueblo, pero los hombros comenzaban a pesarme en aviso tras un largo tiempo sin estar a solas. ¿Había algo mal en mí? Después de ver a Yasen pasar horas y horas bebiendo y canturreando, a veces me lo había preguntado. También Goran parecía estar cómodo desde un segundo plano.
Aproveché su distracción en busca de más pasteles para marcharme hasta el balcón que se escondía tras las cortinas azul cielo del salón. Estuve vigilando esa zona por un buen rato para cerciorarme de que nadie más que yo estaría allí. Era conocedora del recelo que aún recaía sobre mí, de cuáles eran mis verdaderas intenciones. No iba a ser fácil ganarme la confianza del que pronto también sería mi pueblo.
Las parejas bailaban al ritmo de la música igual que habíamos hecho Deira y yo en un principio, todos parecían estar al menos conformes con la organización de aquella fiesta. Fueron muchos los que se acercaron a Deira maravillados mientras esquivábamos la presencia la una de la otra. Mi papel podría haber sido el de ser la novia junto a la familia real de Niamh, pero eso habría opacado mi gran actuación inicial.
Opté por salir al balcón cuando nadie me observaba. El aire fresco de la noche acarició mi cara y fue entonces cuando pude soltar todo el aire que había estado aguantando sin darme cuenta. Estar en el exterior siempre conseguía devolverme la calma y serenidad que requería ser Tyra Dazhbog.
La primavera era más amable que en el norte, era fresca y húmeda gracias a la vegetación de toda la isla. Alguna vez Goran había sugerido dormir en los jardines para aprovechar este clima nocturno y no era mala idea si olvidábamos las razones por las que estábamos allí.
Cerré los ojos y respiré hondo, mis fosas nasales se impregnaron de la fragancia de las flores, aunque aún no era capaz de asociar esos olores con nombres específicos. Dejé salir el aire más relajada, mucho mejor.
—Tú. ¿Qué te pasa en la cabeza? ¿A qué ha venido eso último durante nuestro baile?
La voz de Deira me sacó de mi trance. Habría esperado que no se hubiese acercado a mí en lo que quedaba de noche, nuestro momento había sido ya demasiado para la princesa. Pero, nuevamente, Deira me sorprendía con otros planes.
Opté por ladear la cabeza para descubrir su gesto malhumorado, era como más tiempo la había visto. Incluso así, no podía dejar de contemplar el turquesa intenso de sus ojos. Aún no le había puesto nombre a lo que me transmitían. Cruzada de brazos, esperaba una respuesta convincente o la peor posible para terminar de echarme a su metafórica jaula de los leones.
—Te dije que no olvidarías lo que ocurriese esta noche, solo cumplí con mi palabra.
—Pero lo que hiciste se ha excedido más allá del protocolo, ¿no lo entiendes? Ahora seremos la comidilla de todo el archipiélago... —Deira se llevó una mano a la frente, ni siquiera ella parecía tener las fuerzas para discutir.
Comenzaba a vislumbrar la necesidad de Deira por cumplir sus deberes de princesa de las Islas Sironas. ¿Quién había puesto esos estándares sobre ella? Su padre no se veía como el hombre temible que era el Emperador, sino más bien como un rey comprensivo que sabía negociar y hacerse respetar con el cuidado de su pueblo.
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Flor de Invierno
FantasyLa guerra que ha durado varias generaciones ha terminado. La conquista gracias al poder del fuego que le fue dado a la familia imperial ha sido un éxito por todo el oeste de Breviel... o casi todo. Siendo Tyra la única hija y heredera del Imperio de...