XVI

383 22 1
                                    




Había decidido pasar un par de días en Nueva York antes de dirigirme a California. Con mis maletas en mano, toqué la puerta de su casa. Frente a mí, su silueta me llenó de nostalgia, y aunque intenté sonreír, me resultó difícil.

La mujer frente a mí tenía el cabello castaño corto y unos ojos azules profundos como el cielo. No dudó en envolverme con sus brazos en un abrazo cálido, ese abrazo que tanto necesitaba en ese momento. ¿Quién mejor que ella para buscar apoyo en una situación así?

"Mamá, lo perdí," susurré recordando las palabras de Charles llenas de desprecio mientras el cabello golpeaba suavemente mi rostro. En los brazos de mi madre pude sentir como me quebraba de nuevo y las lágrimas no paraban de salir de mis ojos.

No quería soltar ese abrazo reconfortante. Mi madre intentó consolarme, pero en ese momento, no había palabras que pudieran hacerme sentir mejor. Con su ayuda y de Rick, su pareja, entré a su casa.

La casa de mi madre era más pequeña que nuestra casa en Montecarlo. Antes de mudarse, había preparado una habitación para mí, de modo que cuando la visitara, tendría un lugar donde quedarme.

La chimenea crepitaba y emanaba un calor acogedor, lo cual era reconfortante debido al frío que hacía en Nueva York en esa época del año. Mi madre apareció frente a mí con una taza entre sus manos, lista para compartir un momento juntas.

"Toma. " sonrió y asentí, llevé la taza a mis labios sintiendo su contenido cremoso resbalaba por mi boca, era chocolate caliente,  definitivamente extrañaba el cariño de mi madre. Rick había salido a hacer un par de compras, lo que me daba más tranquilidad para hablar con mi madre, ella se portaba comprensiva ante la situación.

"Me siento asquerosa. " susurré mientras miraba el fuego arder frente a mí, imaginé escenarios en los viejos tiempos cuando los pueblos llevaban a las mujeres que practicaban brujería o les juzgaban por infieles y eran quemadas en la hoguera, eso era lo que yo merecía.

"Tranquila, Cielo," susurró mi madre con su voz reconfortante y cálida, como un bálsamo para mi angustia. Sus palabras fueron un intento de calmar el torbellino emocional que me invadía. Negué con la cabeza mientras una lágrima más resbalaba por mi mejilla, incapaz de contener el torrente de angustía que me embargaba.

"No lo viste, mamá... su rostro... estaba furioso, parecía otra persona. Charles me odia," susurré entre sollozos, mientras mi voz apenas era un eco de lo que solía ser. Mi madre inclinó la cabeza y esbozó una sonrisa comprensiva.

"Es normal que su reacción fuera esa, pero tú y él han sido inseparables. Sé que un desliz como este no los destruirá," respondió, tratando de inyectar un poco de esperanza en mis oscuros pensamientos. Negué con la cabeza nuevamente, sintiendo un nudo en la garganta que dificultaba mi respiración.

"¿Sabes que es lo que más me duele? es que Charles tenía razón," susurré con un hilo de voz, mientras un aguacero de recuerdos invadía mi mente: los besos de Carlos, sus caricias, nuestras miradas cómplices... todo.

Mi madre intentó ser comprensiva. "Quizá él siente cosas por ti...", aventuró de nuevo, y eso me hizo fruncir el ceño. Desde aquel fatídico día, tenía claro que Carlos Sainz no tenía lugar en su vida para el amor. Él no quería a nadie.

"¿Tú crees que si él me quisiera habría permitido que todo esto pasara? Es un cobarde", dije con amargura, repasando las últimas acciones de Carlos en mi mente. Cada recuerdo de él sobre querer estar conmigo apretaba mi corazón, confirmando la estupidez que sentía por él. Mi madre asintió, y en sus ojos pude percibir la compasión que sentía por mí.

Por primera vez, dejé que las palabras brotaran sin filtro. "Me siento estúpida por haberme enamorado de él," murmuré en voz alta, como si decirlo en voz alta lo hiciera más real.

La rabia ardía en mi pecho mientras mis palabras resonaban en mi mente. ¿Cómo podía haberme dejado atrapar por los encantos de alguien tan indeciso, tan lleno de secretos y mentiras? Era como si mi corazón me hubiera traicionado, permitiéndome enamorarme de Carlos Sainz, el causante de todos mis problemas.

Mis puños se cerraron con frustración. ¿Cómo yo podía haberme convertido en esa persona? Sentí la rabia hacia mí misma, hacia Carlos y hacia toda la situación. La mezcla de emociones que experimentaba era abrumadora, y me odiaba por permitir que Carlos me afectara de esta manera.

No sabía si podría superar lo que había pasado con Charles, pero lo que tenía claro era que jamás permitiría que Carlos Sainz volviera a entrar en mi vida. La rabia y la decepción me impulsaban a mantenerme firme en esa decisión, sin importar cuánto me doliera.

"No deberías ser tan dura contigo misma," mi madre me reprendió con ternura, haciendo hincapié en sus siguientes palabras "Ni con él." Aquello avivó el nudo que sentía en el estómago.

"En ocasiones nos encontramos en situaciones complicadas, donde no somos felices y permanecemos con alguien por mera costumbre. No sé los detalles de esa relación, ni conozco al chico..." agregó. Apenas le había compartido algunos detalles sobre Carlos y Debbie, pero mi madre tenía una idea general, ya que había hablado con la madre de Charles en diversas ocasiones debido a su amistad.

"No me malinterpretes..." Hizo una pausa. "No estoy defendiéndole, lo que hicieron está mal." Hizo una pausa para pensar sus palabras antes de continuar. "Simplemente te hablo desde mi perspectiva. Estoy orgullosa de que tú hayas sido el fruto de mi matrimonio y de tenerte como hija. Sin embargo, mi relación con tu padre no nos hacía felices a ninguno de los dos," confesó con un tono sincero, mientras acariciaba mi cabello con ternura.

Aquello me tomaba por sorpresa, desde lo ocurrido en mi familia ese tema no se tocaba, la pelea y el divorcio habían sido tortuosas acompañado por una disputa de poder por quién se quedaba con los bienes, y una decisión dura de tomar sobre mi tutela hasta cumplir 18 años.

"Supongo que ellos volverán, todos lo sabemos," reflexioné en voz alta, pensando en Debbie, quien no había vuelto a aparecer en redes sociales ni compartido fotos con Carlos. Ella me había borrado de sus redes sociales, lo que confirmó que estaba enterada de la situación con Carlos, pero agradecía no tener que ver sus fotografías con él, eso simplemente me impediría avanzar.  De igual forma, algo dentro de mi afirmaba que pronto habrían noticias de ambos.

"No estés tan segura de eso, en algún momento se cansarán," dijo mi madre con convicción. Fruncí el ceño, sintiendo un destello de resentimiento.

"Pues eso será responsabilidad de él. No me interesa saber qué será de su vida, ni con quién esté" repliqué con sequedad aún cargada de resentimiento, mi madre quién sabía que mentía sonrió de lado.

"Ánimo, Cariño. Saldrás de esto," me animó con cariño, y no pude evitar suspirar de agotamiento ante todas las situaciones que había enfrentado en los últimos meses.

Odiaba a Carlos, y lo decía en serio. Lo odiaba por su falta de hombría y por su indecisión, pero, paradójicamente, lo odiaba aún más por esa parte de mí que seguía aferrada a él.











"Quizá él siente cosas por ti..." continuó mi madre, y no pude evitar fruncir el ceño. Desde ese fatídico día, tenía claro que Carlos Sainz no quería a nadie, mucho menos a mí.

"¿Tú crees que si él me quisiera habría permitido que todo esto pasara? Es un cobarde," expresé, llena de decepción. Cada vez que recordaba sus últimas palabras, donde expresaba su deseo de estar conmigo, mi corazón se retorcía. Mi estúpido corazón, que en ese momento sentía algo por Carlos. Mi madre asintió, y pude ver la pena en sus ojos.

"Me siento estúpida por haberme enamorado de él," confesé en voz alta, por primera vez.

"No deberías ser tan dura contigo misma," me reprendió mi madre. "Ni con él." Se refería a Carlos, y sentí que el nudo en mi estómago se apretaba nuevamente. "En ocasiones nos encontramos en situaciones complicadas, donde no somos felices y permanecemos con alguien por mera costumbre. No sé los detalles de esa relación," agregó. Apenas le había compartido algunos detalles sobre Carlos y Debbie, pero mi madre tenía una idea general, ya que había hablado con la madre de Charles en diversas ocasiones debido a su amistad.





---

Nota: admito que me dio risa escribir la parte sobre la madre de Isa con la de Charles pues me las imaginé chismeando de todo. jajajajaj

¡Espero disfruten! Gracias por leer hasta acá.

Racing to Chaos - Carlos Sainz (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora