Kim Sunghoon estaba malditamente cerca de tragarse la lengua cuando el más sexy hombre que hubiera visto lo miró fijamente. El calor debería de estar afectándole. No había manera de que su sueño húmedo estuviera sentado en ese pedazo de mierda de camioneta con la ropa empapada por el sudor.
Sus ojos fijos en el sexy hombre con el corto cabello castaño.
Sunghoon tenía una urgencia de caminar hacia el lado del pasajero, arrancar la puerta y extraer al hombre de apariencia dulce. El objeto de su deseo estaba ahí sentado, congelado, respirando con dificultad.
Sunghoon se preocupó de que el hombre estuviera sufriendo un golpe de calor. Podía sentir el calor saliendo de la camioneta en oleadas. Estaba más caliente ahí adentro que afuera.
—Es el maldito alternador —el pelirrojo se quejó mientras abría la puerta—. Creo que finalmente murió. —Sunghoon se apartó para que el hombre pudiera abrir la puerta pero seguía viendo al pasajero.
Sus grandes ojos azul zafiro veían a Sunghoon como si tuviera dos cabezas. Sus ojos estaban más grandes porque estaba sentado ahí, congelado. Sunghoon rodeó la camioneta, abrió la puerta del pasajero. —Mi camioneta está mucho más fresca, ¿quieres esperar ahí adentro? —dijo Sunghoon extendiendo su mano.
Cuando el hombre se desabrochó el cinturón de seguridad y se deslizó fuera, el olor golpeó a Sunghoon como una tonelada de ladrillos en su cabeza. Se sentía aturdido, confundido y caliente como el infierno en una fracción de milisegundos.
Ahora su respiración era difícil.
El que estaba ahí, frente a él, era su pareja. Parpadeó y parpadeó de nuevo. Sunghoon era el que estaba congelado esta vez. Su lengua se quedó pegada en el techo de su boca, rehusándose a dejarle hablar.
—Gracias —dijo el hombre deteniéndose a su lado y cerrando la puerta—. Creí que mi cerebro se iba a derretir y salir por mis orejas debido al calor.
—Si. —Sunghoon parpadeó hacia el hombre.
La sexy pequeña belleza señaló hacia la camioneta. ―¿Puedo?
—Si. —Sunghoon parpadeó hacia el hombre.
Su pareja se movió por un lado de él, abrió la puerta, se deslizó al interior y la cerró con un golpe. Sunghoon hizo un guiño de dolor. —No hay necesidad de golpearla.
—Lo siento —el hombre dijo desde atrás del vidrio de la ventana.
Sunghoon se giró y cerró la puerta de la camioneta de la que salió su pareja.
Y entonces se abrió de nuevo.
Sunghoon ignoró eso y caminó al frente de la camioneta. ―¿Tuviste suerte?
—No. Ella murió. —El pelirrojo se giró hacia él—. Mi nombre es HueningKai. —Le extendió la mano.
—Kim Sunghoon. —Sunghoon estrechó su mano—. El taller de Minho está en esta cuadra. ¿Quieres que le diga que mande una grúa por ti?
—¿Y pagar la grúa? Infiernos, no. Puedo empujarla —Kai bufó.
—Te ayudaré. —Sunghoon caminó de regreso a su camioneta, notó que su pareja estaba viendo cada movimiento. Abrió la puerta e inhaló profundamente, preguntándose si Dios había hecho un olor más dulce.
—Voy a ayudar a...
—Primo —él hombre ofreció llenando el espacio en blanco. Sunghoon suspiró aliviado.
—Voy a ayudar a Kai a empujar la camioneta al taller de reparaciones. Quédate aquí.
—Está bien.
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El secreto de Jungwon -SungWon-
DiversosKim Sunghoon descubre que Jungwon es su pareja cuando ayuda a unos chicos cuya camioneta se descompuso en el pueblo. ⚠⚠ -Contenido homosexual, si no te gusta no leas. -Cambiaformas, vampiros, hadas, elfos, etc. -Segundo libro de la saga "Familia Kim...