Día 7. Jugueteo con los dedos

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(Continuación de "+turbación al activo".)
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El azabache acorralo al cobalto en su cama, lo sujeto de sus muñecas para que este no se moviera.

—¿Debo volver a castigarte? Yo creo que si...

El cobalto trataba de soltarse del agarre pero el azabache era más fuerte que él.

—No volverás a masturbarme, ¿o si?

—No. Voy a experimentar algo más antes de hacerte el amor.

—¿Qué? —se asustó ante ello. —Déjame.

El azabache le quito su polera y agarro lo que era una bufanda del cobalto y volvió a atarle las manos, esta vez lo ato en la cabecera de su cama.

—¡Sueltame Shadow! —forcejaba. —¡No volverás a masturbarme!

—¿Quién dijo que iba a masturbarte? Voy a usar otra cosa para darte placer.

El azabache empezó a besar su torno durazno.

El cobalto se mantenía fuerte, pero sentir esa boca y legua disfrutando de su pecho, se le hacia difícil. Más cuando este empezaba a jugar de sus pezones.

—¡Suelta eso!

—Obligame.

El azabache usaba sus dedos para explorar y acariciar el cuerpo del cobalto, en especial sus pezones.

Comenzó a bajar hacia su abdomen hasta toparse con sus pantalones, eso lo molesto. Así que se detuvo para quitárselos y dejarlo en bóxer, era la primera vez que veía al cobalto en esa forma.

Así que para calentar al cobalto, se empezó a desnudar lentamente quedando en bóxer, como aún era de día, se podían ver su pecho y abdomen marcados. Si duda cuando el cobalto vio eso, se sonrojo, y se puso muy nervioso.

Ya no forcejeaba, pues al ver aquellos pectorales marcados, se calentó. Por ende esta vez iba a ser un poco más accesible.

No se espero que el azabache atacara sus labios con un beso agresivo. Por ende respondía con torpeza.

Fue cuando el azabache empezó a guiarlo, para que ambos pudieran disfrutar del beso. Fue en ese beso que el azabache empezó a tocar al cobalto con sus dedos. Daba un recorrido desde su cuello, pasando por su clavícula, llegando a su pezones donde empezó a jugar con ellos, el cobalto soltaba jadeos y más cuando sintió el pulgar del azabache en sus pezones.

Podía sentir como los masajeaba y eso lo estimulaba.

—Shad- —no podía hablar porque el azabache se la pasaba devorando su boca, tanto así que el cobalto le dio acceso a que este metiera su lengua en su boca.

El azabache sonrió victorioso.

Dejo en paz a los pezones del cobalto y siguió tocando con sus dedos hasta llegar a su miembro.

Dejando que el cobalto soltara un gemido ahogado.

El azabache no podía más, le quito el bóxer y ambos despegaron sus labios, con un fino hilo de saliva que los unía.

(¿Lo están disfrutando? Espero que si)

—Sonic, es hora de que te castigue.

Le abrió las piernas y se acomodo en medio de ellas.

—¡Shadow, ¿que piensas hacer?! —estaba alterado.

—Voy a prepararte, para que cuando este dentro de ti, no sea tan doloroso. Además traje un lubricante.

•30 Días OTP•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora