Base Militar del Ejercito Uno.
David Cortez.
Me recargue sobre la silla alzando mis piernas a la altura de mi abdomen para colocarlas sobre la pequeña mesa que tenía frente a mi. Mire hacia el cielo nocturno y exhale lentamente el humo del cigarrillo.
-Crees que lo logren? .- preguntó Curtis limpiando con cuidado la mira telescópica de su rifle.
Lo miré de reojo sin responder.
-Solo digo hermano.- siguió hablando Curtis.- Esto no es una misión. Es sólo cambiar de lugar una maldición que nos va a arrastrar a todos.
-Cómo es que lograste llegar hasta acá? .- pregunte por fin.- O es que esta noche empezaste a ser un cobarde?
Curtis río sin ganas y mirándome a los ojos contestó.
-Todos aquí vamos a pagar por los deseos de un solo hombre de querer tener a una mujer bonita en una jaula de plata. Solo quiere el premio sin pagar las consecuencias.
El sonido lejano de un helicóptero empezó a sonar.
-Si tanto miedo tienes, haznos un favor a todos y largate de aquí. El miedo es como una fruta podrida, se contagia, infecta todo a su alrededor.
Me levanté de mi asiento y me acerque al balcón, mire a Curtis quien tenía un ligero semblante de preocupación en el rostro. Le guiñe un ojo y apunte al helicóptero.
-¿Qué haces?!.- grito.- ¡No David!.
Centré la mira telescópica en el tanque de combustible. Apreté el gatillo.
General Mayor.
-¿Está viva?.- pregunto uno de los soldados acercando el canon de su rifle a uno de los brazos de la mujer.
-Que carajos cree que esta haciendo cadete?!.- grite sintiendo la saliva salir de mi boca como un perro con rabia. Estaba furioso.
Todos los soldados ahí presentes se pusieron firmes.
-Su ineptitud nos puede costar la vida.- dije mirándolo.
-No se confundan.- sobe con fuerza mi sien respirando hondo.- Lo está.- conteste.- Creo que de todos nosotros ella es la que está más viva.- continúe.- Si no se mueve es porque ella así lo desea y créanme señores.- Mire uno a uno a los soldados que estaban alrededor de la pequeña jaula.- No quieren que se mueva.
David Cortez.
- PUM!.- dije con una sonrisa.
-Cual es tu puto problema?.- dijo Curtis empujándome con fuerza.
-Tienes que elegir Curtis.- aun reia.- O eres un cobarde o un estupido. Ambas cosas no se pueden en esta vida. Si tienes tanto miedo tira el helicóptero y acaba con esto de una puta vez.
-Por que no lo haces tu eh?.- su tono era más de un reto que de una pregunta.
-Porque a diferencia de ti, yo no tengo ninguna urgencia en matarla. No me importa si esas cosas sufren. Ella no morirá, aún, pero va a desearlo si no es que ya lo hace.
-Estás tan asustado como yo.- Curtis negó con la cabeza.- Solo que yo no tengo ningún problema en aceptarlo. Y tienes razon hay diferencias entre nosotros, sere un cobarde, pero tu eres un estupido al creer que podrias hacerles frente si un dia deciden convertirnos en su cena.
-Te dare un consejo Curtis.- me acerque a el.- El día que eso pase preocupate porque no te encuentre.- dije lentamente.- Porque si lo hago no dudaré en usarte como escudo humano para huir mientras ellos devoran tus tripas.
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LA ALPHA: ÉXODO
WerewolfSegunda parte del libro La Alpha. NO PLAGIOS. NO COPIAS. NO ADAPTACIONES. OBRA LEGALMENTE REGISTRADA. ANTE CUALQUIER PLAGIO, COPIA O ADAPTACION SE PROCEDERÁ DE LA MANERA CORRESPONDIENTE.