- Empaca tus cosas, quiero que te vayas de aquí al final del día - Afirmó Sana con frialdad, viendo como una joven de su piso salía corriendo de la oficina, luchando por contener las lágrimas.
Sana estaba bastante segura de que la culpa aparecería después de un par de horas por despedir a alguien sólo porque estaba de mal humor, pero en ese momento solo estaba saboreando el sentimiento de satisfacción.
Casi tan pronto como la chica se fue, Momo entró tímidamente en la oficina, estudiando a Sana con atención.
- ¿Todo bien Sana?
La rubia se pasó los dedos por el cabello, respirando unas cuantas veces para calmarse antes de mirar a Momo y esbozar una sonrisa falsa - Todo está bien
Momo cerró la puerta de la oficina detrás de ella, avanzó más y se sentó frente al escritorio de Sana - Sabes que eso no funciona conmigo, eres mi mejor amiga, puedes hablar conmigo sobre lo que sea
- No es nada, realmente - Murmuró Sana, mirando alrededor de su escritorio en busca de algún tipo de distracción
- Sana, detente - Espetó Momo, estirando sus manos sobre el escritorio y colocándolas sobre las de la rubia para evitar que se moviera
Sana bajó la cabeza, sin querer hacer contacto visual con su amiga y dejarle ver cuánto le dolía todo esto.
- ¿Estás estresada porque tenemos muchos pendientes con la red social? Sé que dejas que cosas estúpidas como esta te abrumen, no ayuda que Kim haya llamado porque estaba enferma, realmente nos ha jodido
Sana notablemente hizo una mueca al escuchar el nombre de Dahyun y no pasó desapercibido para Momo, quien levantó una ceja, temiendo lo que había significado la reacción de la rubia.
- ¡Minatozaki Sana dime que no! - Momo habló lenta y claramente, dándole a Sana una mirada más severa
La rubia continuó mirando hacia abajo, no podía soportar hablar de eso, pero al mismo tiempo sentía que realmente lo necesitaba.
Podía sentir que se enojaba, las lágrimas le picaban en los ojos y un gran nudo se le formaba en la garganta mientras intentaba luchar con sus emociones.
Sólo habla con ella Sana, eso no te hace patética, sólo necesitas un pequeño consejo.
Dios, eres patética.
A Momo se le cortó el aliento cuando Sana levantó la vista de su escritorio, podía ver el dolor y la tristeza en sus ojos que estaban vidriosos por las lágrimas que intentaba retener, Momo nunca había visto a Sana así, casi nadie había visto a Sana así.
- Todo está tan jodido Momo, que no sé qué hacer - Dijo Sana, dejando caer la primera lágrima mientras pensaba en el desastre en el que se encontraba
- ¿Te has acostado con ella? - Preguntó Momo, no podía esperar más para escuchar la verdad
Sana respiró hondo, se secó los ojos y se recompuso en un segundo - Cierra la puerta y ve a los archivos - Sana señaló un gabinete plateado en la esquina de la habitación y observó cómo Momo hacía lo que le decía - Segundo cajón abajo, ve al fondo - Sana observó cómo Momo seguía sus instrucciones y ambas chicas intercambiaron una sonrisa cuando la nipona mayor sacó una botella grande de whisky - Si vamos a hacer esto, lo haremos bien, siéntate
Momo caminó hacia el escritorio y tomó asiento mientras Sana abría el cajón de su escritorio, sacaba dos vasos y los colocaba frente a ella.
Momo sirvió la bebida a cada una y Sana bebió la suya casi al instante antes de hacer un gesto para que volvieran a llenarla, Momo no pudo evitar reírse del comportamiento típico de Sana.
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Luchando contra lo prohibido
RomanceDahyun asiste a la fiesta de navidad de su trabajo y se enamora de la novia de su jefe.