14.

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Buenooo, ya estoy de vuelta. Antes de que leáis quería agradeceros las lecturas y pediros que os paséis por mi nueva historia Once Upon a Tale. Quiero leer vuestro comentarios. Un beso :)

~Anteriormente~

(*Narra Elsa*)

Inconscientemente me agarré a la barandilla, impidiendo que mi cuerpo volviera a verse sumergido una vez más. Con fuerza y aprovechando que estaba colgada de espaldas, me impulsé hacia arriba como si se tratara de una simple voltereta en una barra.

Pero mi pie no fue directo al suelo, sino que se topó con algo obstaculizando su camino.

Me giré rápidamente y vi a Jack inconscientemente en el suelo.

-¿Jack?- Como no había respuesta, me agaché junto a él y empecé a zarandearlo lentamente.- Vamos Jack, ¡despierta!

~Ahora~

*Narra Jack*

Abrí los ojos lentamente, y la claridad inicial se vio obstaculizada por la presencia de un ángel.

Estaba tan concentrado en observar su belleza, que a mis oídos no llegaba esa armoniosa voz que la caracteriza.

Volví a cerrar los ojos.

-No Jack, por favor, vuelve a abrir los ojos...- Le hice caso, pero la imagen ante mi seguía siendo la de un ángel caído del cielo.- ¿Qué tal te encuentras?- Preguntó mientras me ayudaba a incorporarme lentamente del suelo.

-Me duele un poco la cabeza...

-Eso es mi culpa.- Bajó la cabeza avergonzada.- Lo siento, no sabía que estabas detrás de mí...

-Tranquila, no pasa nada, creo... A penas recuerdo que ha pasado...

Nos levantamos completamente del suelo y nos apoyamos contra la barandilla mirando el horizonte que nos era ya tan familiar como si lo hubiésemos visto ante nosotros toda la vida. Desvié la vista y la observé. Me acordaba perfectamente de todo lo que había pasado pero aprovecharía la ocasión para mantener una conversación civilizada.

-Entonces... ¿te gusta Hippo?

-¡No!- Me miró.- Fue tan solo un accidente, estaba soñando con Aster y él se acercó a despertarme, y solo llevé a la realidad lo que sucedía en el sueño. Somos amigos desde la infancia, solo que estábamos un poco distanciados...

-Ahora muchas cosas tienen sentido... ¿Llevas mucho tiempo con... Aster...?- Pregunté indeciso, pues no sabía cómo podría afectarme la respuesta.

-Dos años,-Jack quiere suicidarse - pero la relación va de capa caída.- O no.- Discutimos mucho y sus celos son excesivos.

Me siento culpable por sentirme bien con eso. Parece que Elsa está sufriendo, pero esto puede acercarme más a ella, o dejarme de por vida en la friendzone.

-¿Nunca has pensado en dejarle?- Quizá he sido muy directo, pero si así fuera todo sería más fácil para mí.

-Yo...

Pero su respuesta se vio interrumpida por una fuerte sacudida del barco. Sin habernos percatado, el cielo había oscurecido hasta llegar a la típica tonalidad que caracteriza a la tormenta y el mar se había revuelto.

La miré, echando un vistazo rápido a su aterrado rostro. Una nueva sacudida arrancó de su garganta un grito a la vez que la lanzaba a mis brazos.

-Creo que deberíamos entrar.

El viento cada vez se había incrementado más y caminar por el pasillo porque el que íbamos era un trabajo muy dificultoso. Íbamos agarrados fuertemente de la mano y con la otra nos agarrábamos para ir avanzando. Mientras intentábamos avanzar maldije a la maldita mariposa que haya movido sus alas para ocasionar esta tormenta.

Cuando llegamos a la puerta, Elsa se abrazó a mi cintura mientras yo intentaba abrir la puerta. Pero era inútil, la puerta debía de tener uno de esos mecanismos de seguridad que impedía su apertura bajo catástrofes climáticas adversas.

Giré la cabeza hacia Elsa y negué, pues el fuerte viento impedía que me escuchara.

En menos de cinco segundos llegó lo único que faltaba, la lluvia, los truenos y los relámpagos. A nuestros oídos llegaban gritos lejanos, por lo que decidí que fuéramos hacia allí.

Estábamos completamente mojados y apenas habíamos avanzado. El viento en contra y el suelo mojado nos mandaba hacia atrás. Visualicé un rincón bajo unas escaleras, y a duras penas conseguí que llegáramos allí.

Era un espacio pequeño, por lo que dejé que Elsa pasara antes de mí, y yo me puse de manera que obstaculicé el paso de la lluvia que pretendía llegar a ella.

Elsa, temblando miró hacia mi mientras temblaba acurrucada en el suelo. Hizo un gesto hacia mí y me agaché pues yo aún estaba de pie tapando la lluvia. Pasó sus temblorosos brazos alrededor de mi cuello y me abrazó. Acercó su boca a mi oído.

-No me dejes sola.

Esas simples cuatro palabras impulsaron mis brazos hasta rodearla, y cuando volvió a mirarme no lo pensé más, y la besé. Al principio sus fríos labios estaban inmóviles pero no tardó en seguirme el beso. Puede que fuera porque me había aprovechado de lo aterrada que estaba, pero eso no quitaba lo espectacular del hecho.

Estábamos tan distraídos que no teníamos punto de sujeción y una nueva sacudida nos arrastró hacia la barandilla haciendo que nos empotráramos contra ella, con un fuerte golpe seco.

De repente el barco se inclinó peligrosamente hacia el lado de la barandilla haciendo que Elsa cayera hacia el exterior tal como había pasado antes esa tarde. La única diferencia era que la barandilla estaba mojada. La agarré de la mano pero no era capaz de subirla. El mar estaba cada vez más picado y su cara era de completo terror.

-¡Aguanta Elsa!

Con una sola mano me quité el cinturón y lo ajusté de manera que agarrara mi cuerpo a la barandilla para asegurarnos. Una vez hecho, intenté volver a subirla agarrándola de los dos brazos pero no daba resultado.

Aparté mi mirada de ella, pero el mar no me ayudó a tranquilizarme esta vez. Una gran ola se acercaba a nosotros. Había oído los testimonios de muchos supervivientes a tsunamis, pero nunca había podido percibir en esos testimonios lo imponentes que se erguían, dispuestos a arrasar con todo.

Se acercaba con rapidez por lo que una vez más intenté subirla, pero no pude hacer nada, llego a nosotros engulléndola.

-¡Jack!- Fue lo último que escuché. El agua pasó por nosotros. Sentí el cómo me calaba aun más los huesos, como se introducía por mi nariz y como me cegaba.

No duró más de 10 segundos pero su efecto fue notable. Cuando la gran ola desistió, me aparté el flequillo de la cara y busqué a Elsa desesperadamente. Intente apartarme de la barandilla mirando a todos lados pero algo me lo impedía. Bajé mi vista y observé al objeto que me había salvado, el cinturón. Lo desaté y aprovechando la calma que va detrás de estas catástrofes, eché a correr.

-¡Elsa! ¡Elsaaaa!

~~

-Jack, despierta...Jack...- Abrí los ojos al reconocer su voz.- Por fin... Llevas una hora inconsciente.

Marriage project (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora