4.

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*Narra Elsa*

Llevaba mes y medio sin ver a Aster. Su madre era de ascendencia francesa, y tenía una ligera obsesión con no perder el contacto con su madre patria, por lo que todos los veranos, toda la familia iba allí.

Le conté todo lo que acababa de pasar con Anna, y justo cuando acabé, el timbre resonó por todas las inmediaciones del instituto, impidiendo así que nos pusiéramos al día.

Aster era un año mayor que yo, por lo que no nos veríamos hasta la hora del almuerzo. Ya estaba harta de echarlo de menos, quería pasar todo mi tiempo con él, pero por el momento es imposible.

-Princesa.-Dijo tendiéndome la mano para que pudiera levantarme.-Sabes que Anna es muy impulsiva. Tómatelo con calma.

-Lo sé, pero aunque no me lo tome en serio, hay temas que siguen afectando por mucho que pase el tiempo.-Dije agachando la cabeza.

El chico alzó mi cabeza y besó mi frente.

-Venga, te acompaño a clase.

Fuimos todo el camino, cogidos de la mano, con todas las miradas posadas sobre nosotros. No es que fuera una novedad, pues llevábamos dos años juntos, más bien era la envidia.

Éramos los más deseados del instituto, todos querrían ser como nosotros. Estaba acostumbrada a las miradas de esas chicas que me matarían por estar en mi puesto en las animadoras y por poder salir con Aster. No es que sea superficial, pero tengo una reputación, y no es algo a lo que vaya a renunciar así como así. Y por eso el chico de ayer, el tal Jack Frost, va a pagar la humillación de ayer. No puede llegar e intentar robar lo es mío, el instituto Blue Falls.

Llegamos a mi puerta y Aster se acercó a mí para darme ese beso que ambos habíamos estado ansiando. Antes de que nuestros labios lograran poder rozarse, una voz grave nos interrumpió.

-Señor Aster, ¿no debería usted estar en su clase?

-Sí, señor.-Dijo el castaño separándose de mi. Cuando levantó la cabeza, su expresión avergonzada, pasó a otra completamente divertida.- ¡Ryder, amigo!

-Cuanto tiempo sin verte tras las faldas de mi hermana Bunny jaja.-Ambos se unieron en ese típico abrazo masculino mientras yo rodaba los ojos. Antes de que mi novio pudiera decir algo mas, Flynn lo apartó ligeramente en dirección a su clase.-Vete a clase, necesito a mi hermana.

Y, ante la asombrosa mirada de Aster, mi hermano me cargó sobre su hombro cual saco de patatas mientras yo le daba patadas en la espalda.

-¡Bájame Flynn! ¡Da gracias a que llevo pantalón, porque sino morirías!-Dije enfadada sin cesar mis golpes en su musculada espalda.

-Mierda Elsa, ¡quédate quieta! Sabía que las clases de karate no eran buenas, tendríamos que haber ido a ballet.-Dijo refunfuñando. No pude evitar estallar en risas. Cuando éramos pequeños, nuestros padres nos habían hecho escoger una actividad para ambos, ya que Anna aún era pequeña y él acababa de llegar a la familia, por lo que querían que nos lleváramos bien.

Yo había insistido en la danza, pero acabé cediendo ante las peticiones de mi nuevo hermano.

Ambos éramos cinturones negros y si a esto le sumas la fuerza que adquirí de las acrobacias de las animadoras,  estaba bastante fuerte aún sin llegar al exceso.

Sonreí con melancolía al recuerdo de lo orgullosos que estaban nuestros padres cuando nos dieron el último cinturón.

-Tierra llamando a Elsa...-Estaba tan concentrada en mis recuerdos, que ni me había percatado que Flynn me había sentado.-Tengo que hablarte de algo importante mujer.-Dijo ya irritado.

Marriage project (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora