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*Narra Hippo*

- Estoy bien, no te preocupes...

Sabía que no estaba bien. Daba igual lo que él me dijera, sabía que se había roto por dentro. Además, las dos marcas rojas en su cara no me habían pasado desapercibidas. Pero su cara era un espejo de desesperación y no asomaba en ella ninguna gana de entablar una conversación, por lo que fui yo el que empezó a hablar.

-Quiero explicarte lo de antes – vi como su boca se abría para replicar, pero antes de que pudiera decir nada, continúe.- Elsa, Flynn y yo nos conocemos desde que teníamos 8 años, fuimos amigos durante casi toda la vida, los mejores amigos... Pero con la muerte de sus padres, decidió alejarse de todo lo que le recordaba a ellos, incluido yo. Poco a poco volvió a abrirse a mí, bueno, al menos daba señales de volver a soportar mi presencia. Y ese fue el origen de nuestras tutorías de matemáticas. Ayer, volvió a necesitarme, a necesitar a un viejo amigo que sabía todo de ella... - en este punto yo ya había dejado de mirar a Jack, mi vista estaba en un punto fijo del techo del camarote, y sentía como las lágrimas asomaban en mis ojos.- No sabes la ilusión que me hizo que recurriera a mí otra vez y yo no sabía lo que la echaba de menos. Lo de esta mañana ha sido solo una confusión, ella estaba soñando y cuando fui a despertarla... sucedió. No fue un acto premeditado como os ha dado a entender antes. No hay nada romántico entre nosotros. – Y ahora si lo miré.- No quiero perder a mi mejor amigo por un error inconsciente, ni que ella pierda a nadie más.

Y entonces, se incorporó y me abrazó, no hizo falta más para saber que me había perdonado. Que nos había abandonado.

*Narra Elsa*

Cuando los chicos desaparecieron de la habitación, me solté de los brazos de Mérida, y busqué mi móvil otra vez a pesar de las lágrimas y de los fallidos intentos de ella de pararme. Abrí su contacto y volví a llamarlo. Sin respuesta. Volví a llamar. Una y otra vez hasta que el propio móvil se apagó y consiguió que desistiera.

Él había sido un pilar importantísimo en mi vida estos últimos años. Lo había sido casi todo, me parecía increíble que hubiera roto conmigo así. Tan fácil como romper el tallo de una margarita en el campo.

Sin darme cuenta, me había dejado caer deslizándome por la pared, y al levantar la vista, Mérida estaba de cuclillas frente a mí.

-Sé que no hay nada que yo ni nadie pueda decirte para que te sientas mejor. Sé que te duele y que va a ser duro. Pero te prometo que poco a poco, ese dolor que sientes, desaparecerá. Y no quiero que sólo pienses que has perdido a Aster, ahora también nos tienes a Jack y a mí, y nosotros no vamos a ir a ninguna parte. Además, quién sabe, quizá si hablas con él en persona, podáis arreglarlo. No te preocupes.

Y su sonrisa, por raro que parezca, arrancó una pequeña sonrisa en mí. Me ayudó a levantarme y me limpié las lágrimas de la cara.

-Gracias Mérida, de verdad. Y quería explicarte lo de esta mañana...

-No te preocupes Elsa, Hippo me lo ha explicado y está todo bien. Es tarde ya, todos estarán durmiendo ya, ¿qué te parece si vamos a escondidas al comedor y conseguimos un poco de chocolate?

-Me parece una idea perfecta- y esa, fue una sonrisa de verdad.

*Narra Jack*

Ya era por la mañana, y no recordaba haberme dormido. Anoche, tras mi reconciliación con Hippo, le conté lo que había pasado con Elsa, incluido el sueño y mi triste intento de beso romántico tras mi recuperación de consciencia. Y sé que después de eso seguimos hablando largo y tendido del tema, pero en algún momento, el agotamiento acabó con nosotros.

Me pregunto cómo estará Elsa, ayer no volvimos a saber nada ni de ella ni de Mérida. Y no tengo muy claro que vuelva a querer tenerme delante después de lo de ayer. Creo que he perdido mi oportunidad.

Escucho la ducha, así que supongo que es donde se encontraba Hippo. Oigo la puerta y me levanto a duras penas, estoy taaan cansado... necesito chocolate para recuperar las fuerzas. Abro la puerta y me encuentro a nuestras dos mujeres.

Y no es que las esté tratando como un objeto, sino que literalmente son nuestras mujeres por el proyecto.

-¿Qué hacéis aquí...?- pregunté confuso. Normalmente nos encontramos en el pasillo todos juntos.

-Es tardísimo – Elsa estaba un poco nerviosa y apurada – Nos hemos dormido, y vosotros por tu cara diría que también. Corre, vístete. ¿Dónde está...?

Entonces escuchó la ducha y entró sin ningún tipo de perjuicio en el baño y empezó a gritarle a mi amigo lo mismo que me había dicho a mí, que era demasiado tarde. Me recordaba a alguien, pero seguía sin saber a quién. Entonces me giré hacia Mérida que estaba apoyada en el marco de la puerta contemplando la escena divertida.

-¿No te molesta...? –dije señalando la puerta del baño por la que Elsa había entrado.

-No te preocupes, sé que son amigos desde siempre, y me alegra verla algo más animada. Ha sido una noche dura...

Me alegré mucho de verla mejor, pero vi en la pelirroja un cansancio absoluto, similar al que sentía yo mismo, así que decidí cambiar de tema.

- ¿De verdad es tan tarde? –pregunté mirando mi reloj invisible.

-No excesivamente, tenemos que saltarnos el desayuno para llegar a la reunión pero nada más. Deberías cambiarte ya, antes de que salga y te vea igual jaja

Sus palabras fueron como un conjuro de invocación, y Elsa e Hippo salieron a empujones del baño, él ya vestido. ¿Cuánto tiempo había estado empanado?

-¡Sigues en pijama! –gritó Elsa.- Pues lo siento, vas a tener que ir así –dijo totalmente seria.

Hippo y Mérida cruzaron la mirada y empezaron a reírse.

-No lo estás diciendo en serio, ¿verdad? –pregunté asustado.

-Oh, no lo dudes...- dijo con una sonrisa maliciosa.

*Narra Elsa*

Y entonces lo agarré y empecé a tirar de él a lo largo del pasillo. No me sentía mejor, eso lo tenía claro, pero no quería que ellos dejaran de disfrutar de esta experiencia por estar pendientes de mí. Así que me tocaba fingir, llevar la procesión por dentro.

Pero de repente sentí un tirón en el brazo, y segundos más tarde no era yo quien lo llevaba a él, sino al revés. Estaba colgada boca bajo sobre su hombro, y agradecí al universo el haberme puesto pantalones.

-Bájame Jack, o si no...

-O si no, ¿qué? Te recuerdo que llegamos tarde- y entonces echó a correr conmigo encima riéndose, y cuando levanté la cabeza, vi a Mérida y Hippo sonriendo. Tengo que estar bien, estar bien por ellos.

-¡Oye Jack!– grité mientras el chico seguía corriendo- ¿qué crees que tendrá preparado Norte para hoy?

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¡Hola! Vuelvo a pediros perdón por la tardanza. He tenido que volver a releer toda la historia y superar el gran bloqueo que tenía con Marriage Project. Espero que este capítulo sea de vuestro agrado y poder teneros a mi lado hasta el final :D

¡Hasta el próximo marteeeeees! Un besoo

PD: ¿qué creéis que les espera a los chicos?

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⏰ Última actualización: Apr 18, 2017 ⏰

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Marriage project (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora