Capítulo 6

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Sentía sus piernas casi flaquear al momento de bajar del auto y la inesperada sensación de culpa ante los actos tan pecaminosos que se desarrollaron justo en frente de la casa de su madre, era un pervertido. Sin embargo, T/N solo sonreía de manera atrayente, casi como para hacerlo volver al interior de la camioneta y enseñarle lo que era bueno.

Frenó sus inquietantes impulsos al tocar la puerta y ver de frente a su dulce madre.

— ¡Levi!, me alegra tanto que vinieras, más ahora que no estás solo — era idéntica al chico, el mismo cabello negro y esos ojos dominantes, sin embargo, sonreía de manera dulce, todo lo contrario a su hijo.

— Muy buenas noches, señora Kuchel, espero tenga un cumpleaños agradable. Lamento no preparar un regalo más adecuado, pero le traje flores, siempre son gratos regalos, las flores, espero sean de su gusto — sonrío en dirección de la mayor y observó de lado la impresionada mirada de Levi, nunca la había escuchado referirse a otro de manera tan decente.

—Oh, no hace falta que me llames señora, Kuchel está bien. Adelante, tomen asiento en lo que termino la cena

— Muchas gracias, me encantaría ayudarle, pero mis habilidades de cocina son desastrosas.

Avanzaron en la hogareña sala y T/N pudo comprender de golpe las diferencias a las que se refería el pelinegro, era una madre encantadora, dulce y amable

— ¿Crees que nos hayan cambiado al nacer? Me parezco más a tu madre que tú y eres idéntico a mamá

— Por favor, no me insultes

La chica rio ante su comentario y acompañó a Levi por todo el lugar, era una casa bastante sencilla con solo dos habitaciones, la madre del pelinegro había sido soltera toda su vida y, ante el desconocimiento de quién era su padre, fue su tío Kenny quien se encargó de ser su figura paterna, aunque a Levi no le caía para nada bien.

Minutos después, la chica pudo darse cuenta del porqué, mientras degustaban una deliciosa comida, estaban también presentes el profesor Erwin y Hangi únicos amigos del pelinegro y a quienes su madre trataba con cariño como si fueran suyos, además de algunos otros amigos cercanos de la festejada. Era una sencilla reunión familiar

— Ya que estamos aquí, ¿Podrías contarnos cuál fue la razón loca que te hizo salir con mi sobrino? Ha pasado tanto tiempo solo y amargado que dudé siquiera le gustaran las mujeres, o cualquier otro ser vivo.

— ¿Sería algún inconveniente si ese fuera el caso? — contraatacó la chica sin apenas perder la concentración de su platillo

— No para nada, pero si ese fuera el caso, ¿por qué sales con un gay y no con un hombre de verdad? — su sonrisa era ofensiva, sobre todo en dirección de Levi que parecía querer atragantarse con la comida y morir al fin

— Los gustos de un hombre no definen si es o no un caballero, su forma de expresarse, por otro lado, dice bastante más.

— Sigues sin responder mi pregunta inicial — las personas en la mesa estaban por demás incómodas, ni que hablar de Levi, T/N, en cambio, lucía imperturbable y serena.

— Fue una afortunada coincidencia que el profesor Erwin, docente de mi clase, y el doctor Levi fueran amigos, me encontraba desempleada y por medio del profesor supe que él necesitaba un asistente. Qué grata sorpresa me llevé al conocer tan apuesto jefe. El resto es historia, simplemente encontré en el doctor Levi un increíble profesional y una persona muy apuesta. Ya si desea conocer algunas intimidades más profundas, señor Kenny, me vería obligada a rehusar contar tales cosas en la mesa, me basta decir que sí, Levi es todo lo hombre que hace falta ser y no tengo queja alguna ni descontento en que él pueda complacerme, en la cama o en cualquier otro lugar.

Mi señor [Levi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora