Capítulo 13

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— No me molestes Armin, déjame dormir un poco más, por favor.

Sentía como el rubio movía su cuerpo con fuerza, pero se negaba a abandonar tan precioso sueño, nada valía más la pena que estar en la cama ahora. Sí, ya había dormido demasiado, pero no se resistía a perder de nuevo la conciencia para volver a ese perfecto lugar.

— Tienes que levantarte ya — el rubio la empujó con fuerza y usó una almohada para golpearla hasta que, a regañadientes, tuvo que abrir los ojos.

— ¿No ves que arruinas mis fantasías?, además, ¿qué haces aquí? — Armin no tenía ningún permiso de colarse en la habitación del doctor Levi Ackerman, bueno, ella tampoco, pero no era el punto.

— ¿Así agradeces que venga a visitarte?, me preocupó por ti y te quejas, en fin, Erwin me trajo a verte.

— Ay, Armin— volvió a esconderse entre las sábanas y abrazó la almohada del doctor— no sé qué pasó, pero tuve el sueño más hermoso; Levi me estaba abrazando y decía que yo le gustaba, que no me odiaba, que estaba enamorado de mí, fue tan lindo. Fue el sueño más feliz de todos, fue precioso, me gusta tanto que pienso esas cosas raras hasta cuanto duermo, definitivamente estoy enamorada como una tonta. Así que déjame dormir, tal vez de esa forma pueda escuchar su dulce voz de nuevo.

Armin no sabía qué hacer, ella estaba escondida entre las sábanas contando sus fantasías y sueños bonitos, no sabía si arruinarle la situación y decirle que el pelinegro siempre estuvo en la puerta escuchando todo.

Levi cubría su rostro sonrojado.

El rubio estaba en esa duda de no saber si decirle a T/N de su estúpida confesión o dejar que el pelinegro se fuera y quedara como algo que nunca pasó. 

Menos mal alguien llegó antes de tener que tomar una decisión por su cuenta; la madre de Levi atravesó la puerta con su rostro sonriente

— Hola cariño, vine a verte en cuanto me llamó Levi — pasó a su hijo de largo para sentarse en la cama justo al lado de la chica — ¿Cómo estás? 

Las suaves palabras de la pelinegra la movieron de una forma extraña, ya no era momento ni lugar para sufrir nada, pero esa calidez maternal fue un golpe en su corazón, sintió el impulso de abrazarla y eso hizo.

— Está todo bien, eres una chica fuerte, así que debieron estar más que orgullosos de ti, apuesto que tu madre estuvo más que feliz de tenerte y aunque ya no puedas verla siempre va a estar contigo.

No necesitaba todas esas palabras, claro que lo sabía, claro que entendía y estaba feliz de que sus padres estuvieran juntos de nuevo y aunque era lo correcto también dolía... tal vez si necesitaba que le dijeran algo así después de todo. Pero ya no lloró más, fue más que suficiente sentir ese abrazo y esas dulces declaraciones para llegar a la paz que le hacía falta, todo estaba bien, todo iba a estar bien.

— Gracias, Kuchel. Ya estoy bastante mejor, he dormido mucho y tu hijo ha sido muy amable

— Es lo que tiene que hacer por ti, cariño, no esperes que se quede de brazos cruzados si te sucede algo porque si es así déjalo — sonrío en su dirección y la abrazó nuevamente 

Sentía que no deberían seguir mintiéndole con eso de que eran pareja más tiempo, después de que fuera tan dulce no lo merecía, sin embargo, no parecía el mejor momento para explicar algo así.

— Entonces levántate, toma un necesario y reconfortante baño y arréglate que hoy preparé una deliciosa comida para ti, ¿de acuerdo? 

Entendía lo mucho que se parecían el pelinegro y su madre, ambos demasiado atentos y buenos, aunque el menor lo llegara a expresarlo con palabras.

Seguía sin notar la presencia de Levi a su alrededor, demasiado absorta en la conversación con Kuchel y Armin simplemente se levantó de la cama en dirección al baño cuando los demás también los hicieron para salir de la habitación. 

Solo lo sintió cuando dio el primer paso en el cuarto de baño,  un escalofrío recorrió su espalda cuando este se acercó a ella y susurró contra su oído

— No fue un sueño, ¿de acuerdo? 

La puerta se cerró tras ella y entonces de golpe recordó la noche anterior y sus estupideces en la cama hace un rato, si estuvo ahí escuchando todo el tiempo iba a ser muy vergonzoso verlo.

 Bajó al primer piso para encontrar a todos reunidos conversando, bueno Levi solo hacía acto de presencia mientras Kuchel y ambos rubios mantenían una animada conversación.

No quería mirar al pelinegro y, sin embargo, también quería saltar a sus brazos y besarlo, era vergonzoso, pero tan lindo que no sabía que más hacer ahora.

— Bueno, ya que estás lista vámonos, vas a comer un delicioso almuerzo en mi casa hoy 

— Muchas gracias, pero hay un lugar al que quisiera ir primero

— Te llevaré

El pelinegro la tomó de la mano antes de que pudiera decir algo más y bajaron al primer piso, los demás irían en el carro del cejón con rumbo a la casa de Kuchel donde los esperarían

No tuvo que decirle a donde quería ir, simplemente la guio en la dirección correcta desde el primer momento. Necesitaba visitar el cementerio.

— Entonces no fue un sueño

— No lo fue, sé lo que te dije anoche y sé también lo que quiero desde que te escuché en la mañana

— Esa fue una estúpida manera de confesarse — la chica sonrío, parecía sentir que se quitaba todo el peso de los hombros ahora  

— Es muy propio de ti

Y entonces Levi, tal vez por primera vez, le regaló su hermosa risa. Sintió como su corazón se aceleraba, definitivamente nunca olvidaría eso. Levi acababa de regalarle todo lo que quería, algo que conservaría para siempre en el corazón

— Hola mamá, hola papá. Creo que al fin vino la paz después de tanta tormenta y pude venir a verlos, no estaba preparada antes. Es que creo que nunca voy a dejar de extrañarlos, pero no quería que me vieran llorar por eso. Te amo mucho, mamá y sé que tú también a mí, así que no te preocupes por eso, sé que estás feliz donde estás y que papá también quería verte. Prometo venir seguido, entonces, por favor, acompáñenme siempre.

Solo una pequeña lágrima escapó de sus ojos y eso fue todo, iba a estar bien, todo estaba bien, después de todo no estaba sola.

— Por cierto, tenías razón, mamá, si me gusta Levi y si me metí en su cama, como siempre tenías razón. 

Salió y esperó algunos minutos en el carro mientras Levi hablaba no sé qué con las tumbas de sus padres. Ahora tenía hambre y esa era la mejor señal de todas, definitivamente todo estaba bien.

— Ya está todo listo, vámonos — el pelinegro regresó unos momentos después

— ¿De qué estabas hablando?

— Les pedí permiso, obviamente 

— ¿Permiso?

— Para estar contigo, para siempre — y la besó — si eso es lo que quieres tú también

Lo abrazó con fuerza, enredó sus manos en el cuerpo ajeno y le dio un largo beso, era todo demasiado bueno y seguro que era lo que quería, eso y todo lo que fuera, pero solo con Levi.

— Claro que quiero, quiero al guapo, perfecto y sexy doctor. Y quiero al dulce tipo de ojos bonitos que cocina para mí y que pide permiso para salir. Quiero todo lo que venga de ti

— Te amo. Así que te daré todo de mi 

 




Mi señor [Levi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora