Last love 🌱 Taebin

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06/2019

Soobin y Taehyun llevaba un mes en el que cada vez sus coqueteos eran mayores, y parecían una pareja enamorada, aunque la realidad que no era así, ya que ninguno se atrevía a dar el paso, solo eran dos adolescentes asustados, con miedo de lo que pudiera pasar. Si bien ambos se gustaban y sabían que el sentimiento era mutuo, seguían teniendo miedo de dar el paso, estaban bien así y estaban asustados que las cosas cambiarán.

Con el tiempo Arin aquella chica que en un principio quiso luchar por Soobin se acabó rindiendo, Soobin no era feliz con ella sino con Taehyun, y eso le bastaba, ver a su mejor amigo feliz, de hecho hasta ya no había un ambiente incómodo entre ella y el menor, no eran los mejores amigos, pero no se tenían odio ni celos, eran conocidos que se llevaban bien. Arin pudo entender que estaba siendo inmadura al aferrarse a Soobin, cuando él nunca sintió nada por ella, pero con el tiempo se puso dar cuenta, e incluso varias veces ayudo a Soobin con Taehyun, en sus "salidas", pues más que quedadas normales eran citas, pero ninguno se atrevía a llamarlas así.

La primera vez que se juntaron fuera de la escuela fue muy tierna y sin duda quedaría grabada en el corazón de ambos.

Había una feria en su pueblo y ambos decidieron ir a pasarlo bien, sus amigos habían quedado todos juntos, pero ellos decidieron ir aparte solos, según porque no pasaban tanto tiempo esos días, claramente era una excusa para poder quedarse a solas y estar en su propia burbuja.

-¡Binnie, vayamos a aquel juego!- dijo emocionado el menor, sus ojitos brillaban de la emoción, el mayor no podía negarse a su chico, menos cuándo se veía tan bien en aquel conjunto, y es que desde que se encontraron a la entrada de la feria no pudo evitar pensar que aquel cárdigan con esos pantalones cortos le quedaban demasiado bien, el color carmesí en sus mejillas que siempre aparecían cuando él estaba daba el toque. Taehyun era el chico más lindo que jamás hubiera visto.

-Claro, gatito, vamos- dijo mientras tomaba la mano del menor para dirigirse al juego que menciono previamente, era un juego de premios, el castaño no le había quitado la vista a un peluche algo grande de un conejito, por lo que supuso que lo quería así que le preguntó.

-¿Quieres ese conejo?- señalo el peluche, el menor asintió. El hombre de la caseta dijo que necesitaría 8 puntos para el peluche grande, estaba decidido a conseguirlo para su pequeño gatito.

Tras varios intentos no consiguió más que 4 puntos, había gastado bastante dinero ya.

-Bin, no hace falta que lo consigas de verdad que está bien-. Aun así el mayor negó para seguidamente volver a tratar de conseguirlo, finalmente tras muchos intentos lo consiguió. El señor de la caseta se lo entrego a la pareja y en los ojitos del menor se podía reflejar su emoción. Soobin se sentía orgulloso de haber hecho al menor feliz.

-Lo quería porque se parece a ti Soobinnie-. Fue un impulso, no quiso decirlo, solo lo pensaba, sus emociones se descontrolaban, su cara parecía un tomate, Soobin lo noto y soltó una risita enternecida mientras se acercaba al menor para darle caricias en la cabecita, ya que era algo que ambos disfrutaban.

-Eres tan lindo Taehyun-. Lo había llamado por su nombre, casi nunca lo hacía por no decir que esta sería la segunda o tercera vez que lo hacía, estaba demasiado nervioso y las caricias no eran suficiente como para calmarlo, no después que su amor platónico le hablara así, sus palabras se sentían tan sinceras que le erizaban la piel.

Así fue como tuvieron una linda tarde, ambos disfrutando como nunca la que sería la primera de muchas salidas.

Actualidad

Llegando de la universidad a su departamento, pudo ver un mensaje de su compañero de trabajo en su teléfono

"Tyunnie, hoy tienes turno solo, te lo recuerdo, no vaya a ser que me esperes, cualquier cosa llámame"

Se había olvidado por completo que su lindo compañero no estaría, sería una noche muy larga, por suerte la tienda no era 24 horas, pero tendría que cerrar a la 1 de la mañana, bastante tarde de por sí, entraba a las 6 pm y aún eran las 5. Contesto el mensaje con un "Okay, gracias por recordarme, se me olvidó por completo"se dirigió a la tienda en la que trabajaba, Soobin debería tener turno ahora, así que de paso aprovechaba ir a comer. Y así era el chico rubio estaba ahí, la tienda estaba libre de clientes, algo raro, la verdad.

-Buenas tardes, Bin-. Dijo al entrar por la puerta, el mayor se sorprendió verlo, ahí tendría que pasar algo de tarde y casi toda la noche allí, por qué lo visitaría.

-¿Tyunnie, que te trae por aquí?-. Dijo algo dudoso el más alto, no espero para nada la visita del menor.

-Trabajo aquí o se te olvida-. Contesto mientras miraba entre las opciones de ramen, para finalmente escoger su favorito.

-tu turno empieza en una hora-. Contesto, sin llegar a entender el punto de que hacía allí, el peli-rosa se acercó para proceder a que le cobrará lo que había escogido.

-Bueno, tenía hambre, y le soy fiel a la tienda, aparte que aquí tengo descuento por ser empleado-. Contesto algo obvio el chico. La conversación no continuó, el menor se sentó en la mesa del interior para proceder a preparar su comida y finalmente comer.

Tranquilamente comiendo cuando de repente el rubio hablo.

-Taehyun, tengamos una cita-. Esas palabras hicieron al menor sobresaltarse, no espero que Soobin le pidiera eso, casi se atragantaba con la comida.

-Pero, hoy trabajo hasta tarde y mañana tengo uni temprano-. Dijo algo obvio el menor, aunque rápidamente se retractó, si bien estaba nervioso, no quería negar la cita del mayor o parecer desinteresado.

-Bueno, podemos ver una película en mi depa, o no sé, o tal vez te referías a otro día y lo entendí mal-. Sus emociones lo estaban controlando nuevamente, estaba demasiado nervioso, era la primera vez que denominaba a alguna salida con Soobin "cita" y no podía evitar emocionarse.

-Me parece bien ver una película.- la tranquilidad del mayor hacía de alguna forma que se tranquilizará, pues solía tener miedo a como pudiera reaccionar, aunque en el fondo sabía que Soobin jamás lo dañaría ni mucho menos.

Su turno estaba a punto de empezar y el del más alto a punto de acabar, así qué ambos intercambiaron puestos.

-Tyun, te vengo a ver para cuando tengas que cerrar, tengo clases de tarde-. Dijo el rubio para retirarse.

La verdad fue bastante aburrido, aprovecho hacer algunas tareas mientras trabajaba, de vez en cuando había algunos clientes a los que atendía, bastante normal el día.

Llegó la hora donde tenía que cerrar, así que empezó a recoger sus cosas, pudo ver a cierto chico con apariencia de conejito entrar por la puerta, rápidamente la expresión en su rostro paso de cansancio a emoción.

Tendría su primera cita con su amor platónico en su departamento, tal vez mala idea, pues todos los regalos que tuvo del mayor estaban ahí y bastante a la vista.

¿Pero qué podría salir mal no?