Capítulo 5

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El gran día 

El día de la ceremonia invitamos a varios nobles y amigos, incluyendo a los consejeros de mi padre, en el palacio se decía que el príncipe Tammuz iba a venir junto con su hijo Alexander que según los rumores era muy apuesto, yo me enteré por mi dama de compañía.
—¿Sabe lo que se dice del joven príncipe Tammuz, señora?
—No. Contesté.
—Se dice que va a venir y además es muy guapo.
—Por Favor no digas tonterías Maddy.
No puedo creer lo que mi dama dice, ya que Alexander no era tan apuesto de niño, pero aún así tengo ganas de verlo.
— Yo solo repito lo que escucho.
La miré y dije:—En  vez de parlotear, mejor prepárame un baño de flores aromáticas y busca mi mejor vestido y maquillaje.
—Enseguida,señora. Salió.

Mientras  mi dama de compañía se iba, me recosté en mi cama, no se por qué pero por alguna razón lo que dijo Maddy me inquietó ,aunque no sabía si me podía casar ya que casi cualquier cosa podría arruinar la misión que tenía. Una hora después me encontraba en el baño, los olores de las flores me recordaban los días de mi infancia.
Después de mi baño me puse un vestido elegante,era azul cielo,  brilloso que tenía escote, me solté el cabello; me puse unos aretes de diamantes que hacían juego con mi collar  y pulsera, y por último mi corona luego me acoste para matar el tiempo que ma sobraba, antes del banquete.

Haciendo una pausa me centrare en explicar sobre quien es el príncipe Alexander.
Alexander Tammuz es hijo de Tomas Tammuz, tío de mi padre y príncipe de la provincia de Tiara, su poder y riqueza es un orgullo de la corona argoxiana, por lo que Alexander es mi tío ; algo que no me gusta, una vez lo vi cuando tenía ocho años el solo tenía 9, y parecía que era muy pícaro ya que hizo bolas de lodo y las arrojaba a los criados, creando un caos.
Por alguna razón tenía ganas de verlo ya que han pasado 8 años de la ultima vez que nos vimos.

Bueno reanudando mi historia diré que odio los eventos sociales, todos los nobles de Argox estarán aquí y eso me disgusta, ya que tengo que portarme como una dama del imperio, y solo tengo 16 años, desgraciadamente ya estoy en edad de casarme y no puedo evitar los comentarios de las damas de la alta sociedad sobre cuando me casare, es irritante ser blanco de cotilleos y rumores innecesarios y peor si se filtran en el periódico de la familia imperial, porque para mi mala suerte existe un periódico exclusivo que se enfoca en la vida de la familia imperial ya que se encarga en informar el más mínimo detalle sobre nuestras vidas, desde si la hormiga me pico hasta si un elefante se llevó el Castillo del duque,puras idioteces de las cuales finjo ignorar pero que me afectan, y lo peor es que no están satisfechos con acosarnos en nuestra vida privada, aunque no lo crean tenemos una vida privada, que esos zorros de la prensa se encargan de difundir chismes, que muchas veces no son ciertos.Una vez me inventaron un romance con el hijo del conde Walker, solamente porque salí a dar un paseo con él por los jardines, y estos zorros de la prensa nos captaron e hicieron un escándalo que llegó a oídos del emperador; cosa que no agradó a mi padre y tuvo que amenazar a Danddy para que se alejara de mi, y a mi me toco un sermón de 4 horas y un confinamiento de 5 días.
Y ahora tengo que aparecer en el banquete que mi padre organizo para el anuncio de mi nuevo cargo pero siendo sincera no quiero ir, se que lo debo hacer por esa maldita misión que tengo que cumplir, y no hay remedio que asistir, espero que los zorros no me acorralen con sus preguntas.

Media hora después entra Maddy y me dice—Alteza la están esperando para el desfile.
Rápidamente me levanto de mi cama y me condujo por los pasillos hacia la entrada del salón de banquete, mi padre y mis hermanos ya están allí, mi padre da una señal y abren las puertas, las trompetas suenan y todos los nobles se arrodillan al vernos pasar, avanzamos por la multitud de nobles y nos sentamos en nuestros tronos,Arturo y mi padre ocupan los tronos más altos y Octavio y yo los más bajos, mi padre se levanta y dice—Hoy nos hemos reunido para celebrar el nuevo puesto de la princesa Elena, como Jefa de contabilidad imperial, así que denle un fuerte aplauso.
Todos los nobles aplaudieron y mi padre me hace un ademán para que me levante, hago una reverencia y digo—Agradesco a todos que hallan venido, prometo ser una persona honrada y responsable por el bien del imperio, gracias.
Otro aplauso suena y yo sonrío, no se porque volteo a ver a mis dos hermanos y noto sus caras rojas, que demuestran lo mucho que les está costando controlarse, para no explotar en ira.Me siento y mi padre hace lo mismo, la música suena y las bandejas de comida comienzan a ser servidas, me quedo observando a mi alrededor y me siento feliz.

Mansión Baskerville ,ciudad de Argox.

Narrador

Lady Ana estaba sentada en el sofá sosteniendo una taza de café con la mano derecha, mientras que con la mano izquierda sostiene un libro, titulado Hacha sangrienta.Sus ojos estaban absortos en la lectura, que no escucha los pasos de su criada.
—¡Alteza! Exclama la criada. Lady Ana alza la vista, su mirada es como el de una cobra que está lista para atacar,sus ojos pintados de negro la hacen lucir una belleza aterradora.Mira a su criada con enojo y dice—Yaritza, te he dicho que ya no me llames así.
—Perdón madame pero tiene que leer esto.Le extiende el periódico, ella lo agarra y abre el periódico, sus ojos brillan y suelta una sonrisa maliciosa—Al parecer el plan está resultando mas rápido de lo que esperaba.
—¿Que piensa hacer.?
—Por ahora nada, esperaremos.
—Pero si el príncipe quiere deshacerse de...
—No lo hará, tú no te preocupes el príncipe lamentará a ver nacido, así que por ahora manda a mis hombres que preparen el carruaje partiremos para el banquete, y no olvides decir que soy extranjera.
—Como ordene madame.
Diez minutos después Lady Ana está montada en carruaje disfrutando de la vista,su burka cubre todo su cuerpo incluyendo los ojos.  Media hora después llegan al palacio, los soldados la ayudan a bajar y le piden su tarjeta de invitación, ella lo da y la dejan pasar.  Al llegar, todos los nobles abren  la boca en señal de sorpresa, los susurros son más evidentes y es imposible ignorarlos.  Ella se acerca al trono, hace una reverencia y dice:
—Vengo a mostrarle mis respetos emperador.

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Las crónicas de la Emperatriz ElenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora