Capítulo 6

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La vuelta a casa había sido silenciosa, y Takemichi estaba agradecido de que Manjiro no hubiera intentado comenzar una conversación. Realmente no quería hablar con él de momento. Era extraño como lo que había pasado en el hospital había cambiado su punto de vista acerca de Manjiro. Estaba comenzando a ver al mayor como Shinichiro, y eso lo asustaba.

— Hemos llegado — La voz de Mikey lo hizo sobresaltarse.

— Ah, está bien. Gracias — Takemichi tartamudeó después de recuperarse de la impresión. Luchó contra su cinturón de seguridad y cuando logró desatarlo salió del auto lo más rápido que su vientre le permitió

— Takemichi — Mikey lo llamó, pero Takemichi había cerrado la puerta y ya se encontraba caminando hacia el edificio.

Mikey vio su espalda alejarse hasta desaparecer por la puerta antes de encender el auto y conducir hasta su oficina.

Mikey sentía que había algo extraño con Takemichi desde que habían dejado el hospital. No podía señalar exactamente lo que era, pero el más joven se veía triste y perdido en sus pensamientos. Hasta donde él recordaba Kenchin no había dicho nada malo acerca de los bebés, éstos estaban creciendo normal y saludablemente. Entre más lo pensaba, menos razones encontraba para que el menor estuviera triste.

El pensamiento del repentino cambio de estado en Takemichi le hizo salir temprano del trabajo ese día, algo que raramente hacía. No podía negar que estaba preocupado.

El olor a comida le dio la bienvenida apenas abrió la puerta. Estaba empezando a acostumbrarse al placentero olor a comida de los platos que Takemichi cocinaba. Lentamente cerró la puerta y caminó hacia la cocina. Takemichi estaba de espalda, sin darse cuenta de que Mikey había llegado.

Mikey aprovechó la oportunidad para observarlo. Takemichi era un chico bonito, con suave piel blanca y lindos ojos azules. Llevaba su cabello negro ligeramente largo y desordenado. Los gestos del hombre eran graciosos, era todo un espectáculo verlo luchar contra las sartenes y los ingredientes de cocina. Frunció el ceño al ver los hombros decaídos de Takemichi y al escuchar los suspiros cansados salir de su boca.

Repentinamente su teléfono comenzó a sonar, señalándole que tenía un mensaje, hecho que lo hizo saltar en sorpresa. Takemichi jadeó e inmediatamente se dio la vuelta, sus ojos se agradaron cuando vio a Mikey parado un metro atrás de él.

—¡Mikey kun! — Exclamó, llevando una de sus manos a su pecho, justo arriba de su corazón — No te escuché llegar.

Mikey maldijo internamente a quien fuera que le hubiera mandado el mensaje.

— Yo... acabo de llegar. Lamento haberte asustado — Murmuró.

Ignorando el mensaje que había recibido, Mikey entró a la cocina y llenó un vaso con agua. Pudo percibir que Takemichi se tensó por un segundo cuando se acercó, para después seguir cocinando, era obvio que sus movimientos no eran tan libres como cuando Takemichi no sabía que Mikey estaba en casa. Mikey tomó el agua de su vaso antes de decidirse a romper el denso ambiente.

— Así que, ¿Qué vas a hacer hoy? — Preguntó con tono casual. Mikey pensó que quizás si actuaba más amablemente con Takemichi éste se sentiría menos incómodo.

— No mucho — El menor murmuró sin mirarlo a los ojos.

Mikey pudo sentir que algo estaba mal, así que decidió seguir intentando.

— Te ves cansado, deberías descansar más. Puedo hacer que el servicio de limpieza ordene y puedo comprar comida para que no tengas que cocinar.

Takemichi lo miró con los ojos bien abiertos y dijo rápidamente:

El regalo de Shinichiro (Mitake/Maitake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora