Dennis.
Felizmente camino a la cafetería, nunca me había sentido tan tranquilo, sin golpes ni insultos, tampoco ninguna mirada de asco, espero que todos los días sean como este.
La mujer que siempre me da mi comida me pone dos emparedados en mi charola junto con un jugo grande y una bolsa de uvas verdes, de inmediato siento mi estomago gruñir de hambre, agradeciendo a la cocinera me doy la vuelta y camino rápido a mi mesa, que sorprendentemente está limpia y arreglada, puedo jurar que hasta es otra.
Sin prestarle mayor importancia me siento y abro mis emparedados lo mejor que puedo con una mano para así comerlos, pero me detengo cuando los seis estudiantes nuevos se sientan alrededor mío, mi corazón comienza a latir como loco.
¡No estaban!
Les doy una mirada a todos, están sumamente serios, pero sobre todo Leonid, quien mira mi brazo con el ceño fruncido.
- ¡Que les dije! – El grito de Leonid me hace saltar mientras que mis ojos se llenan de lágrimas, sus amigos bajan la cabeza
- Te juro que no estaba así cuando lo dejamos, nos llevamos a quienes lo estaban golpeando, no había manera ya que los teníamos nosotros – Caín cruza los brazos mientras me mira con una pizca de curiosidad.
- ¿Que te paso? – Bajo mi rostro cuando Leonid no deja de mirar mi brazo y pareciera que cada segundo que pasa se enoja más y más.
- Yo me caí... - Alza su mano y arranca mi cubrebocas, su rostro parece deformarse por la furia, sin perder tiempo quita también mi bufanda.
- No lo repito, ¿Qué paso? – Trago el nudo en mi garganta, su mirada es tan dura y fuerte que parece que mira dentro de mi alma.
- No... sucedió nada, tuve un accidente – Niega con la cabeza mientras hace para atrás sus largos cabellos negros.
- Me tienes jodidamente loco, te vienes conmigo – Se levanta de la mesa y alza mi cuerpo en brazos, de inmediato mis ojos se llenan de lágrimas.
- ¡Duele! - Un fuerte grito sale de mi garganta, llevo la mano a mi abdomen a la vez que comienzo a sollozar por el fuerte dolor.
- ¿¡Que mierda pasa?! – Leonid se ha puesto más pálido que un papel, pareciera que cometió el error más grave de su vida.
- Duele mucho... ¡Suéltame! – Ahora pequeños gritos se escapan de mi garganta, al tenerme cargado y un poco doblado por lo mismo, hace que el dolor sea insoportable.
- Leo bájalo un momento – Stephen se levanta de la mesa y camina a donde estamos, Leonid hace caso y me baja, sentándome en la silla, de inmediato suelto un suspiro de alivio que no dura mucho.
Stephen intenta alzar mi camisa, me levanto lo más rápido que puedo para impedirlo, estoy por irme sin embargo Jack me alcanza a agarrar, todos los demás se levantan y me miran.
- ¡Suéltame! – Me jalo intentando que me suelte, desafortunadamente es mucho más fuerte que yo, sin importarme que mi cuerpo duela sigo moviéndome.
- Agárrenlo - Mario y Caín me agarran junto con Jack.
Stephen alza mi sudadera dejando a la vista la enorme venda que tengo en todo el torso, los veo desbrochar los seguros y quitando la venda poco a poco, suelto grandes sollozos, sin la venda sosteniéndome el dolor se va haciendo cada vez más fuerte, es agonizante.
Una vez la venda fuera miran mi torso con miedo.
- ¡Qué demonios! – Los chicos me sueltan y dan pasos atrás para verme mejor.
- Esto es malo hay que llevarlo al médico -
- No... no - Un gran mareo me recorre haciendo que caiga bruscamente al suelo, me está doliendo respirar, mi cabeza también duele, una gran tos me ataca desde lo más profundo de mi ser, aun en el suelo llevo mi mano sana a mis labios cuando siento algo salir, abro mucho los ojos al ver sangre.
No quiero respirar.
Poco a poco mis ojos se van cerrando por el dolor.
***
Abro mis ojos con pesadez, parpadeo una y otra vez hasta acostumbrarme a la luz blanca, miro a mi alrededor y estoy en una habitación de hospital, respiro profundamente y para mi sorpresa no me duele mucho hacerlo.
Sintiéndome mejor quito con delicadeza los cables que tengo en mi cuerpo, hago a un lado las cobijas que cubren mis piernas y saco mis pies descalzos de la cama, me asusto al ver los seis hombres tirados en el suelo durmiendo en diferentes posiciones, simplemente unos recargados a los otros
Bajo de la cama y camino de puntitas a la puerta, sin hacer ruido la abro y la cierro detrás de mí.
Miro a mi alrededor en busca de un baño, camino lentamente, los enfermeros y gente de mi alrededor de miran raros, no les hago caso y sonrío cuando veo el baño, abro la puerta y cierro con seguro una vez dentro.
Me acerco al espejo lentamente, mi nariz esta tapada con lo que parece una gasa, mi brazo derecho tiene un nuevo yeso y está siendo sostenido por un cabestrillo mucho más profesional, temblando alzo la bata de hospital, mi abdomen se encuentra vendado de una mejor manera, las cortadas en mi pecho tienen gasas y también se fueron vendadas.
Mi brazo izquierdo esta vendado desde la muñeca hasta el codo, seguramente por los cortes que me hice, también debieron desinfectarlos y curarlos de mejor manera.
Mis ojos se llenan de lágrimas, odio el gris de mis ojos y cabello, un color sin vida, no me había dado cuenta de que habían quitado estos, prestando más atención puedo sentir mi cabello rosar mi cintura por lo largo que es.
Me sobresalto cuando escucho unos fuertes gritos y pisadas, no necesito verlos para saber a quién pertenecen, suspirando bajo la bata y salgo del baño.
- ¡Todos están muertos si no lo encuentran! - Leonid
- ¡No debe estar caminando! - Jonathan
- ¡Vayan cavando las tumbas hermanos! - Stephen
- Pueden dejar de gritar, me duele la cabeza – Mi voz apenas es un susurro, los seis hombres si me han escuchado ya que se dan la vuelta y me miran.
Leonid es el único que camina hacia mí, me carga y me lleva de nuevo a la habitación para acostarme.
- ¡No puedes caminar! – Hago una mueca, Leonid esta por decir algo más, pero se calla cuando por la puerta entran los 5 hombres y un doctor.
- Bueno Dennis me preocupa tu grave desnutrición, pesas la mitad de tu peso ideal - Todos me miran, trago el nudo en mi garganta y me hago lo más pequeño que puedo.
- Severa desnutrición... hermano creo que es hora – Caín mira a Leonid quien asiente.
- ¿Ya nos lo podemos llevar? -
- Claro que sí señor, le mandaré unas vitaminas y una dieta – Leonid asiente al doctor que lo mira con miedo.
¿Porque quieren ayudarme?
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★//Dulce Amor//★ (+18) TERMINADA
Short StoryContenido solo para adultos. (HISTORIA ORIGINAL, COMPLETAMENTE MÍA) • Si eres una persona de mente cerrada, te recomiendo buscar otra historia. (Prohibida cualquier adaptación o copia sin permiso) (Yaoi - Mpreg) - (Male pregnancy) ♦ No importa dónd...