Capítulo 3

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Roier tuvo que hacer malabarismos entrevistando a siete participantes a la semana. Todos tenían personalidades diferentes; todos habían cometido diferentes delitos. Fit, y su atención de perro, fueron un alivio bienvenido para algunos de los demás. Luzu le recordaba a Roier a su gato. No revelaba nada de sí mismo, esquivaba los puntos principales de las preguntas,hacía que Roier siguiera la conversación y luego, justo al final, cuando Roier estaba a punto de darse por vencido, sonreía y le daba a Roier la respuesta que esperaba, sin rodeos, y directo al grano. Al final de su tiempo, era Roier quien agradecía a Luzu una y otra vez por cooperar. Luzu sonreía e inclinaba la cabeza.

-De nada.

Roier necesitaba a Luzu en el estudio. Ya había sido evaluado por otro psicólogo años antes y obtuvo una puntuación alta en los criterios de Roier. Las entrevistas funcionaban por medio de una lista de verificación de rasgos de personalidad. Cualquiera que obtuviera una puntuación superior a treinta era un participante ideal, y Luzu había obtenido las mejores calificaciones cuarenta años antes. Era una rareza, un estándar de oro.

Spreen nunca había sido evaluado, pero Roier predijo que é ltambién estaba en línea para el patrón de oro. Sería ideal, otro puntaje perfecto, si Roier pudiera controlarlo.

****

Spreen esperaba en la oficina, con una sonrisa de suficiencia en su lugar y las piernas abiertas. Roier entró en la habitación con toda la confianza que pudo reunir y colocó sus papeles sobre la mesa.

-La semana pasada... eso fue inapropiado.

-Estoy empezando a pensar que esa es tu palabra favorita.

Roier sostuvo su pulgar y su dedo índice a un centímetro de distancia. -Estuve así de cerca de echarte del estudio.

La sonrisa de suficiencia de Spreen se retractó y él parpadeó.

-Dime por qué te quitaste la camiseta y no me digas que tenías calor.

-Te diré por qué, si prometes no echarme del estudio.

-Bien.

Spreen suspiró y se dio la vuelta. -Quería una respuesta.

-¿Una respuesta? No hiciste ninguna pregunta.

-No necesitaba preguntar con palabras.

Roier se frotó en círculos en las sienes. -No te entiendo.

-Quería saber si me encontrabas atractivo. Quería saber si eras gay.

-¿Qué?

-Puedo decirte que sé que te aterro, pero quería ver si, debajo de eso, me encontrabas agradable a la vista, y tu reacción me dijo más de lo que tus negaciones alguna vez podrían decirme. Soy lo que no sabías que querías en un hombre. Musculoso, caliente.

La boca de Roier se abrió y negaciones que iban desde susurros de incredulidad hasta gritos de ira se formaron en su cabeza, pero no dijo nada.

-Estoy aquí para un estudio. Si soy gay o si te encuentro atractivo, es completamente irrelevante.

-¿Entonces no vas a negarlo?

-¿Pasa algo si lo niego?

Spreen sonrió, mostrando sus dientes. -No, no pasa nada. Puedes hacerme las siguientes preguntas ahora...

Roier se balanceó sobre sus talones y luego se sentó en su silla. Ordenó sus papeles y se aclaró la garganta.

-Son más sobre la infancia.

Spreen se golpeó la sien. -Fit ya me puso al corriente.

-Por supuesto que él te tenía que contar...

PSICOPATA  [SPROIER] {ADAPTACION}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora