PSICOPATA [SPROIER] {ADAPTACION}

Capítulo 15

Roier luchó por abrir los ojos. Sobre él zumbaba una luz rectangular, bañándolo de luz, y junto a él una computadora emitía pitidos al ritmo de su corazón. Era el quinto día que se despertaba en el hospital y todavía se sentía tan mareado como en el primero.

Jaiden le apretó la mano y él la miró. -Te compré algunas uvas.

Las de ayer estaban en la papelera al otro lado de él, pero no se lo mencionó a Jaiden.

-Gracias.

Sonrió débilmente y se obligó a comer una. Ella sonrió felizmente y tomó unas cuantas para comer ella misma.

Bajó la mirada y alisó la sábana arrugada. -Spreen ha estado preguntando por ti. Un montón.

-¿Qué ha estado diciendo?

-Que si no le decimos cómo estás, se escapará y lo descubrirá por sí mismo.

Roier resopló. -Si hubiera un prisionero que pensara que podríaescapar, sería él.

-Le dije que estás bien y que los médicos te han arreglado el pulmón.

-¿Qué pasa con Fit?

-Spreen está amenazando con perforarle el pulmón. Un pulmón por un pulmón lo llama. Fit ha solicitado una transferencia.

-¿Crees que lo conseguirá?

-Probablemente. Spreen es el mandamás de ese ala, y si él no está contento con alguien, nadie lo está.

Roier cerró los ojos y exhaló lentamente. -Todo sucedió tan rápido que ni siquiera pensé en el botón rojo, y mucho menos en tratar de presionarlo.

-Te estrelló la mesa contra el pecho. Poco podías haber hecho. Fue un buen trabajo que dejaran pasar a Spreen por la puerta para tu sesión, de lo contrario...

Roier se estremeció y Jaiden cerró la boca de golpe.

-Solo quiero estar fuera de aquí -se quejó Roier.

-Te darán de alta más tarde.

-¿Has estado alimentando a Marte?

Jaiden puso los ojos en blanco. -Me preguntas eso todos los días. Entro en tu casa y le dejo un plato de comida. He caminado llamándolo, pero no sale.

-Probablemente se está escondiendo debajo de la cama.

-Bueno, no te agaches para comprobarlo, tienes que cuidarte.

-Sí, jefa.

-Ya sabes, si no te sientes con ganas de volver a la prisión, nadie te culpará.

Roier se inclinó rápido e hizo una mueca por el dolor punzante en su costado. -Sí quiero volver.

-Solo cuando estés listo.

-Tan pronto como pueda.

-Mira, solo descansa. El médico dijo que podrían pasar hasta ocho semanas hasta que te sientas mejor de nuevo.

-No voy a pasar ocho semanas acostado en la cama. Quiero seguir en la prisión.

-Tendremos que tomar algunas precauciones para que esto no vuelva a suceder.

-¿Qué precauciones?

Jaiden se encogió de hombros. -Un guardia en la sala cada sesión.

Roier negó con la cabeza y luego apretó los ojos cuando la habitación se inclinó. -No, es confidencial. No puedo tener un guardia conmigo. Afectará los controles y los resultados...

-Está bien, tal vez no un guardia, pero las precauciones, claro que sí. Tenemos que asegurarnos de que estés a salvo.

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