Tres días después solicitaron la presencia de Louis en la suite presidencial. David, su jefe, se lo transmitió con una mirada interrogante que hizo que se pusiera como un tomate.
— Asciendes a los círculos superiores, Louis — murmuró —. No tengas prisa en volver, puede que consigas alianzas que nos beneficien a todos.
Él se dio cuenta de que los demás empleados lo miraban a hurtadillas mientras se levantaba de la silla. Se había convertido en un manojo de nervios en los últimos días, desde que Harry había utilizado su influencia para que se realizaran las pruebas de ADN. Otro recordatorio, por si lo necesitaba, de su enorme riqueza, de su capacidad para lograr lo que quería.
La analista era amable y habló mucho, a pesar del silencio entre Harry y él. No parecía darse cuenta del ambiente cargado de desafíos y preguntas no pronunciados. O tal vez estuviera habituada a las emociones que provocaban semejantes circunstancias. Al fin y al cabo, no había necesidad de pruebas científicas si había confianza entre la pareja.
Louis inspiró y se dirigió lentamente al ascensor. Harry tenía que haber recibido los resultados del laboratorio y por eso lo llamaba. Era indudable que había pagado por el privilegio de que se los comunicaran lo antes posible. La ansiedad le formó un nudo en el estómago.
¿Qué haría él al saber que el niño era suyo? La pregunta llevaba días acosándolo e incluso, cuando conseguía quedarse dormido, soñaba con ella y se despertaba más cansado de lo que se había acostado.
El mayordomo lo esperaba en la puerta y le dirigió una sonrisa amable pero impersonal. ¿Habría visto su huida desesperada de unos días antes? Louis mantuvo la barbilla erguida mientras se obligaba a sonreírle a su vez y entraba.
La paz lujosa que reinaba en la suite lo atrapó. Los muebles eran de excelente calidad y disponía de todo lo necesario, aunque sólo se alojara en ella una persona. Estaba concebida para los archimillonarios, para gente muy importante, por lo que no era de extrañar que se sintiera insignificante y nervioso mientras se aproximaba al hombre silencioso que allí estaba.
Aunque Harry encajara perfectamente en aquel entorno, no era el caso de él, una persona totalmente común y corriente, que no podía considerarse especial en ningún sentido. Lo sabía desde mucho antes que un hombre rico lo tentara a creer en los milagros.
— Louis.
El sonido de su ronca voz fue como una caricia sobre su piel. Su reacción, su debilidad física hacia él, hizo que se le erizara el vello.
— ¿Has ordenado que viniera?
— He pedido que vinieras.
— Pero cuando una petición procede de la suite presidencial, los empleados tendemos a satisfacerla a toda prisa — por algún motivo, se sentía seguro al hacer hincapié en la enorme distancia entre ambos, como si, por arte de magia, pudiera borrar el recuerdo de la locura que se había apoderado de él la última vez que estuvo allí. Se fijó en el sillón contra el que él lo había colocado y acariciado y casi...
— Siéntate, por favor.
Para sorpresa de Louis, le indicó una silla de respaldo alto que había frente a un escritorio. Se sentó. Era mejor aquello que la intimidad del sofá. Fue a sentarse cuando observó los papeles que había en el escritorio.
— ¿Ya tienes los resultados de las pruebas?
— Sí.
Louis no pudo adivinar nada por el tono de la voz ni la expresión de la cara. ¿Estaba decepcionado, enfadado o emocionado por saber que tenía un hijo? ¿Experimentaba algún tipo de sentimiento?
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UN AMOR EN EL RECUERDO (LS AP)
FanfictionTras un accidente, Harry había sufrido perdida de memoria. No importaba que familiares y amigos le hubieran asegurado que en aquellos meses que no recordaba no le había sucedido nada extraordinario, él tenía la sensación de haber perdido algo, de qu...