CAPÍTULO 12

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— ¡Pa-pa! ¡Pa-pa! — los gritos de Matt resonaron en la piscina de la mansión. Louis alzó la vista de su revista y vio que Harry salía del agua como un dios marino, todo músculo y virilidad.

Habían pasado un par de meses desde la boda. Él había vuelto a conocer el olor, el gusto y el tacto de su espléndido cuerpo, a descubrir la pasión y el placer que le producía.

Harry lanzó a Matt hacia arriba y lo recogió al caer. El niño chillaba de alegría. Su hijo. Su esposo. La emoción le hizo un nudo en la garganta. Los dos estaban desarrollando la clase de relación con la que él siempre había soñado.

Al principio, Harry anduvo con cautela, casi con desconfianza, como si tratar a un niño pequeño equivaliera a relacionarse con un extraterrestre. Pero, poco a poco, se había ido acostumbrando a él y había surgido la camaradería entre ellos, una relación basada en mucho más que el deber.

— ¡Pa-pa! — la voz de Matt se hizo más aguda al pedirle a Harry que lo volviera a lanzar.

Louis sabía que ese tono era una señal inequívoca de que Matt estaba cansado y sobrexcitado y que, si continuaba jugando, acabaría llorando. Iba a prevenir a Harry, pero éste se le adelantó. Puso al niño en el agua y le fue mostrando los seres marinos que había en el mural de una de las paredes. Después de unos segundos de lloriquear, Matt se interesó en los dibujos y trató de repetir las palabras que le decía su padre.

Louis se relajó. Harry comprendía al niño. Tenía una disposición innata para ser padre. Le gustaba estar con él. ¿Qué otra razón podía haber para que pasara tanto tiempo en la casa en vez de estar en las oficinas de sus empresas?

Aunque seguía trabajando mucho, su horario laboral se había hecho más flexible. Aquel día había llegado a media tarde, a una hora en que Louis y Matt siempre estaban en la piscina. Llevaba media hora jugando en el agua con él.

Había hecho lo correcto: padre e hijo estaban desarrollando una relación basada en el respeto y el amor, algo que sería para toda la vida y que Louis siempre había deseado para su hijo. Harry salió del agua cargando a Matt y se dirigieron a él. Louis dejó la revista y alzó los brazos para agarrar a su hijo sin mirar a su esposo.

— Ven aquí, cariño. ¿Te lo has pasado bien?

— Pa-pa — dijo el niño sonriendo mientras los ojos se le cerraban.

— Sí, has nadado con papá, ¿verdad? — seguía sin mirarlo porque le parecía que había algo inquietante en él. Reprimió un escalofrío y se concentró en secar a su hijo — Tiene que dormir — le dijo finalmente.

— Ya he llamado a la niñera para que venga por él — dijo Harry mientras tomaba a su hijo de vuelta —. Así podrás seguir leyendo. ¿Lo ves? Matt está contento.

Así era. El niño comenzó a llamar a la joven que lo cuidaba en cuanto la vio entrar.

— De acuerdo — dijo Louis. Pensó que Harry se marcharía en cuanto se llevaran a Matt, así que volvió a agarrar la revista, pero él se quedó mirándolo. Que lo mirara de esa forma lo ponía nervioso.

En vez de marcharse, Harry se tumbó en la hamaca que había al lado de la suya y lo hizo de lado para mirarlo. Louis buscó decir algo para romper el silencio.

— No he visto mucho a Livia desde la boda — Finalmente habló. La relación con ella era cortés y correcta, nada más. Louis no veía sentido pedirle explicaciones por haberle mentido sobre Adele y él, pero tampoco se le olvidaba.

— Livia está muy ocupada — contestó Harry en un tono que a él le pareció de desaprobación.

— ¿En serio?

UN AMOR EN EL RECUERDO (LS AP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora