CAPÍTULO 14

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— ¿Me has oído, Louis? — Adele inclinó la cabeza hacia un lado, como si fuera un pajarito.

— Claro que te he oído — él le sonrió mientas trataba de centrarse en la conversación. Se preocupaba demasiado por lo que no podía ser. En los últimos días su relación con Harry había avanzado bien; más que bien.

Era un padre excelente y un amante estupendo. Era amable y atento. ¡Y confiaba en él!

— Sí, Adele, ir a la exposición de esa galería de arte ha sido estupendo. Gracias por invitarme.

Louis echó una mirada alrededor del caro restaurante al que Adele lo había invitado a comer. A pesar de su vestimenta cara y de su determinación de adaptarse a la vida de Harry, a veces se sentía inquieto, como si fuera ajeno a aquella vida y todos lo supieran. Que su esposo lo mantuviera apartado de sus obligaciones sociales tampoco era de gran ayuda.

Era cierto que salían, que incluso invitaban a cenar a amigos de vez en cuando, pero era evidente que Harry había rechazado muchas invitaciones que normalmente hubiera aceptado. ¿Era porque temía que no estuviera a la altura?

— Te contaré algo, según los rumores que corren, dicen que el esposo del señor Styles es encantador y viste muy bien — Adele se echó a reír. Ella le había aconsejado a Louis a la hora de renovar su guardarropa —. Dime, ¿estás listo para la comida anual de caridad?

Cada año la empresa Style celebraba una comida de caridad en el salón de baile de la mansión, la misma donde Louis y Harry se habían casado. La recaudación, junto con una generosa donación de distintas empresas, iba a una organización caritativa elegida previamente por Harry, una distinta cada año. Era una tradición que se remontaba a la época de sus abuelos, y se había convertido en un evento importante para la élite social londinense.

— Sí — dijo Louis en tono poco convincente — Estarás allí, ¿verdad?

— No me lo perdería por nada del mundo — contestó alegre la chica.

En realidad, Harry aún no le había hablado de ello. Fue Adele quien se lo dijo ese día. A su regreso pensaba preguntarle a su esposo para que le diera más detalles.

— Oh, se me ha hecho tarde. Me tengo que ir — dijo Adele mientras veía su reloj a la vez que hacía un gesto para pedir la cuenta —. Tengo una reunión importante.

— Entonces no pierdas tiempo. Déjame a mí pagar esta vez.

— Bien. Te llamaré cuando vuelva de París —. Se despidió de él y se marchó.

Louis pagaba la cuenta cuando volvió a sentir la misma sensación de náusea que últimamente había experimentado, trató de contener la excitación que lo invadía, incluso con más fuerte que las náuseas. Sólo se había sentido así una vez: cuando quedó en estado.

¿Lo estaría nuevamente? Un hermano para Matt, otro hijo a quien querer y cuidar, pero esa vez con Harry a su lado. ¿Él se pondría contento? Todo este tiempo no habían tomado precauciones, por lo que cabía esperar que no le disgustara la idea. Se levantó y se dirigió al vestíbulo, donde había un grupo de mujeres mayores bien vestidas.

Reconoció una de las voces.

— Por supuesto, ya me lo esperaba. Pobre Harry ¿Qué remedio le quedaba? Lo hizo por su hijo y ahora tendrá que atenerse a las consecuencias.

Louis sintió unas náuseas más intensas que antes, lo que le impidió darse la vuelta y marcharse. Además, se había quedado parado en el sitio ante el veneno que destilaban las palabras de Livia.

— No es de buena cuna, no tiene clase ni idea de cómo comportarse ni vestirse. No me imagino cómo va a cumplir sus responsabilidades como esposo de Harry. Por suerte, yo estaré en la comida de caridad que ha organizado la empresa. Harry me ha pedido que la presida, me lo ha rogado, y no puedo defraudarlo. Ambos sabemos que su esposo no es el adecuado para estar al frente de tal evento y el apellido Styles es muy importante para ser objeto de burlas.

UN AMOR EN EL RECUERDO (LS AP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora