UN AMOR EN EL RECUERDO (LS AP)

CAPÍTULO 10

Louis inspiró profundamente y se detuvo antes de entrar al salón.

Las voces de los fotógrafos y de los espectadores a lo lejos lo ponían nervioso y le recordaban que se casaba con uno de los hombres más ricos de Reino Unido. La prensa y el público se habían enterado que ese día se llevaría a cabo una boda en la mansión Styles, así que habían rodeado su propiedad en un intento de ver quiénes eran los futuros esposos. Afortunadamente, la seguridad de los Styles mantenía a raya a los insistentes paparazis y a la muchedumbre.

Después de aquel día, su vida cambiaría de forma definitiva. Louis apretó los labios al tiempo que se alisaba el traje inmaculado.

Recordó a su madre en esos momentos, le hubiese gustado que ella estuviera ahí. Incluso después de tantos años, la ausencia de su madre le causaba el mismo dolor. Tenía que haber sabido que ella no acudiría a su boda, a pesar de que Harry le había ofrecido un viaje privado de ida y vuelta para que no perdiera tiempo en el aeropuerto. Pero ella tenía mucho trabajo, le había prometido que los visitaría más adelante, luego de hacer un espacio con anticipación en su agenda.

— ¿Está listo, señor? — Bruno interrumpió sus pensamientos —. ¿Le pasa algo?

¡Todo!

Se iba a casar con un hombre que no lo amaba, incluso, ni lo recordaba y lo hacía para poder conservar a su hijo; sin un familiar o amigo que lo acompañara; se sentía perdido al tener que incorporarse a un mundo aristocrático en el que nunca encajaría; y lo peor del asunto era que, a pesar de todo lo que había pasado, temía que todavía sentía algo por Harry.

Haber compartido los últimos días con él le había hecho revivir muchos recuerdos. Y lo que le había contado Adele, que él no lo había traicionado, que no le había sido infiel, había despertado emociones que creía haber erradicado.

Aunque Harry no lo recordara, Louis sabía que era el mismo hombre del que se había enamorado unos años antes; más impaciente e implacable, pero tan carismático y enigmático como antes, y no un mentiroso y un traidor como había creído cuando lo dejó.

Se sentía culpable por haber creído lo peor de él. Su propia inseguridad lo había predispuesto a dudar de su amor y fidelidad. Los remordimientos dieron paso al deseo, en ese instante, quiso que aquel matrimonio fuera de verdad, por amor, no por conveniencia.

¡No! Harry no buscaba amor en él. Ya lo había dejado claro.

Pero Louis era más fuerte que todo aquello y no iba a compadecerse de sí mismo. Lo hacía por Matt, tenía que centrarse en eso. Echó los hombros hacia atrás y entró por la puerta que custodiaba Bruno. El volumen de la música se elevó y cesaron los murmullos. Se dio cuenta de que múltiples caras se volvían a mirarlo.

Recorrió la pequeña multitud con la mirada, en vez de mirar hacia donde se hallaba Harry. Sentía una opresión en el pecho, pero las miradas ajenas lo obligaron a continuar. Todos eran desconocidos para él, sin duda estarían evaluándolo para ver si estaba a la altura de un Styles.

Louis alzó la barbilla pues sabía que, por lo menos, estaba vestido para la ocasión. Adele había realizado un trabajo soberbio, hacía que pareciera incluso tan elegante como un príncipe.

Al caminar entre la multitud, oyó algunos susurros, vio la envidia en los ojos de algunas gentes, mujeres y hombres, experimentó una sensación placentera. De pronto, allí estaba Adele, sonriendo de oreja a oreja y guapísima. Y Matt, aplaudiendo y llamándolo desde los brazos de la niñera. Louis se inclinó y lo abrazó.

Se volvieron a oír murmullos y sintió como si le clavaran un puñal en la espalda. Se volvió y vio a Livia, sonriéndole con frialdad. ¿Cómo reaccionaría si supiera que todo era una farsa?, ¿que la ceremonia era una parodia cruel de lo que él había soñado en otro tiempo? Su momentáneo placer se evaporó al darse de bruces con la realidad.