viii.La pesadilla apenas está comenzando

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"Corderos del sacrificio.Recibiran nuestro más sagrado cuerpo.Esto empieza ahora...

Al alba, se unirán a nuestro culto, compartirán mi más sagrada bendición, por siempre..."

Leon despertó.

El sudor frío corría por todo su cuerpo y el ambiente del lugar no ayudaba en lo absoluto.

Su atención se fue rápidamente a su compañera, la cual seguía inconsciente en sus brazos.El joven dejó a la muchacha delicadamente sobre la lancha y analizó con confusión a su alrededor.

El aire frío chocaba contra su piel levemente mojada, causándole escalofríos.

Rápidamente reaccionó y arrancó el motor hasta llegar a tierra firme, donde estaban a salvo nuevamente.

Leon aún seguía algo desorientado, por lo qué daba leves tropezones mientras caminaba.Se acercó al cuerpo inconsciente de su compañera, y con sumo cuidado la cargo fuera del bote y la sentó como pudo sobre unas escaleras de madera.

Lo que sea que tuvieran había afectado el doble a la peliengra.

El rubio colocó suavemente sus dedos sobre el cuello de la chica para verificar que siguiera viva.Ella estaba tan quieta que incluso era inquietante, parecía una muñeca de porcelana... con piel tan fría y brillante que parecía irreal.

El rubio se acomodo a su lado y se aclaró la garganta.

—Violette.—Leon habló en su oído mientras sacudía suavemente su hombro—Violette.—repitió,un poco más fuerte ahora.

Leon soltó el hombro de la menor y suspiro.

Eventualmente,Violette fue abriendo los ojos.

—¿Donde estoy?—murmuró, colocando una mano sobre su cabeza.

—Por fin despiertas, no está permitido dormir en el trabajo.—murmuró Leon, y sin pensarlo apoyó su mano sobre su espalda.

La pelinegra sonrió .

—Vamos... creo que hemos perdido mucho tiempo...—murmuró, a lo qué Leon asintió y la ayudo a levantarse.

Violette coloco sus dedos sobre su audífono.

—Condor Dos a Nido, ¿estás ahí?—la menor miró a su compañero de reojo.

—¿Condor Dos?¿están bien?, ¡llevo tres horas llamándolos!—la voz de Hunnigan se oía más aliviada ahora.

—Lo sé, lo siento...—murmuró en respuesta con una sonrisa mientras se adentraban a una cabaña en mal estado.

—¿Y la iglesia?¿lograron encontrar a Aguilucho?

—Negativo.Mi compañero y yo estamos en busca de una llave para poder ingresar.

—Recibido.Me alegra que ambos estén bien, corto.

Violette quitó sus dedos de su audífono y miró a su compañero.

—¿Y bien?¿Vamos?—la menor señaló la puerta de salida.

El rubio asintió y tomó la perilla de esta.

SWEET,, leon s. kennedy fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora