ix.¿enemigo o aliado?

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Los tres adultos se vieron interrumpidos cuando el sonido de las puertas abrirse retumbó en toda la pequeña iglesia.Leon le hizo una seña a las dos chicas y estas lo siguieron.

Como era de esperarse, los aldeanos habían ingresado a la iglesia en busca de los agentes y la muchacha.

Violette sostuvo delicadamente el hombro de la rubia

—Por aquí...—murmuró, haciéndole señas a su compañero para que guiara a Ashley.

Leon asintió y los tres caminaron con sigilo hacia unas escaleras, las cuales los llevó a lo más alto del edificio.

No parecía haber otra salida más que una ventana que dejaba ver el lluvioso clima de afuera.Leon no dudo y salto.

Coño... esta demente...—murmuró la pelinegra, asomándose

—¿Creen poder saltar? Las atrapare.

—Ni loca.—Ashley retrocedió y volteó a mirar a Violette—¿No hay otra manera?

Ella sonrió y acaricio con suavidad el hombro de la universitaria.

—Parecerá un torpe, duro y sin sensibilidad.Pero te prometo que es muy fuerte.—ella guiñó un ojo—Y no creo que tengamos mucho más tiempo.

Los gritos de los aldeanos cada vez era más cercano.

Ashley asintió y volvió a acercarse a la ventana.Dudo, pero finalmente cayó en los brazos de Leon.

Leon dejó a la joven y devolvió su mirada hacia su compañera.

—¿Necesitas una mano, princesita?—exclamó el rubio con sarcasmo.

—¡Oh, Romeo!—la pelinegra le siguió el juego—¡Déjame caer en tus brazos!

Violette finalmente se tiró, dejándose caer en los fuertes y formados brazos de su compañero.El contacto visual entre ambos no duro mucho ya que un pequeño ruido por parte de la joven los saco de su burbuja.

—¿Ustedes de casualidad...?—murmuró, señalando a ambos.

Rapidamente, Leon dejó a Violette.

—Ni de broma.—dijeron al unísono.

Se volvieron a mirar y Ashley se mostraba más confundida.

—¿En serio?

—¡E-eso no importa!—interrumpió Violette—Tenemos que informarle a Hunnigan.—Violette se bajó de la plataforma, acción que Ashley y Leon copiaron.

Presiono ambos dedos sobre su audífono e inicio comunicación con Hunnigan.

—Nido, aquí Condor Dos.Tenemos a Aguilucho.—informó la pelinegra, mientras que detrás de ella esperaban los dos adultos.

—Recibido, ¿ella se encuentra bien?—sonidos de un teclado se escucharon en la línea de Hunnigan.

—Como una rosa.

—Perfecto.Bien hecho, Cóndor Dos.El helicóptero va en camino.Te enviaré las coordenadas del punto de extracción.Hasta entonces, deberán proteger a Aguilucho a toda costa.

—Recibido.—volteó y compartió una mirada cómplice con Leon.

—Dense prisa.El tiempo empeora.—Hunnigan cortó la comunicación.

Violette retiró sus dedos del audífono y dejo caer su brazo a su costado.

—Señorita Graham.—habló la pelinegra con algo de seriedad, llamando la atención de la mencionada—No sabemos lo que habrá más allá, así que le pediré que porfavor confíe en nosotros, y bajo ninguna circunstancia se aleje.

Entendido.—Ashley asintió.

Se fueron acercando a la salida, pero se detuvieron cuando pudieron visualizar a una aldeana que estaba buscándolos

Violette detuvo a Leon y Ashley.
Con su característico sigilo tapo la boca de la aldeana y clavo el cuchillo en su yugular.Una vez que la dejo en el piso visualizo a su alrededor para asegurarse de que no habían moros en la costa, les hizo una seña para que continuaran

Rápidamente se detuvieron detrás de una roca cuando dos aldeanos llegaron y se dirigieron a la iglesia a paso lento.

Continuaron su camino a hurtadillas por el comentario hasta llegar a un camino donde se encontraron con uno o dos aldeanos, los cuales no requirió demasiado esfuerzo matar.

—Bienvenidos, forasteros.Tengo cosas nuevas que seguramente les interesara.—tarareo el buhonero cuando los vio llegar.

Leon se dirigió a Violette.

—Mientras tanto, cuida a Ashley y revisa si no está herida.

—Entendido, señor.—Violette puso la mano en su frente como si de un soldado se tratase.

Leon rodó los ojos en silencio.

Ella no pudo evitar sonreír, pero rápidamente puso los pies sobre la tierra y miró a Ashley, quién miraba todo a su alrededor como si fuera una niña pequeña en una feria.

—Ey.—Violette se acercó con una sonrisa, capturando la atención de Ashley—Lo siento.Antes nos presentamos con prisas, pero creo que ahora estamos más tranquilas.

La pelinegra extendió la mano con una sonrisa de oreja a oreja.

—Violette.Violette Wong.

—Ashley Graham, aunque ya me conoces.Yo los metí aquí, supongo.—ella aceptó su mano con una pequeña sonrisa.

—Tonterías.Tu padre es un buen hombre, y no dudaría jamás de salvar a su hija.—sacudieron sus manos con suavidad para luego separarlas.

Ella no había notado nada raro en Ashley.Ninguna mancha, herida, lesión o cualquier cosa que pueda poner en riesgo su salud.

—Esta todo listo.Vamonos.—Leon cargó su arma y le tiró una caja de balas a su compañera.

—Ehm, chicos, ¿será que yo también puedo tener un arma? Digo, sería más práctico.—sugirió la rubia.

Leon negó

—Lo siento.Pero podrías lastimarte.—dicho esto, atravesó una puerta cercana.

Ashley asintió y estuvo apunto de salir hasta que Violette tocó su hombro.Le estaba extendiendo una pequeña arma de bolsillo, era algo inútil en esta situación, pero para defensa personal perfecta.

—Ten esto.Pero no le digas a Leon, me va a matar.

Ashley sonrió y rápidamente la tomó

—Ni una sola palabra saldrá de mi boca.

La puerta se volvió a abrir y salió Leon, rápidamente Ashley escondió el arma

—¿Vienen?—este arqueó una ceja

—Si, capitán.—esta vez respondió Ashley, parecía entrar en confianza.

Leon miró a Violette y de costado notó la pequeña arma en la mano de Ashley, miró a su compañera como si estuviera diciendo "¿es en serio?".

Se metieron a la sala.Esta estaba llena de una especie de neblina que no te permitía ver donde estabas pisando.Pero por suerte, unas antorchas iluminaban un poco el camino.

Apenas abrieron la puerta de salida, una ventisca furiosa comenzó a golpear sus pieles mojadas, provocando una sensación soportable de frío.

Siguieron por un camino infestado de aldeanos, los cuales mataron sin dificultad.

Recorrieron hasta el cansancio lugares por los que ya habían pasado, explorando y buscando atajos para no seguir poniendo en peligro a Ashley, pero cada vez parecían más acorralados por los aldeanos, al punto en que ni siquiera sus armas eran útiles.Eran demasiados.

Estaban huyendo, cuando una voz capturo la atención de los tres

—¡Eh!, ¡por aquí!—el hombre con el que se habían encontrado antes.

Luis.—Violette saboreo su nombre entre sus labios al mencionarlo casi en un susurro inaudible.

Aún no estaba segura de si ese tipo era enemigo o aliado, tendría que ver como sucedían las cosas.

SWEET,, leon s. kennedy fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora