xii.'el pasador mágico de Ashley'

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Una vez que ya habían derrotado a los 'soldados' de Salazar, los adultos jóvenes se aventuraron por el castillo de lujosas -y anticuadas- decoraciones.Si querían salir con vida de allí, definitivamente les convendría buscar una nueva ruta.

—Eh, creo que podríamos ir por aquí.—señaló el rubio

No se podía apreciar absolutamente nada, oscuridad total.

—¿Linterna?

—Nop.—respondió la asiática

Leon hizo un truco con sus manos, sacando de forma hábil una linterna extra de su cinturón

—Empiezo a creer que olvidaste toda tu indumentaria en casa.—le extendió la linterna.

—¿Puedes culparme? No podía traer ninguno de mis bolsos favoritos.—Violette suspiró

Leon rodó los ojos y Ashley rió sutilmente.Era un gran problema,o como Violette solía llamarlo;"alerta rosa".

Bajaron con precaución las escaleras de ladrillo, asegurándose cada segundo de la seguridad de Ashley.Tenian que ser profesionales, claro, pero el olor a putrefacción que emanaba -lo que parecía ser un sótano- lo hacía insoportable, provocando un curioso revoltijo en el estómago y ganas de vomitar.

Pero tenían que ser profesionales.Al fin y al cabo, el olor de un cuerpo descomponiendose no era nada a lo que habían pasado años atrás en la ciudad de los mismísimos demonios.

Apenas bajaron las escaleras, lograron apreciar elementos de tortura y cadáveres despellejados de lo que antes eran simples civiles, pero algo más llamó la atención del trío, un desesperante y atemorizante grito.Tal vez era un monstruo inhumano, o un aldeano siendo torturado.

Solo habían dos opciones.

—Me... siento mal.—Ashley se tambaleó, haciendo que los agentes voltearan

—Ey, ¿que sucede?—Violette se acercó a ella y frotó su espalda.

La universitaria apoyó su peso con una mano en la pared, mientras se inclinaba y tapaba su boca con su mano disponible.

Los agentes se miraron

Ashley no estaba preparada para las duras e inhumanas cosas que tendría que ver en lo que quedaba de su travesía.

Una mueca se formo en el rostro de la asiática cuando la rubia comenzó a vomitar.Leon suspiró y volteó,  parecía que los dos pensaban lo mismo.

Violette y Leon pudieron ponerse en sus zapatos...

Una muchacha joven de veintiún años, con toda una vida llena de sueños y esperanzas, viviendo la vida universitaria de película... un ser inocente que lo único que quería ahora era escapar de unos dementes que iban a sacrificarla.

Inocencia.

Una palabra que todos en esa habitación habían olvidado hace rato.

Les recordaba a algo.

Podían fácilmente verse reflejados en ella antes de los duros entrenamientos militares.

SWEET,, leon s. kennedy fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora