SWEET,, leon s. kennedy fanfiction

xi.la mala suerte es nuestro mejor amigo

Y como si la mala suerte fuera su mejor aliado (o mayor enemigo), terminaron envueltos en otro problema.

El hombre del que habían escapado hace apenas unos minutos, los había acorralado en un granero.Ahora mostaraba su verdadero 'yo', convirtiéndose en una bestia mutante luego de que hayan intentando prenderle fuego (claramente, fue un intento inútil).Ashley salió despavorida luego de que Leon se lo haya indicado.

Ambos agentes retrocedieron al ver que era prácticamente invencible, estaban acorralados.

—¿Te gusta el flamenco?—Leon le extendió unas pocas cajas de balas, Violette arqueó una ceja y las tomó —Porqué creo que nos dará una buena clase.

Cada uno saltó por su lado cuando el alcalde tiro una tabla de madera hacia ellos.Cada uno preparó su respectiva arma y comenzó el ataque.

La bestia se movía salvajemente de un lado a otro, esquivando sus balas con gracia.Fue entonces cuando la azabache finalmente pudo darle, haciendo que caiga.Leon se acercó y clavó el cuchillo en su cabeza, esto pareció molestarle.

—Eso es...—murmuró—Leon, ¡esa es su debilidad!—el nombrado asintió y mantuvo su cuchillo en mano.

Siguiendo ese ritmo, lograron debilitarlo múltiples veces hasta finalmente hacerlo caer.

—¡Chicos!—la voz de Ashley se hizo presente—¡Por aquí!

Ninguno de los adultos había notado que Ashley había roto una ventana debido al constante sonido de las maderas cayéndose.No tardaron en correr hacia esta y saltar, dejando el lugar en llamas.

Violette cayó de rodillas, mientras que Leon rodó por el suelo.Ashley rápidamente dio palmaditas en la camisa de comprensión de Leon para apagar las pequeñas llamas de fuego.

—¿Están bien?—Ashley ayudo a Leon a levantarse y miró entre ambos agentes.

—Creo que realmente nos odiaba.—la asiática estiro su espalda entre pequeños gruñidos.

—Deberíamos marcharnos—Leon sacudió el polvo en su pantalón—. El fuego les llamara la atención.

Ambas mujeres estuvieron de acuerdo y continuaron su camino hasta llegar a lo que parecía ser un castillo... era notoria la estructura antigua y algo desgastada, pero aun se mantenía elegante.Sospechosamente el puente se cerró detrás de ellos.

El sonido del audífono alertando a los agentes de una llamada entrante los despabilo.Violette no tardo en contestar.

—Hola, aquí Luis, ¿estáis aquí?—la voz de Luis sonó en ambos audífonos al mismo tiempo.

—Claro, el príncipe quería ver su castillo.—Leon rodó los ojos con el comentario de Violette.

—Perfecto, porqué tengo el regalo perfecto para vosotros.Medicina para evitar que la situación empeore.—fue suficiente para endulzar sus oídos

—¿Dónde estas?

—Veamos... vengan al patio que esta dentro del castillo.Nos vemos ahí, ¡ciao!—Luis colgó la llamada.

—Lo he oído... supongo que nos daremos prisa.—Ashley miró entre los adultos.

—Tu lo has dicho.—miraron el enorme castillo frente a ellos, era lo siguiente a impresionante

Si querían evitar convertirse en... 'eso', debían darse prisa desde ya.

[...]

Luego de la desesperante persecución (donde fueron atacados sin descanso con catapultas y antorchas), lograron entrar al castillo, donde se notaba los años de la estructura pero lo bien que se mantenía, la misma impresión que daba desde fuera.

Fue cuestión de pocos segundos para que un nuevo problema se desenvolviera frente a ellos...

—Bienvenidos a mi castillo—un -pequeño- hombre acarició el barandal con sus arrugadas manos y alargadas uñas—.Es un placer por fin conocerles... Señor Kennedy y señorita Wong.—Violette colocó a Ashley detrás de ella.

—¿Quién coño eres tú?—interrumpió el rubio

—¿Yo? Oh, porfavor... me llamo Ramón.—Leon y Violette intercambiaron miradas—Y déjenme ir directo al grano.

Algo olía realmente mal en todo esto, y no era de extrañar debido al aspecto y voz escalofriante del hombre.

—Quiero que ustedes dos me entreguen a la muchacha, sin rechistar... ahora.

Lo sabía.

Antes de que Leon pudiera decir algo, Violette dio un paso en frente de Ashley

—Eso no ocurrirá ni en tus jodidos sueños.—se preparó, con su mano sujetando la pistola en su cinturón.

—La chica está bien, con nosotros.—Leon imito la acción de su compañera y preparó su pistola.

El hombre apretó el puño

—Oh, señor Kennedy y señorita Wong.Cuan noble son.—su expresión cambió a una que parecía más enfadada—Sin embargo, verán, la chica nos pertenece.

—¿Y por qué coño te pertenecería?

—Señorita Wong... la jóven será la fuente, y los Estados Unidos y el mundo rebosarán con su gracia.Pues esa es la voluntad de mi maestro, santificado, lord Saddler.Asi qué, me la entregarán, ¿verdad?

—¡Jamás!—exclamó Ashley, escondiéndose detrás de sus salvadores.

—Ya has oído a la chica.No le agradas.—una sonrisa sarcástica adorno el rostro Violette.

—Que desafortunado.—Ramón chasqueo los dedos—Que los invitados se sientan como en casa, ya que han elegido morir.—dicho esto, desapareció del balcón.

Unas puertas se abrieron, revelando unas sombras de largas y oscuras túnicas, sosteniendo diferentes armas.

Retrocedieron unos cuantos pasos y cargaron sus armas, los problemas los perseguían.