El pequeño reloj de bolsillo que se encontraba al lado de él comenzó a sonar, eran las cinco de la mañana cuando Lee YongBok comenzaba despertar debido al ruido que produce dicho reloj, con dificultad abrió sus ojos y buscó aquel artefacto para poder silenciarlo. Por lo que al lograrlo talló sus ojos con ambas manos para poder abrir bien sus ojos y mirar a su alrededor.
Fijó su vista hacia la ventana y miró que pronto comenzaría el amanecer, así que era momento de comenzar a alistarse pues tenía que estar en la pastelería antes de las siete.
Así que comenzó a asearse lo más rápido que pudo para aprovechar el tiempo que tenía.
Y así fue que veinte minutos para que dieran las siete el jóven ya se encontraba fuera del lugar esperando a la dueña y a su hijo para el siguiente día de trabajo.
El de cabellos rubios presentía que hoy sería un buen día.
. . .
Las primeras horas del día estuvo junto con Han en hornear y preparar las masas de los respectivos pasteles y galletas. Para la suerte de ambos trabajaban muy bien juntos así cómo comenzaban a conocerse pues de ahora en adelante así sería.
– Acaba de llegar un pedido para los reyes.– Dijo Wheein mientras se asomaba a la cocina a lo que Han asintió de inmediato.
– Perfecto,antes del mediodía los postres estarán en la mesa de los reyes. – Dijo Han mientras su madre asentía y regresaba a atender. — YongBok, esto es un pedido importante así que vamos a dividirnos lo que tenemos que hacer y después me acompañas a dejarlo ¿Está bien?
El rubio asintió para comenzar a trabajar en ello.
Y en un tiempo récord de cuatro horas los postres y el pan que se vendería el día de hoy ya se encontraba terminado y listo para vender junto con el pedido de los reyes.
Una vez empaquetado los dos jóvenes salieron con rumbo al castillo para hacer dicha entrega.
— Agregue tres rebanadas del pay de frutos rojos que hice ¿No hay problema?. — Habló Yongbok a la mitad del camino.
— No, en absoluto. — Decía Han. — De vez en cuando le regalamos rebanadas extra a los reyes para que también lo prueben. Pero estoy seguro de que a la reina le gustará, para los eventos importantes siempre pide pastel con relleno de frutos rojos así que supongo que es su favorito.
El camino fue de lo más tranquilo y antes de que marcara el mediodía los dos jóvenes habían llegado a la gran entrada del palacio siendo esperados por el asistente del príncipe.
Kim Seungmin.
— Jóven Han. — Dijo el asistente mientras le saludaba.
— Asistente Kim, hacía mucho tiempo que no nos veíamos, me alegra que se encuentre bien. — Decía Jisung.
— Veo que vienes acompañado ¿Quien es? — Decía Seungmin mientras veía al chico de cabellos rubios quien intentaba esconderse detrás de Jisung pareciendole algo tímido y tierno.
— Oh... Él es mi amigo Lee YongBok y entró a trabajar en la pastelería con mi madre y conmigo. — Dijo haciéndose a un lado para que viera al nombrado.
— ¡Mucho gusto! — Dijo el pequeño Lee mientras hacía una reverencia haciendo que Kim sonriera.
— Lo mismo digo Yongbok, soy Kim Seungmin. — Estiró su mano esperando para saludarlo y Lee con gustó la sujetó a manera de saludo. — Espero verte más seguido por aquí. — El rubio asintió.
— Bien, aquí está el pedido de los reyes — Dijo Han mientras le entregaba la gran canasta.
— Perfecto, gracias. — Dijo Seungmin. – Oh, por cierto la reina me dijo que los espera el próximo Viernes a primera hora de la mañana para hablar acerca de terminar de arreglar los detalles pendientes para el pastel del príncipe Bang.
ESTÁS LEYENDO
The Castle ➡️ Stray Kids
Hayran KurguLee Yongbok era un joven que había escapado de su antiguo hogar ya que a todo el pueblo se le trataba de una manera inhumana, eran esclavos y todas las ganancias eran para el rey. Mientras que todo el pueblo pasaba hambre y morían. Esa no era una f...