El amor no conoce de fronteras, tampoco de edad, tiempo, género, eso es alguna de las cosas que dicen del amor.
Te amare en todos los multiversos, aunque nos separen, cuando reencarne te seguiré buscando. Parece ser que el amor es algo muy hermoso.
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El clima era deprimente, era como si a medida que avanzarán a la base enemiga les estuviese advirtiendo que iban a morir. Para su suerte el ambiente lluvioso era una ventaja para atacar sin ser descubiertos, sería una misión de sigilo con éxito. Solo tenían que tener la suficiente cautela. Todavía faltaba mucho camino por recorrer, era una ruta larga de tres días a pie. Solo había un vehículo que llevaba los suministros pero se mantenía alejado del grupo.
Al segundo día llegaron a una aldea completamente en ruinas, todos los soldados avanzaron evitando observar los putrefactos cadáveres debajo de los escombros o asesinados por las fuerzas militares enemigas. Pobre aldea había sido injustamente atacada, vidas de inocentes tomados por una guerra sin sentido y ellos serían quienes determinarían lo que sucederá, ansiaban acabar al enemigo para darle fin a esto y salvar más de una vida.
Genya se lamentaba por la perdida de tanta gente, olía a pólvora y sangre, el nauseabundo aroma del lugar lo marea, escucha a los cuervos de pie sobre las ramas de los árboles secos, estaban esperando para devorar los cadáveres como los carroñeros que son. La mirada de Genya se detiene en Tanjiro quien había sido enviado a la misión por insistencia de él.
El de cabello pelirrojo estaba temblando de pie con los puños apretados observando una casa derrumbada acompañada de varios muertos alrededor. Solo observaba la espalda del Kamado pero estaba seguro de que estaba llorando.
— ¿Estás bien? — Se acercó preocupado, parecía ser que a nadie le importaba el estado de su compañero.
— Esos que están ahí son mi familia, este es... Es el lugar en el que vivía antes de que me reclutaran. — Solloza lleno de coraje intentando no formar un escándalo con su llanto — Tal vez si no hubiera sido reclutado pude haberlos salvado.
Cayó de rodillas al suelo y abrazo el frío cuerpo de su hermano más joven y comenzó a mencionar a cada uno de los integrantes de su familia ahora fallecidos.
— Falta Nezuko... ¡Falta Nezuko, seguramente está viva! — Se levantó de golpe y miro a Genya con los ojos cristalinos pero un brillo de esperanza en ellos— ¡¿Dónde llevan a los sobrevivientes!?
— Deben estar encerrados en la base enemiga. — Genya observó con una mueca la situación, no era la mejor persona para dar ánimos y no tenía idea de que decir.
— Entonces no tengo tiempo que perder, debo salvar a mi hermana — Se limpio las lágrimas del rostro — Quisiera poder enterrar a mi familia.
— No. Niño más de uno aquí a perdido a alguien y no a tenido la prioridad de sepultarlos, lo mejor será avanzar si quieres recuperar a tu hermana con vida — fue frío y tosco volviendo a integrarse al equipo. No encontraba oportuno ser blando en esa situación, preocuparse por Tanjiro podría ser una molestia.
La lluvia limpiaba la sangre del lugar y daba calma al lugar, seguramente el cielo estaba triste por ver tanta gente sufriendo y decidió mandar a llover para que las penas se purificaran y las almas de los muertos puedan irse en tranquilidad.
