Capítulo IX

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—¿Amigos? —asentí mientras veía la ropa de Kai. Llevaba la camisa blanca con el escudo del instituto y esos pantalones de licra que usaban para jugar.

—Dijo que quería recuperar la amistad —comenté y él rio —¿Qué pasa?

—Nada manchas —me paso la pelota de beisbol que había tenido botando un rato.

—Kai Cooper, deja a tu chica y ven al vestuario ya —me miró y se encogió de hombros antes de girarse, caminaba hacia el interior frenó al oírme hablar.

—Kai —se giró —suerte en el partido —le pasé la pelota y él sonrió mientras se giraba.

Me volví a las gradas donde estaban todas mis amigas, Astrid al verme tiró el cigarro lo que agradecí. Odiaba el olor a tabaco y ella lo respetaba. Hazel parecía ansiosa, pero me saludó con una sonrisa y cuando Tess me vio me abrazó y me dejó un sitio.

—¿Cómo vas con tu chico?

Tess estaba saliendo o bueno conociéndose con un becario del bufete de abogados de sus padres. No sabía quién era porque ella no quería presentárnoslo antes de que fuese nada serio.

—Bien, nos vemos poco ahora que estamos empezando los exámenes, pero me ha dicho que tiene una sorpresa para navidad.

—Espero conocerle un día —la dije y ellas sonrió. Nos callamos al ver a los dos equipos y el juego comenzó.

En cuanto terminó bajamos de las gradas emocionadas, habíamos ganado y estaban los jugadores celebrándolo, y aunque primero encontré a Mason estaba ocupado con Olive así que mi vista busco a Kai. Le vi con la camisa desabrochada y a pesar de que llevaba puesto una camiseta blancas se le notaba cada uno de sus músculos así que cuando sus brazos me acercaron a él estrujándome sentí mis mejillas calentarme.

—Has jugado genial —sonrió, su mano pasó por  la mía y comenzó a jugar con mis dedos. No era la primera vez, cuando estábamos estudiando en su casa a veces lo hacía, pero era en privado no creería que lo haría aquí.

—Gracias Lilith, me ducho y me cambio, luego vamos a tu casa para que te cambies y nos vamos de fiesta —asentí.

Se fue hacia el vestuario, yo cogí dirección al parking donde estaba su coche aparcado. Me había dejado las llaves antes del partido para que no pasara frío mientras lo esperaba. Mason apareció a los diez minutos cambiado y al verme me saludó acercándose al coche, yo bajé la ventanilla para felicitarle.

—Enhorabuena —le comenté mientras él se apoyaba en la puerta.

—Gracias, ¿Vas a ir a la fiesta? —asentí —entonces espero poder hablar contigo allí —iba a decir algo, pero oí la puerta abrirse. Supe que era Kai por su olor tan característico —nos vemos Lilith.

La ventanilla se volvió a subir y me giré para ver a Kai, llevaba el pelo algo mojado y despeinado, llevaba puesto una sudadera blanca con unas letras rojas detrás y unos vaqueros. Estaba guapo.

En casa él se dedicó a cocinar unos sándwiches para que cenásemos antes de ir a la fiesta, yo me vestí con rapidez poniéndome unos pantalones negros que me quedaban muy bien según mis amigas y luego una camiseta con la espalda descubierta. Cogí abrigo, pero iba a dejarlo en el coche de Kai.

Al llegar a la casa donde se hacía la fiesta Hazel me ofreció un vaso y de nuevo Kai se llevó toda mi atención cuando posó su mano en la parte de debajo de mi  espalda.

—No bebas mucho y llámame si necesitas cualquier cosa —le sonreí, el me plantó un beso en la frente y se fue entre la multitud saludando a algunos compañeros de su equipo.

No iba a beber más de ese vaso así que para entretenerme arrastré a Astrid al centro para bailar un poco. Tess me había contado que esta noche tenía casa sola así que había quedado con su becario para disfrutar de la noche y Hazel había desaparecido.

—Lilith —vi a Mason enfrente de nosotras y Astrid, la traidora, levantó las manos y se marchó de allí no sin antes guiñarme el ojo —vamos a hablar —ofreció su mano, la acepté sin ningún problema y nos fuimos hacia uno de los sofás.

Él comenzó a hablar del partido, al parecer había unos muy buenos ojeadores que seguro podrían estar interesados, pero en un momento mi atención se centró en la cabellera rubia que paso por mi lado agarrado de la mano de una chica pelinegra. Era Kai, con una chica. ¿Sería ella su chica?

Me centré en la conversación muy pegados que estaban teniendo, él estaba apoyado en la pared y sonreía un poco de lado mientras la chica reía por alguna estupidez. ¿Por qué sentía eso?

—Lilith ¿estás bien? —me preguntó Mason, giré mi cara de nuevo hacia mi amor platónico. Me miraba con una pequeña sonrisa, asentí y me volví a centrar en lo que estaba contando. Quería estudiar medicina así que debía conseguir una buena beca por eso este año se habían empezado a tomar enserio el beisbol.

Mi vista, inconscientemente, volvió a donde estaban Kai y esa chica, en un giró de su pelo y su cuerpo pude ver quien era. Ivy Dagger, era una animadora, una buena amiga de Olive. Se había acercado más a Kai. Tenía una de sus manos puestas en su sudadera y ella parecía más seria.

Vi como ambas bocas se acercaban, se estaban besando, ahí en medio de todo el mundo. Las manos de Kai fueron a su cintura y las de la pelinegra hacia su nuca. Sentí una pequeña punzada en mi pecho, pero negué, mentalmente y volví a girarme hacia Mason.

Estaba ahí con una sonrisa mirándome y joder, me revolvieron tantas cosas dentro de mí que no pude hacer otra cosa que lanzarme a sus labios. Me lancé a mi crush.

Su mano pasó rápidamente a mi cintura y me movió con facilidad para que me sentase encima de él, noté mis mejillas sonrojarse, pero me dio igual. Mason besaba bien. Joder besaba bien, podía notar cierto sabor en sus besos a tabaco que me echaban un poco para atrás, pero no quise apartarme hasta que necesité aire.

Su frente se apoyó en la mía y me miró con una sonrisa. Sentí un escalofrío por mi espalda cuando su mano paso por ella y lo hizo reír. Sonreía un poco atontada por toda la situación, pero en seguida me aparte siendo consciente de la actuación que había hecho.

—Tengo que irme —le dije separándome de él.

Mason no pareció tener intención de irse y cuando pasé por el lado de Ivy y Kai mi insistió me obligó a empujarle un poco. Salí de allí completamente confundida y solo se me ocurrió llamar a mi hermano para ver si él podía llevarme.

—Estoy en casa de una chica, ¿Los Cooper? —hermanito si supieras que acaba de dar todo un espectáculo en el sofá de la fiesta con uno y no sabía lo que sentía por el otro ni si quieras me dejarías acercarme a ellos.

Cogí la acción más fácil. Volver sola hasta mi casa y rezar para que mis padres estuviesen despiertos o alguna ventana abierta o tendría que dormir en la calle porque mi abrigo lo tenía Kai en su coche y no quería saber nada de él.

Me había engañado, me había dicho que la chica era especial, que no era una simple animadora y que sería difícil, me sentía engañada y yo había confiado en él mientras él se reía de mí.

Respecto a Mason también tenía mil ideas sobre él en la cabeza, y todas llevaban a lo mismo, había sido tan estúpida como para besarle en medio de todo el mundo.

Al llegar comprobé que la puerta de atrás estaba abierta, seguramente la habría dejado mi hermano así que la dejé tal y como estaba y subí hasta mi habitación más confundida que nunca.

JUEGO DEL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora