Capítulo XIII

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Las vacaciones de navidad habían acabado y teníamos que volver al instituto. Después del viaje de chicago no vi a los hermanos Cooper mucho más, pero sí que pude hablar con Kai por mensaje.

Habían estado ocupados así que no salieron, yo aproveché para estudiar y adelantar trabajos, además que había comenzado una buena rutina de ejercicios en el sótano, donde mi hermano se dedicaba a hacer pesas y mientras yo lo intentaba.

—Buenos días —saludé a Hazel, ella me sonrió y aunque no pasé por alto el chupetón que llevaba en el lateral del cuello preferí no hacer muchas preguntas porque conocía a Hazel y ella me lo explicaría cuando estuviese lista.

—Tess ha dicho que llega más tarde, vamos entrando —Astrid tiró el cigarro y nos siguió.

Las primeras clases se hicieron algo aburridas, y más sin Tess que por lo menos si me aburría nos íbamos juntas de clase para hablar sobre cualquier cosa. Todavía no había visto ni a Mason ni a Kai, pero no era lo que más me importaba.

—Lili, ¿puedo hablar contigo después de clase? —miré a Tess.

Había llegado a la hora del almuerzo y parecía feliz.

—¿Comida en tu casa? —pregunté y ella asintió.

El resto de la mañana me saludé con Kai que parecía concentrado en algo que no pude averiguar durante la clase de historia por muchas preguntas que le hice y luego con Mason a la salida que me sonrió desde la lejanía donde estaba junto a Olive así que simplemente no le saludé. Me negaba a saludarle.

Caminé hasta el coche de mi Tess y una vez allí nos fuimos en su coche hasta su casa, la sorpresa me la llevé cuando estaba Nash en la puerta de casa. Miré a Tess sin entender nada y luego a Nash.

—Estamos saliendo —comentó Tess.

¿Era él, el becario? No me molestaba, en verdad me alegraba por los dos, Tess era mi mejor amiga y Nash merecía ser feliz, aunque él no lo creía y sabía que Tess podía ayudarle. Abracé a mi amiga y me bajé para saludar a mi mejor amigo.

—¿Desde cuándo? —pregunté.

—Dos meses, pero no queríamos contarte nada porque se no funcionaba no queríamos hacerte elegir, somos tus mejores amigos y no queremos que te separes del otro.

Sonreí y les abracé. Durante la comida me contaron como empezó todo y luego decidí irme y dejarles a ambos, además me había llegado un mensaje de Kai ofreciéndome ir a su casa a estudiar así que caminé hasta su casa no muy lejos de la de Tess.

—Lili, no sabía que estarías aquí —me dijo Mason, que abrió la puerta.

—Vengo a ver a tu hermano —comenté viendo a Kai bajar las escaleras por detrás.

—Manchas, que alegría, venga subamos, necesito tu ayuda desesperadamente.

Me sorprendió que agarrase mi mano, pero tampoco me quejé ni me aparté porque se sentía cómodo y familiar que me gustó. Antes de terminar de subir miré a Mason, que miraba nuestros dedos entrecruzados con una mueca. No entendía como podía parecer que ciertos gestos de su hermano le molestaban, pero por otro lado pasaba de mí y se iba con Olive.

—¿Por qué necesitas mi ayuda? —pregunté sentándome en su cama.

—Manchas siempre la necesito —se tumbó a mi lado y me atrajo a él.

Mis manos quedaron en su pecho y apoyé mi mentón ahí mientras le miraba con una sonrisa, no entendía porque me sentía tan a gusto con Kai, incluso mi madre me había preguntado si éramos algo, obviamente negué toda acusación de su parte, porque por mucha confusión que pudiese tener yo estaba plena y absolutamente enamorada de Mason.

—¿Cómo vas con esa chica? —le pregunté en un intento de descubrir algo más sobre ella.

Aunque nunca se lo diría, debía confesar que tenía una lista entre mis apuntes que el nombre de todas las chicas de nuestro curso ya había descartado a varias, y poco a poco intentaba dar con la indicada.

—Bien, intento pasar con ella el máximo tiempo posible.

—Eso está bien ¿no? —asintió y pasó su mano por mi cabello, a pesar de que no debía de sentir nada y mi corazón no debería acelerarse lo hacía. Pero me obligaba a recordar que Kai estaba detrás de una chica y que estaba Mason.

Mason era perfecto, pero Kai ¿Qué me pasaba con Kai? Cuando había comenzado a sentir cosas por él. no lo sabía, pero debía olvidarlo cuanto antes porque no podría salir bien nunca. No debía olvidar que Kai era ese chico que me molestó durante años y que siempre andaba detrás haciéndome rabiar.

Me alejé de Kai rápidamente y él me miró extrañado. Me aparté de su cama y me senté en el escritorio.

—Hemos venido a estudiar Cooper, no ha dormir —comenté seria y si él notó o no mi cambio de voz tampoco comentó nada porque asintió y se sentó en la mesa que había dejado al otro lado.

Nos pasamos un par de horas estudiando, siempre que él sacaba otro tema yo me alejaba y volvía al estudio, debía poner una barrera entre nosotros y él debía notarlo. Prefería a ese Kai que me molestaba y me hacía odiarlo porque no estaba confundida con mis sentimientos ni si quiera me sentía confundida con los sentimientos hacia Mason, cosa que sí que me pasaba ahora.

—Debería irme —comenté buscando mis zapatillas. Kai pareció extrañado, pero asintió.

Antes de que saliese de su habitación oí su pregunta —¿Qué te pasa Lilith? —pero no quise responder así que cerré la puerta.

Al bajar las escaleras me sorprendí al encontrar a Mason, normalmente estaba por ahí, probablemente con Olive o con un porro en la mano, pero verle sentado en el sofá mirando el móvil con el pelo mojado me hizo estremecerme.

—Lilith, quería hablar contigo —comentó al notarme. Dio la vuelta al sofá y se acercó a mí. Abrí la puerta dispuesta a huir, pero él agarró mi muñeca un poco más fuerte de lo que debía, lo notó por mi cara y la soltó enseguida —lo siento.

—¿Qué necesitas Mason? —dije cansada de los dos hermanos, cansada de los Cooper.

—Quería disculparme contigo por lo del otro día, y bueno por lo de ahora —mi mano fue a mi muñeca, no le pasaría nada, pero ahora estaba algo roja.

—No hay de que Mason —le comenté y me di la vuelta dispuesta a irme.

—¿Quieres salir conmigo? —me giré confundida, —como una cita, te lo debo.

Pensé en Kai, tenía que aclarar mis sentimientos, y tal vez era la mejor opción para hacerlo así que acepté sin pensarlo mucho más.

JUEGO DEL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora