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Soltó un suspiro y relajó los hombros. Estaba agotado, había sido un día cansado para su adolorida espalda y sus manos se volvían cada vez más frías después de estar todo el día en el agua. Avanzó hacia la habitación y encontró la luz de la lámpara encendida, como siempre.

JiSung solía dejar esa luz encendida cuando sabía que MinHo llegaría tarde. Una mañana se lo confesó. Se sentó en la cama, observando cómo el bulto bajo las sábanas se movía un poco, revelando su rostro y permitiéndole admirar sus delicadas facciones.

Pero esa admiración duró poco. Una ráfaga de viento acarició la piel de su espalda al descubierto y frunció el ceño. Giró para confirmar lo que sospechaba: la ventana estaba abierta hasta la mitad. Se levantó rápidamente y la cerró, suspirando con la esperanza de que el frío viento no perjudicara a JiSung.

Luego regresó a la cama y se puso su ropa de dormir, abriendo las sábanas y metiéndose en ellas. Sintió que el cuerpo a su lado se movía, abrió los ojos y se dio cuenta de que los dorados ojos lo observaban nerviosos. Giró su cuerpo de costado, apoyándose en su antebrazo y codo izquierdos. Sus ojos se encontraron con intensidad y sus miradas parecían mezclarse en un momento íntimo.

MinHo siente una gran curiosidad por JiSung, especialmente por sus ojos tan únicos.

―Él fue tu novio, ¿verdad?

Pudo notar la inseguridad en esas palabras. De repente, las palabras de Chan se instalan en su cabeza y su corazón late desesperado en su pecho. No responde, pero su expresión dice mucho a JiSung, quien asiente cansado y se tapa más el rostro con las sábanas.

―¿Arruiné todo?

La voz temblorosa de JiSung llena de preocupación cada célula del cuerpo de MinHo.

Él niega con la cabeza.

―No digas eso.

JiSung lo mira confundido.

―Sé que solo estás aquí porque quieres hacerte responsable del bebé.

MinHo no dice nada, simplemente aparta los mechones largos y ondulados del rostro de JiSung.

―¿No es así? ― espera su confirmación.

Lee asiente con cuidado, no puede mentirle, aunque ya sabe la respuesta. Pero las palabras de su primo se han incrustado en su cabeza.

¿Quería dejar a JiSung?

―No podría dejarte.

JiSung abrió sus ojos dorados con asombro. Sintió cosquillas en el pecho. Y por primera vez, MinHo elevó ligeramente la comisura de sus labios, lo que hizo que se sintiera afortunado de presenciarlo. Un rubor cubrió sus mejillas.

Pero luego recordar cómo MinHo le había sonreído mucho más ampliamente al mesero hizo que apartara rápidamente la mirada.

MinHo lo miró confundido. No entendía lo que estaba pasando.

JiSung tampoco se entendía a sí mismo. Tenía sentimientos muy confusos.

El silencio incómodo se hizo presente, al menos hasta que el pelinegro habló.

―Gracias ― dijo en voz baja, como si fuera un secreto.

El castaño sentía que lo decía como si fuera un secreto.

―Sabes que no podría dejarte sin tu almuerzo. Tu salud es importante ― su dulce voz reconfortó los oídos de Lee.

―No vuelvas a salir de casa solo, tu salud es aún más importante ― dijo MinHo con su voz ronca, tal vez debido al sueño, dirigiendo su mirada hacia el abultado vientre, que se podía ver ligeramente marcado en las sábanas gruesas.

―Entiendo, Lee... ― JiSung acarició sus propios mechones de cabello, suspirando mientras el sueño se apoderaba de su cuerpo―. Entonces, mañana deberás a acompañarme a la revisión del bebé, ¿irías conmigo?

JiSung sintió a MinHo tensarse por un momento y luego relajarse gradualmente. El mayor emitió un pequeño sonido afirmativo en respuesta a su pregunta.

―Mañana comienza mi descanso ― mencionó.

―Pensé que tu descanso no sería hasta dentro de una semana.

―Me lo adelantaron.

―Qué bueno, al menos así tu espalda puede descansar. Sé que últimamente te ha estado doliendo mucho.

JiSung sonrió solo para MinHo, como siempre lo hacía.

Porque él es como el sol, y aunque MinHo sea como el planeta más alejado y frío del sistema solar, JiSung solo gira a su alrededor. Es algo gracioso porque debería ser al revés.

Completamente sin sentido, pero así es su relación.

―Podríamos hacer esto más seguido.

MinHo se acostó nuevamente, esta vez un poco más cerca del cuerpo de JiSung.

―Podríamos hablar así más seguido por las noches ― dijo en medio de un bostezo.

El mayor lo miró durante unos segundos y luego asintió, escondiendo su rostro en la almohada.

JiSung cerró los ojos lentamente, pero luego los abrió al darse cuenta de que olvidaba algo importante.

―La cita es a las diez de la mañana, Lee ―dijo adormilado―. No nos vayamos a quedar dormidos... ― bostezó.

MinHo soltó una pequeña risa nasal. JiSung era muy tierno cuando estaba en ese estado.

―Duerme.

Aunque el pelinegro no pudiera verlo, JiSung asintió y colocó sus manos sobre su vientre, cerrando los ojos para finalmente poder dormir.

Vaya día que le esperaba.

❝Desire Of Love❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora