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Sus vacaciones habían llegado a su fin. No extrañaba eso. Su espalda volvía a doler en la parte baja, era insoportable. Odiaba tener un espacio de trabajo tan pequeño. ¿Quizás el antiguo lavaplatos también habría sufrido como él? ¿O era él el único enorme que no cabía? Bufó con frustración.

Tuvo que aguantar todo hasta su descanso, no tuvo otra opción. El receso comenzó después de una agotadora mañana, el restaurante estaba más lleno de platos, vasos y cubiertos de lo que recordaba. Para su suerte o desgracia, el restaurante estaba empezando a volverse popular.

Con cuidado, abrió el envase revelando su almuerzo. Su estómago rugió de impaciencia, demostrando lo ansioso que estaba por probar esa comida. Sin esperar más, sacó los cubiertos de su mochila y comenzó a comer casi vorazmente.

Hasta que una voz lo interrumpió por las espaldas.

―Hola, qué bueno tenerte de vuelta, Min―saludó con una suave sonrisa.

MinHo cerró el envase blanco con flores pintadas por JiSung. Lo guardó en su mochila aunque no había terminado de comer y estaba muriendo de hambre. Le daba vergüenza comer frente a otras personas, especialmente si ese chico estaba cerca.

―Hola, MinKi―le regaló una pequeña sonrisa―. No diría que es muy bueno para mí, mi espalda me está matando.

El chico asintió comprensivo, sentándose a su lado, pasando su brazo por sus hombros.

―¿Sabes? Deberías ir al doctor, podría empeorar.

―Lo sé, pero no tengo tiempo. Llego aquí por la mañana y salgo por la noche. Cuando llego a casa, tengo que cuidar de JiSung y cocinar juntos, luego dormir para volver aquí. Ya sabes cómo es.

―Entonces tal vez deberías pedirle permiso a mi tío, incluso yo podría ayudarte.

MinHo asintió cansado, pasando un brazo por su cuello y masajeándolo.

―Eso sería perfecto, gracias MinKi.

El chico mostró un ligero rubor en sus mejillas y sonrió―. ¿Sabes qué? Estaba pensando... ¿Qué te parece si después salimos a tomar un café?—preguntó con confianza, sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillando de anticipación.

MinHo lo consideró, rompiendo el contacto visual que tenía con el rubio, y asintió con cautela

―Está bien, pero solo por un momento. Necesito llegar a casa temprano, ¿de acuerdo?

El chico sonrió aún más ampliamente, se podía ver la emoción en él. A pesar de ser un hombre sofisticado con zapatos caros, parecía un niño emocionado.

―Perfecto, me parece genial.

Jugó con el cabello de MinHo por un rato antes de levantarse―. Nos vemos esta noche... Y por cierto, te ves bien con el cabello naranja.

MinHo pareció sonreír de lado, soltando una risa suave, y se levantó de su asiento. Tomó su mochila y regresó al fregadero.

―¿En que tanto piensas, Lee...? ― preguntó adormilado JiSung desde la cama, observándolo mirarse durante un largo rato en el espejo.

―En mi cabello ― respondió sin apartar la mirada de su reflejo, jugueteando con su cabello.

―A mí me gusta así, Lee, porque... ahm... te ves muy lindo.

Sonrió sin darse cuenta. El halago que recibió de MinKi por la mañana antes de irse se sintió bien. De los labios de JiSung sonaba más cálido, más dulce y más puro.

Dirigió su mirada hacia su almuerzo y lo volvió a destapar para terminarlo por completo. Todo continuó como siempre, igual de cansado y aburrido, hasta la hora de salida, cuando MinKi lo esperaba afuera.

❝Desire Of Love❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora