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MinHo aflojó su corbata y se quitó los zapatos para tomarlos y subir las escaleras hasta su habitación. Abrió la puerta de su dormitorio y dejó sus zapatos a un lado de la cama.

—Llegaste...

Asintió con una ligera sonrisa y se acercó al chico de ojos dorados, tomando asiento a su lado en la cama.

—¿Cómo les fue?

JiSung dejó el libro que estaba leyendo en la mesita de noche a su lado y trató de levantarse de la cama, pero MinHo lo detuvo por los hombros.

—Con cuidado — le reprochó.

Suspiró y volvió a apoyar su espalda contra la almohada en el cabecero de la cama. MinHo, dejándolo así, se apartó un poco y también se recostó contra el cabecero.

—¿Entonces? ¿Qué pasó?

—Ah... Estuvo mal, ella no quiso ceder, supongo que las cosas serán más difíciles a partir de ahora.

El pelinaranja mostró una cara de desilusión, el castañito abrió la boca y alzó las cejas.

—¿Cómo? Pero, pero todo ya estaba listo y...

MinHo soltó una carcajada que lo sorprendió.

—¿De qué te ríes? ― frunció el ceño, formando un puchero con sus labios.

―Era solo una broma, lo siento—giró su cuerpo para mirarlo mejor, y colocó una mano sobre su abultado abdomen—. Todo fue perfecto, ella se rindió ante las evidencias que presentamos, incluso parecía estar temblando de miedo... parece que no fue necesario llegar tan lejos. Afirmó que no quería escándalos en torno a su empresa, así que me permitió renunciar y aseguró que no interferiría si busco otro empleo.

JiSung se acercó para apoyarse en el amplio pecho de su pareja, y él lo envolvió con un brazo, besándole la frente.

―SullYoon insistió en que debía reembolsarme el dinero que me había estado descontando, o de lo contrario, haría pública la denuncia y dañaría su reputación. Claramente, HeeSeo no quería eso, así que me pagó. El cheque está en mi maletín.

―Como puedes ver, estás en desventaja. Tus socios se alejarán de ti si este caso se hace público y lo llevamos a juicio, sabes que perderás.

Con eso, SullYoon terminó de hablar y volvió a sentarse junto a MinHo. Se encontraban en la oficina de Choi HeeSeo, en compañía del abogado de ella.

―¿Entonces qué me dice? Podemos llegar a un acuerdo que no dañe su reputación, ¿no le parece?

HeeSeo parecía inquieta, aunque no lo demostraba abiertamente, MinHo lo percibía por su lenguaje corporal. Su abogado parecía igual de nervioso. Ambos se intercambiaron una mirada, el hombre se acercó y le susurró algo al oído, a lo que ella asintió resignada.

―Está bien, cumpliré con sus demandas, pero si esa denuncia se hace pública...

―No sucederá, a menos que usted nos dé un motivo para hacerlo — el rostro de SullYoon era serio, pero su tono de voz era burlón.

Tenía a la mujer en sus manos.

Todo salió a su favor, MinHo no podía dejar de agradecer a su hermana por la ayuda, aunque resultó ser más sencillo de lo que esperaban.

―Esa mujer es como un niño que roba un dulce y cuando es descubierto solo sabe llorar.

Ambos salieron por la puerta principal de la empresa, completamente satisfechos.

―Es solo una mujer amargada, que discrimina a los hombres doncel porque uno le quitó a su marido. Qué absurdo—comentó ella mientras subía a su coche, con MinHo de copiloto—. En fin, ganamos — volteó a ver a su hermano, satisfecha.

―Ganamos ― confirmó con una sonrisa―. A JiSung le encantará la noticia.

―Estoy seguro de eso, hermano.

Puso en marcha su lujoso automóvil.

JiSung acarició su pecho―. Ya me estaba preocupando.

―No debes hacerlo, no te preocupes. Con la ayuda de SullYoon, solucionamos ese problema, todo está bien―apartó la sábana del abdomen del castañito y levantó su camiseta, acariciando ahora con libertad la suave piel―. Además, debes estar tranquilo. SeungMin dijo que el parto está programado para dentro de dos semanas ― sintió una pequeña patada en su mano y sonrió junto a JiSung.

―Lo sé... No puedo creerlo, pronto tendré a mis bebés en mis brazos ― sus ojos dorados se llenaron de lágrimas que no pudo contener―. Ay, lo siento, estoy muy sensible últimamente ― se secó las lágrimas.

MinHo sonrió con ternura, cubrió nuevamente a JiSung y lo acurrucó entre sus brazos.

―Estamos bien.

Por un momento, se quedaron en silencio, disfrutando de la compañía del otro.

―Ahora estás desempleado, MinHonnie ― se separaron un poco para mirarse a los ojos.

―Lo sé, pero no te preocupes, con el dinero que me dio esa mujer, estaremos bien por al menos un par de semanas.

―¿Y cuando tengamos las niñas? ― lo miró con preocupación.

―Para entonces ya habré encontrado un trabajo, no hay duda de eso. Me encargaré de todo, no tienes que preocuparte.

JiSung acarició su mejilla y observó sus ojos verdes, luego suspiró y volvió a acomodarse en su pecho. En poco tiempo, ambos quedaron dormidos.

❝Desire Of Love❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora