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Trató de controlar su cuerpo y mente temblorosos. Debo decirle todo lo que descubrí en su ausencia por las noches, se dijo a sí mismo.

―Por favor.

―¿Sobre qué? ― dijo limpiando su rostro con cierta brusquedad, pero unas fuertes manos sujetaron sus muñecas, deteniendo la acción.

―Sobre nosotros ― bajó las manos del menor, y él con sus pulgares limpió delicadamente todo rastro de lágrimas en su rostro.

Sus ojos lograron conectarse.

―He hecho algo mal y sé que debemos hablar. ¿Podrías decirme cómo te sientes para que te distanciaras de esta forma? Necesito saber ― susurró decidido, necesitaba ser maduro y ser responsable por sus actos―. Déjame entenderte mejor, JiSung.

Sus ojos suplicaban con devoción que necesitaba su calor por las noches. Esos ojos suplicaban que necesitaba su cercanía. Sus labios se torcieron, cerró los ojos luciendo derrotado y pegó la frente en el pecho del hombre.

―No puedo... ―sollozó.

MinHo guardó silencio y con una mano elevó su rostro, que una vez más estaba cubierto por lágrimas amargas.

―Entiendo que para ti sea difícil confiarme esto, pero te suplico que me dejes saber qué pasa contigo... Con nosotros — y un sonido lastimero resonó en la habitación cuando las manos temblorosas de MinHo se posaron en su vientre, donde sus bebés crecían sanas y fuertes.

Era la primera vez que lo hacía.

―¿Hay un nosotros?

Sus rodillas parecieron debilitarse cuando observó una discreta sonrisa en los labios del hombre. ¿Esa era su respuesta? Estaba enamorado, y eso no era ni muy bueno ni muy malo para él. No lograba decidirse.

―Lee, traicionaste el respeto que había entre nosotros... ―soltó un jadeo lastimero cuando esos ojos verdes parecieron enamorarlo aún más―. Deja de hacerme esto, por favor... ―aferró sus manos a la camiseta del mayor―. Deja de cuidarme como lo haces, para luego rechazarnos ― dijo refiriéndose a su embarazo―. No lo hagas porque tampoco es algo que yo haya querido o esperado, pero sucedió... ¿Cuándo lo aceptarás, MinHo?―sollozó, sus mejillas siendo tomadas con suavidad por sus manos―. ¿Cuándo? Ya me estoy hartando de esperar algo que...

No dijo nada más.

Los ojos verdes que lo miraban con un sentimiento tan emotivo pasaron a cerrarse cuando las lágrimas lo atacaron, y posó su frente en el hombro del menor.

―Perdón... ―un pequeño sollozo se llevó el aire del menor―. No debí traicionar el respeto que nos teníamos con ese beso, yo lo siento tanto, JiSung. Te he hecho sufrir estos días, ¿no es así? Debería aceptar de una vez por todas que las cosas no volverán a ser como antes para mí, ni para ti.

MinHo estaba dejando su orgullo completamente de lado, aceptando su error en voz alta y frente a la persona más importante en su vida.

―Yo acepté que no te dejaría solo cuando me confesaste del embarazo, pero estos meses lo único que hice fue echarte la culpa inconscientemente de que mi vida no fuera como la esperaba.

Se arrepiente completamente.

―Perdóname por actuar como un niño asustado, pero me tienes tan mal siendo tan tú que me da miedo lo que siento por ti... Eso lo he entendido estos días sin poder observar tus lindos ojos. L-Lo siento tanto, JiSung... Tanto que debo aceptar que me gustas... Porque, carajo, me gustas. Me gustas desde la primera vez que te vi en esa fiesta hasta el día de hoy.

Y lo impensable pasó. Lee MinHo rompió en llanto entre los brazos de aquel hermoso hombre, que acariciaba su cabello y lo sentaba en la cama para ambos llorar en silencio.

―Siento mucho tardar tanto en darme cuenta. Soy un mal hombre.

―No, no lo eres―se separó y buscó los ojos del menor―. ¿Sabes? Yo tampoco nunca había pasado por algo así, Lee―una pequeña mano acarició su mejilla empapada—, pero para ti, desde el momento en el que te vi, supe lo que sentía hacia ti. Y sé que tú hace mucho lo sabías, ¿no? Solo que lo negabas.

MinHo solo asintió despacio.

Acarició su mejilla y con ella una lágrima perdida―. MinHo, a pesar de todo soy una persona que cree en las segundas oportunidades... Yo te quiero dar otra oportunidad y hacer las cosas bien, pero, ¿tú te la mereces?

Sus ojos no pudieron separarse, sus latidos corrían al mismo ritmo contra sus pechos, y los sentimientos eran más claros. No estaba seguro de si merecía su perdón, pero no pensaba alejarse del muchacho. No ahora.

―No quiero dejarte ir nunca más, pero aunque te repita mil veces lo mucho que significas para mí, el que tiene la última palabra eres tú. La decisión es tuya... ¿Me la merezco?

Ambas manos en sus mejillas, sus miradas conectadas y una pequeña sonrisa surcó esos rellenitos labios. El miedo recorrió a MinHo cuando no supo cómo interpretar esa sonrisa, pero el momento en el que unos labios suaves y calientes se juntaron con los suyos disiparon todo pensamiento o confusión en él.

El sentimiento de sentirse lleno y pleno del corazón lo hicieron pegar aún más sus labios a los contrarios que, en pocos segundos, se le hicieron tan adictivos.

Rodeó con sus brazos su cintura y lo apegó a él sin presionar demasiado su abultado vientre, ladeando el rostro y tornando el beso más profundo, lento y dulce. Hasta que JiSung se despegó tan solo unos milímetros, con la respiración agitada y las mejillas calientes.

―¿Es un sí?

Una pequeña y suave risa acarició sus oídos, haciéndolo sonreír grande y resplandeciente. El pecho de JiSung se calentó. Era la sonrisa más grande y hermosa que había visto en él. Sus ojos haciéndose más pequeños, con ligeras arrugas a sus costados, enseñando sus dientes delanteros sobresalientes y sus pómulos siendo inevitables de admirar, luciendo un color rojizo.

Era un momento único y esa sonrisa era dedicada solo a él. Solo por él.

―Lo es, MinHo.

Su nombre saliendo de los labios esponjosos e hinchados de JiSung, con sus bonitos ojos dorados y las mejillas encendidas, hicieron que su corazón latiera rápido.

Antes se habría enfadado por eso, pero hoy no. No con un ser tan hermoso como Han JiSung, con quien formará una familia.

❝Desire Of Love❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora