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Wang DaLu no perdió tiempo.
Tan pronto cómo se dió cuenta de la ausencia de Wang YiBo estuvo presente en las oscuras mazmorras que habían estallado, partió con un batallón entero, y las Bestias Espírituales del Reino Celestial directo al Demoníaco.
Wang YiBo por ninguna circunstancia se quedaría en el Cielo. Si lo que quería era encontrar a Xiao Zhan, en definitiva jamás lo encontraría dentro de la Capital Celestial, porque no estaría allí. Entonces, sus únicos lugares restantes serían el Reino Demoníaco y el Mortal. Si Xiao Zhan seguía vivo cómo una Calamidad, aún podría estar entre los Demonios de áquel lugar vívaz.
—¡Su Alteza!— exclamó una voz, corriendo por todo el pequeño Palacio, buscando a su Reina—. ¡Su Alteza, nos han invadido!
Tan pronto cómo eso fue dicho, Yang Zi salió de entre la oscuridad de un extremo, y Deng Lun del otro. Xuan Lu jadeó; la tela negra de su ropa estaba rasgada en el área de su brazo, y sangraba.
—A-Lu, ¿de qué estás hablando?
Agarrando su brazo dañado, Xuan Lu señaló a las afueras del Palacio.
—El Reino del Cielo. El Reino del Cielo ha abierto sus pórtales y nos invaden.
Tal cosa jamás había sucedido. El Reino Celestial nunca se había atrevido a pisar los territorios Malignos por el miedo a que el Príncipe de los Demonios, Xiao Zhan, regresara a terminar su maldición contra ellos. Algo estaba sucediendo para que ahora lo hiciesen.
Apenas Xuan Lu terminó de hablar, los temblores en sus tierras comenzaron. Las criaturas de su propio Reino que vivían bajo la tierra oscura sentían de principio a fin la maldad con la que el Reino enemigo aparecía en su territorio. Tanto la gobernante cómo Deng Lun tuvieron que dar la cara por su Reino, saliendo del Palacio para observar con angustia el enorme portal que se abría a partir de una de las Espadas Inmortales, pasando de él las Bestias Espírituales y toda la gente del Cielo, líderados por Wang DaLu.
—¡¿En dónde están?!
Fue lo primero que se escuchó ser emanado por Wang DaLu, con furia desvordándose de él.
El matrimonio supo a qué se referían, y palidecieron. Al parecer, Wang DaLu ya se había enterado que Wang YiBo había escapado de prisión.
—¡Den la vuelta y vayánse de aquí!— expresó la Diosa. No quería iniciar una guerra y poner en riesgo a su mundo.
Deng Lun no pudo ni reaccionar para cuándo flechas salieron disparadas hacía su dirección, rozando por el cuerpo de su esposa para causar un zarpaso en su brazo, y en su rostro. La Energía Resentida enseguida los rodeó de tal manera que el ataque regresó a los agresores hasta incrustarse las flechas en ellos mismos.
La ira de Deng Lun se encendió para entonces. Ver a Yang Zi sangrar, aunque sin quejarse fue suficiente para que su sentido racional se perdíera y órdenara a las críaturas oscuras que habitaban su Reino salir.
—Ya que se niegan a irse, ¡tendrán que hacerlo a la fuerza!— gritó él—. Todo áquel que trate de hacerle daño a mí esposa en su propio hogar, sufrirá las consecuencias.
Las Bestias Espírituales del Cielo retrocedieron con temor, así cómo su propia gente en cuánto las críaturas oscuras, y de aspecto terrorífico del Reino Demoníaco rompíeron las tierras y salíeron de ellas, moviéndose ágil y escurridizamente entre ellos para hacer volar por los aires a sus víctimas.
—¡Detenganse!— gritó Wang DaLu desde la distancia. Montaba una de las Bestias, la cuál lo protegía de los Demonios—. ¡Ha escapado! ¡Lo resguardan y ahora nos atacan!
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Fall The Inmortality Of Love.
FanficEn medio de la Guerra entre el Reino del Cielo y Demoníaco, Wang YiBo, el príncipe Fénix menor, y Dedidad del fuego, perdió su Inmortalidad gracias a una indiscutible traición, siendo desterrado al Reino Humano. Entre su agonía, se encontró con Xia...