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Wang DaLu era inteligente.
El Rey del Cielo y de las Bestias se escabullía cómo una serpiente dentro de los calabozos en dónde Wang YiBo y Xiao Zhan residían, sufriendo por no saber dónde estaba el otro, y su muchacho.
Por si fuera poco, al único al que le mostraba el sufrimiento de Xiao Zhan y Wang FanXing a travéz de los Espejos de Agua, era al Príncipe Fénix. Para él era un deleite ver a Wang YiBo jalarse a pesar del dolor provocado por las cadenas y querer gritar, aún sabiendo que no podía hacerlo.
Wang YiBo lloró en silencio, viendo a Xiao Zhan temblar de frío y sollozar por el dolor que le causaba tenerlos totalmente lejos; no saber absolutamente nada de ellos. Pronto, entró en desesperación cuándo vió áquella celda ser abierta y un par de hombres con armaduras entrar, pateando a su amante para que los víera a la cara.
El Príncipe del Fuego se giró con agresividad hacía el Dios de las Bestias, quién lo veía con una sonrísa desde la pared cerca de los barrotes, cruzado de brazos. Con sus ojos repletos de miedo, llorosos y sus labios medio sangrados por haberlos mordido tanto, suplicó.
Sus brazos estaban echados hacía atrás, estirándose todo lo que pudo, aún arrodíllado.
'Por favor', quería decir.
—Es una lástima, hermano— musitó el Emperador— es una lástima que no hayas podido volver a poner tus Alas de Fénix para él- burló, viendo al Demonio cubrírse con miedo por sus Generales en el Espejo— no volvíeron a ser puestas, y mira ahora las consecuencias.
Por supuesto, Wang DaLu había dado la órden de que Xiao Zhan no podía ser golpeado así cómo lo hacía con YiBo por diversión. Por nadie más que sólo es. También era absurdo; sí lo amaba, ¿por qué tenía las ganas de querer corregirlo a base de golpes? Pero para él, eso estaba bien. Dicho sea de paso; aunque Xiao Zhan no era golpeado por quiénes entraban a su mazmorra, si lo torturaban con sus palabras y tirando de él con fuerza y empujándolo contra la pared.
'Por favor, no lo lástimen'.
Wang YiBo se dejó caer, viendo con lágrimas en los ojos a Xiao Zhan en el Espejo, cubriéndose la boca para no llorar. Entonces, volvió con Wang DaLu y rogó con su mirada y sus manos.
'Haz que paren, por favor'.
Cómo si Wang DaLu pudíera entenderle, ladeó la cabeza.
—Sabes que puedo hacer que se detengan.
Inevitablemente, Wang DaLu recordó esa ocasión en la que le dijo a YiBo que haría hasta lo imposible, hasta verlo rogarle que se detuviera. Tal parecía que el momento de ello había llegado.
Dominado por el pensamiento, no se dió cuenta de que Wang YiBo no lo miraba más, ni estaba al frente suyo. Por el contrario, estaba hasta la esquina de la mazmorra rasgando la tierra con rápidez y temblores en su cuerpo, hasta sacar a relúcir las cadenas enterradas y pares de cuero caliente en el sitio.
Con la respiración entrecortada, Wang YiBo volvió y extendió dichas cosas al mayor.
'Castígame con ellas. Haz conmigo lo que te plazca, pero déjalo en paz a él. Déjalos en paz a ellos...'
Wang DaLu entendió. Arrebató las cadenas y lo que parecían ser látigos de las manos de la Deidad menor, y sonrió con altividad.
—Si así lo quieres— dijo, después exhaló— que lástima que no puedas hablar, YiBo shidi... me encantaría escucharte que me imploras, y el cómo gritas en cada azote hasta completar los quinientos que daré para tí.
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Fall The Inmortality Of Love.
FanficEn medio de la Guerra entre el Reino del Cielo y Demoníaco, Wang YiBo, el príncipe Fénix menor, y Dedidad del fuego, perdió su Inmortalidad gracias a una indiscutible traición, siendo desterrado al Reino Humano. Entre su agonía, se encontró con Xia...