Capítulo 32: Hasta que llegue el momento.

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—El hijo del hombre que amo...— la Princesa Lu EnJie rodeó a un temeroso FanXing— que sorpresa ver que tuvo un hijo con ese estúpido Demonio de verdad— ella sonrió con demencia— pero qué alivio saber que tu madre no será al único que tendré que quítar de mi camino.

La mujer alzó la mano, dispuesta a abofetear al niño que cerró los ojos y se encogió en su lugar, esperando por el golpe. Sin saberlo, estaba igual que Xiao Zhan, amarrado de los tobillos y muñecas dentro de una gran residencia del Clan GuoYin Lu.

No recibió el golpe. En cambio, escuchó un jadeo por parte de la Princesa y abrió los ojos para ver por qué se había detenido. Miró a un hombre mayor agarrar la muñeca de Lu EnJie y mírarla con molestía.

—No lo tortures— dijo él— lleva dos días aquí, y ya te tiene miedo— soltó una risa. Bajó la mirada para verlo; FanXing mordió su labio inferior con temor— de todas formas se morirá, EnJie. Sólo déjalo aquí hasta que llegue el momento.

'Hasta que llegue el momento'. Resonó en la mente de Wang FanXing, antes de que Lu EnJie se quejara cuál loca mujer que era. Ella le brindó una fuerte patada que lo hizo ir hacía atrás y golpearse la cabeza contra el pilar de madera de la pared.

No podía ponerse pie tampoco, ni podía hablar. Un trozo de tela estaba entre sus labios evitando que pudiese formular palabras, sólo logrando hacer quejidos por ello. La poca Energía Espíritual que residía dentro suyo también fue sellada, dejándolo  en completa merced de todas las cosas que Lu EnJie estuvo haciéndole desde que despertó en ese lugar.

No sabía dónde estaba, ni dónde estaban sus padres y sus tíos. Lo último que recordaba era de pronto ver una flecha entrar en el pecho de Meng ZiYi, y ella perdiendo los estribos para protegerlo. Así mismo, LingHe y Xiao Wen tratando de cuídarlo de los que invadían su hogar.

Le dolía la mejilla, y cada parte de su cuerpo por haber pasado que, ¿cuatro, tres, o dos? menos lo sabe. Quizá hasta cinco días amarrado de tal manera en el suelo, con poca comida, sin su familia con él.

A-Niang...— susurró inaudiblemente, viendo a su al rededor— A-Die, ¿dónde están?

Si algo tenía en cuenta, era que si él estaba aquí, sus padres no estaban ni cerca. Ni en una mejor situación que él.

—¡FanXing! ¡A-Xing! ¡Estoy aquí!

Pero FanXing no podía escucharlo. Wang YiBo se lanzaba y gritaba al reflejo del Espejo de Agua que Wang DaLu creó para él, para que viera a su pareja e hijo sufrir de distintas formas sin que nadie los ayudara.

Él no tenía cadenas en sus tobillos, pero sí en sus muñecas. Su cara tenía pequeñas quemaduras y cortes producidas por la red de hierro que usaron en su contra cuándo tomó la forma de su Fénix, sus manos también tenían heridas que, por mucho que dolíeran, no se detenía a prestarles atención y en cambio seguía tratando de hacer que FanXing lo escuchase a travéz del Espejo de Agua.

—¡Wang DaLu! ¡Detente!— exclamó, respirando pesadamente— ¡Déjalos en paz! ¡Libéralos a ambos!

El pie de Wang DaLu se posó sobre su pecho, y lentamente, pero con fuerza lo empujo para que cayera.

—¡Ya, ya!— exasperado, lo calló— cállate de una vez. Deja de gritar, tu pequeño bastardo no puede escucharte.

—¡No te atrevas a llamar a mi hijo de ésa forma!

—¿O qué harás?— burló el Emperador. Cómo estaba de espaldas, se volvió ligeramente para verlo por el rabillo del ojo—con tus poderes sellados, amarrado, y sabiendo todo lo que puedo hacerles por mi mero gusto... no creo que puedas hacerme algo más que gritarme.

Fall The Inmortality Of Love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora