Hablemos

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Antes, fíjense qué cambie la portada, me costó un huevo hacer una qué me gustara. 😭

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Marizza en el hueco de la escalera se quedo unos minutos, donde unas solitarias lagrimas empezaron a recorrer sus coloradas mejillas.

Mientras pensaba en todo lo ocurrido, todo el proceso de sus inseguridades, todas las cosas que le dijeron que frente a las personas le rebotaban, pero en la soledad siempre le afectaban.

Luego escucho unos ruidos afuera. se seco como pudo las lágrimas, y respiro profundamente. Salió del hueco y se fijo que estaba Franco en el Hall hablando por teléfono.

— si, yo ahora voy a mi casa a dejar a mi mujer y luego regreso a la fábrica. — decía Franco de espaldas a ella. — si, está bien adiós. — corto y Marizza hablo.

— ¿Puedo ir con ustedes? — pregunto suevamente luego de cerrar la puerta de la escalera. Franco se dio vuelta exaltado por la voz.

La observó unos minutos y se fijo en sus ojos rojos. — ¿estas bien? — le pregunto acercándose a ella y Marizza de quedo quieta en su lugar.

Se mordió el labio inferior qué le temblaba, y nuevamente las escenas de lo ocurrido en la apuesta volvían a su cabeza.

¿Nunca lo voy a poder superar? — se preguntaba desesperadamente.

Como pudo asintió pero Franco no le creyó, su cara la delataba. — vos estuviste llorando. — afirmó y se acercó hasta ella para envolverla en un abrazo en el que Marizza solo se quedo con los brazos quitos a sus costados pero con la cara escondida en el pecho de franco, donde el sintió humedecer su camisa por las lágrimas silenciosas de la pelirroja.

— ¿querés venir a casa? — le pregunto luego de un rato, al ver como Marizza se separaba de el, esta apenada mientras se secaba la cara con la manga de la camisa, asintió y luego pregunto; — ¿puedo? — Franco sonrió y asintió.

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— me vio, Tomi me vio. — le decía Pablo a Tomás ya en recreo.

— bueno, calmate debe estar por alguna parte. — lo tranquilizaba su amigo, mientras lo ayudaba a buscarla por el colegio.

— si ya buscamos por todas partes. — se alteró.

— bueno, según Vico estaba con Mia y los Papás preguntemosle a ella. — dijo al ver a Mia pasar por el pasillo, Pablo camino rápidamente hacia ella.

— Mia. — la llamo y esta se dio vuelta. — ¿sabes donde esta Marizza? — le pregunto y Mia frunció el ceño.

— ¿no estaba con vos? — pregunto confundida.

— no y por algo te pregunto. — respondió obvio.

— no se, se había ido al Aula y ya no la vi más.

— ¿no tenes una idea de donde está? Es urgente.

— a ver espera.. — pidió y Pablo asintió. Mía saco su celular y Marco. — Hola Sonia. — saludo cuando contestaron del motor lado de la línea. — te llamaba para preguntarte si sabes donde esta Marizza. — espero un rato mientras asentía. — ahh ¿esta bien? — pregunto y Pablo se preocupo más. — si, está bien. Decile que si quiere hablar conmigo o algo que me llame ¿si? — espero un momento. — bueno, chau. — corto y miro a Pablo.

— ¿y? — pregunto impaciente el rubio.

— y nada, se fue con mi papá y Sonia a la casa ¿vos le hiciste algo? — le pregunto casualmente pero Pablo vio como sus ojos le decían "si le hiciste algo te mató"

— no.. — balbuceo. — mejor la voy a buscar. — hizo un ademán de avanzar pero Mia lo freno.

— será mejor que no, si se fue es por algo. Yo voy a hablar con ella si vas vos ahora y esta mal o enojada es capaz de terminarte. — advirtió y Pablo lo pensó, tenía razón. Marizza enojada no es algo a lo que todos sobreviven.

— ¿puedo ir con vos? — pidió y Mia lo miro. — dijo, me quedo esperando hasta que hablen. — puso ojos de cachorro y la rubia rodó los ojos.

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— hola.. — susurro Mia al entrar al cuarto de Marizza, viéndola en su cama hecha un bollito hasta que escucho su voz y se dio vuelta.

— hola.. ¿Qué haces acá? — Mia se sentó a un lado de ella en la cama.

— supe que algo te pasa y sabía que necesitarías hablar con alguien. — respondió y Marizza la miro a través de sus cristalinos ojos, Mia supo que algo la atormentaba. — ¿qué te pasa Marizza? Vos sabes que podes confiar en mi.. Le acarició el cabello y se acurrucó junto a ella.

— no se.. — se sincero Marizza en un susurro. — no se ni que me pasa, me siento rara, con un peso en el pecho qué aveces me cuesta respirar. — mía la abrazo sin dejar de acariciarle el cabello y la pelirroja le correspondió el abrazo.

— si sabes lo que te pasa, necesitas hablarlo para de una vez dejarlo ir.. — aconsejo la rubia y se quedaron un rato en silencio donde solo se oían las pesadas respiraciones de Marizza.

— lo que pasa.. — empezó a decir Marizza. — es que vi a Pablo con Tomás en clases viendo unas revistas.. — no hizo falta que siguiera por que Mia ya había entendido.

Pablito te voy a castrar. — pensó Mia.

— y yo lo vi y no se.. Sentí algo muy raro, por que siempre a mi me pasaban comparando con mi mamá, vos sabes que siempre fui la fea hija de.. Y un montón de cosas más — Mia asintió comprensiva, ya empezaba a entender. — ¿y si el en un tiempo encuentra  una chica mucho más linda y se va con ella? No se, me da miedo volver a sufrir.

— y eso a vos te causa inseguridad en vos misma. — dedujo Mia y Marizza avergonzada asintió. — Marizza ¿vos alguna ves te viste como sos verdaderamente? Sos una mina que siempre se jugo por lo que quiere, el orgullo de muchos del Élite, siempre salvas a muchos con tus bardos. te mostras tal y como sos, no dependes de nadie, aunque si me doy cuenta de la opinión de muchos. — Marizza la miro. — vos aparte de eso sos una chica muy linda, con una belleza natural, que dejame decirte es envidiable. No tenes porque depender de las opiniones de nadie, absolutamente nadie. Y sobre Pablo.. — siguió. — creeme en todo el tiempo que lo conozco nunca lo vi tan enamorado como esta de vos, cada vez que te mira ese brillo qué le sale en los ojos es completamente especial, como toda mujer quiere que un hombre la mire. Para el vos sos la chica más linda que pueda haber visto, no te tenes que dejar llevar por ya sea el pasado, o aunque sea un mínimo error. Tenes que aprender qué el Amor no es amor si no duele, tenes que aprovechar la linda pareja que son, y creo que también tienes que hablar con el. — en ese momento la puerta se abrió y Pablo entro.

— ¿podemos hablar? — pregunto.

— yo mejor me voy. — dijo Mia. — ya solucionen lo que paso por que si no la qué va a llorar soy yo. — sin más se fue y Pablo se sentó en la cama junto a Marizza.

Ayyy quiero una Mía.

Después tengo que corregirlo ahora me da flojera.

Lo que tengo en mente para esta historia espero y me lo perdonen 😥


Si supieras ~ Pablizza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora