Capítulo 15☕

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15 menta y cafe

El olor del omega era tan tenue como un pequeño beso de ángel en el aire, tan sólo las notas traviesas del galleta de coco se podían sentir en su nariz y hacía que un baile suave se sintiera en ella. Eran ligeramente más espesas e intensas, más de lo que normalmente serían para JiMin, estaba encantado, como no estarlo. Cuando el aroma del omega era tan fácil de perderse contra los demás. Lo que le preocupaba era que aquellas notas a miel eran amargas, ácidas para cualquiera, picando su garganta.

Algo estaba ligeramente mal, quizás era su intuición, quizás era la realidad. En el momento en que JungKook llamó, adelantando la hora en la que podrían verse para juntos reunir camino a uno de los tantos partidos de ese alfa, HoSeok. Él sabía que algo estaba mal.

Frente suya estaba JungKook, con el cabello ordenado como podía ser contra esos rizos. Sus ojos tenían un hermoso color, que JiMin cada vez estaría más y más impresionado de verlo ante él. Era una mezcla perfecta entre verde, azul y gris, un río a su merced. Era fantástico como un par de ojos serían una obra de arte misma frente a él. Más que cualquiera pieza exhibida en alguna prestigiosa galería.

JungKook parecía buscar las palabras, en verdad que lo hacía, pues abría y cerraba los labios como si todo y nada fuera suficiente.

-Puedes hablar conmigo de lo que sea -habló JiMin, con una sonrisa tranquila que era una forma de llamar la atención y desviarla de aquello que parecía consumir al omega.

El latido de su corazón era rápido, temía que se logrará oír contra el silencio de su alrededor. Si por dentro estaba en un colapso de emociones e ideas que jugaban con su mente, por fuera se veía pacífico y paciente. Quería que JungKook se sintiera seguro de hablar con él, y debía demostrarse relajado.

JungKook asintió, suave, moliendo su labio inferior contra sus dientes. Un color rojizo, como la misma granada, apetecible. De a poco, JungKook parecía sentirse más tranquilo, más seguro de sus palabras, y quizás sí, pero nadie tenía que decirlo en voz alta, pues JiMin intentaba soltar un poquito de más su olor, feromonas que parecían perderse pero intentar su cometido, sin que nadie se diera cuenta.

Y es que estaba a nada de ser punto de insultos y enojos cuando su alfa parecía levantarse, molesto de que aquel precioso omega se encontrará tan inseguro e intranquilo. JiMin en su desesperación, extendió su mano, una petición, silenciosa y tan íntima. Suya.

JungKook pareció no comprender al inicio, envuelto en su mente. Desviando la mirada, conectando con sus ojos y caer a su mano. Suspiró, quizás cuando la respuesta parecía aparecer con luces. Con cautela, alargó su mano, acercándola poco a poco a la de JiMin. Los latidos de su corazón eran un terror, JiMin sentía que en cualquier momento podía detenerse de lo rápido que iba.

El omega entrelazó sus manos sobre su regazo. Un tacto, suave, como la pluma de un ángel. Puro e intimo, inocente y mágico con un sólo roce.

JiMin no entendía como las cosas había cambiado tan rápido, y es que sentía que conocía a JungKook de toda la vida o esperaba que fuera para toda la vida. Cada día era una sorpresa nueva, un nuevo sentimiento desconocido del cual tomar el timón y explorar de él. Un despertar para ver el amanecer, así se sentía estar junto a él. Quizás apenas se conocía, y es que sabía que quedaba un largo camino que conocer pero aún así, se sentía tan suyo. Tan místico o hasta irreal. Su alfa parecía reclamarlo, llamando como suyo, como su compañero.

Y es que quizás era una locura, es muy joven, es muy inepto y aprendiz de la vida, pero sabía que podía si de él dependía mover lo que fuera sólo para encontrar una sonrisa de perlas, preciosa y dibujada en hoyuelos de JungKook.

Coffe Cream and Sugar彡 Jikook AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora