Capítulo 10☕

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🥮Capítulo 10:pastelillos de calabaza🥮

Tres días que se habían sentido como un infierno dentro de su cuerpo. La garganta la tenía hecha un desastre y sus músculos se sentía adolorido así como cada hueso. Sentía que en cualquier momento podría desfallecer sobre ese colchón. El dolor era un montón de alfileres sobre su cuerpo.

No tenía una noción de lo que había ocurrido, más allá de dolor y tortura. Cada nervio de su cuerpo había actuado y cada sensación se experimentaba más. Su cuerpo estaba llenó de rasguños por el desespero de lograr conseguir un poco de paz de su cuerpo, ahogado de tanta abrumación El dolor en sus entrañas era como miles de fósforos encenderse durante horas y sus labios estaban triturados por sus propios labios.

Las lágrimas salían por inercia, se sentía al límite, no había nada que lo moviera más allá de sus pensamientos. El salado gusto sobre sus labios rotos y llenos de llagas. Las suaves caricias entre sus rizos, con un siseo suave que no era más que eso para él.

—Necesitas darte una ducha, cariño, vamos hacerlo —le oyó decir a su madre, mientras seguía deshaciéndo los nudos de su cabello. JungKook asintió pero aún así se aferró al pequeño cojín entre sus manos.

Salieron con pasos cortos del pequeño nido que había hecho el omega. Su cuerpo se sentía temblar como un animal indefenso, cada músculo dolía apenas daba un paso. La intensidad de la luz del cuarto de baño lo cegó unos segundos, se había acostumbrado a las penumbras de su habitación tras los tres días de celo.
Sintió un montón de navajas sobre su cuerpo cuando su madre retiro la camiseta que llevaba puesta, doblando la prenda y dejándola a un lado. JungKook había pasado todo su celo con esa camiseta, la que JiMin le había ofrecido. Era algo que sin darse cuenta su omega se aferraba, creía que el olor almizcle sería un bálsamo, y sí lo fue, el primer día antes que el olor desapareciera contra el suyo y su omega se sintiera vacío como nunca en su vida.

Con esfuerzo logro sentarse sobre la bañera, contra el frío material y la lluvia artificial tibia que hacía contacto contra su cuerpo, haciendo que sus las tramposas lágrimas se lograrán confundir. Había tanto lo que su mente pensaba mientras sentía el jabón frotarse contra su espalda a manos de su madre.

El cansancio era un peso sobre todo su cuerpo, cada rincón estaba agotado. Por los supresores su celo se había atrasado más de dos meses de lo normal, pero grande error pues su llegada había sido lo triple de lo que recordaba. Los recuerdos son borroso pero los días y noches se sentían eternos, llenos de fluidos y mucho dolor que prefería dejar a un lado. Pero su mente estaba en lo mismo, con un peso en su conciencia. Había insitado a JiMin en su estado, estaba avergonzado, quizás la percepción que tenía sobre él la había roto por sus propias manos.

Patético

Así se sentía, torturandose con lo mismo. Apenas recordaba las cosas, era como la peor resaca que ni el mismo alcohol alcanzaba. Todo era una tormenta borrosa en su mente. El vago recuerdo de aquel lindo omega, YoonGi, trayendo de él a casa, otra vergüenza más que agregar a su lista de malas acciones.

Era su culpa, tenía que haberse dado cuenta desde antes. Estaba avergonzado, herido, cansado. Ni siquiera sabía con que rostro volvería a ver a Louis, había sido un omega patético y necesitado.

No podía detener las lágrimas, eran eternas y el botón de apagado estaba averiado. Sólo quería llorar hasta sentirse seco.

Había arruinado todo.

—¿Podrías detenerte un segundo?

JiMin giró a verlo, YoonGi le dijo, sentando sobre un banco detrás de la barra, robando el par de galletas de chispas de chocolate de la vitrina con las migajas en sus comisuras. Él gruñó, desesperado dejándose desplomar en otro del blanco.

Coffe Cream and Sugar彡 Jikook AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora