EPILOGO

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Cuatro años después...

—Alex, ten cuidado, se va a caer.

—Tranquila, hermanita, todo está bajo control.

—Mejor escucha a tu hermana —gritaba Sam.

—Kara la va a matar si se cae —decía Lena, mientras disfrutaba de un vaso de whisky.

—Lena, vete de aquí, sabes que no puedo beber —reprochaba Sam.

—No me iré

—Le contaré a tu esposa. —Amenazo Sam.

—¿Por qué pelean? —interrumpió Andrea.

—No puedo beber, y aquí está Lena con su vaso de whisky.

—Pues no, idiota, estás embarazada —respondió Andrea con una sonrisa burlona.

Las risas de las tres chicas resonaron por todo el lugar.

—La comida está lista, ¡todos a la mesa! —exclamaba Jeremiah.

—Alex, trae al pequeño —dijo Kara.

—Enseguida voy —respondió Alex—. Ven, Leo.

Leo tenía tres años, era un pequeño rubio con ojos esmeralda, heredando la combinación de rasgos de ambas madres. Fueron extremadamente cautelosas durante el embarazo, ya que el médico les advirtió sobre la importancia de tomar precauciones debido a la pérdida del primer bebé, lo cual añadía un componente de riesgo a la gestación.

—Vamos, cariño. Te lavaré las manos —mencionó Lena.

—Sí, mami. —respondió Leo

La reunión familiar se llevaba a cabo en el patio de la familia Luthor-Danvers, donde disfrutaban no solo de la deliciosa comida y bebidas, sino también de las risas compartidas entre todos.

En la tarde, se sumergieron en la alegría compartida de todos. Bailaron al compás de la música mientras los niños jugaban.

Diana y Andrea, colmadas de amor, dieron la bienvenida a su preciosa Atenea a través de un proceso de vientre de alquiler.

Winn y Mike, por su parte, estaban en pleno proceso de adoptar a un bebé, esperando con ilusión la llegada de su nuevo miembro.

Nia y Brainy, orgullosos padres, cuidaban con ternura a su pequeña de dos años llamada Nura.

Alex y Sam anticipaban con emoción la llegada de Ruby.

Mientras tanto, los demás experimentaban sus propias aventuras y afrontaban algunas rupturas en el camino como James, Barry, Kate y Sara.

La tarde llegó a su fin y todos se dirigieron a sus hogares.

—Pueden quedarse, de verdad. No hay problema —sugería Lena—. Ya es tarde para que regresen a Midvale.

—Gracias, pero preferimos dejarlas solas.

—Sí, es lo que quieren. De acuerdo —comentó Kara.

—Te llamaremos cuando lleguemos, hija —respondió su madre.

—Sí, madre, ten cuidado. Los amo y gracias por venir.

—No es nada, cielo. Yo también las amo. Y cuiden a este pequeño —dijo, dándole un beso a su nieto en la frente.

—Aios, Abu... —intentaba decir Leo.

—Adiós, pequeñito... —se despidió su abuelo con cariño.

El personal se encargó de limpiar el lugar.

Mientras tanto, ellas cuidaban del pequeño Leo. Después de asearlo, Kara le cantó suavemente para que se durmiera, mientras Lena observaba con atención a su esposa e hijo. Estaba profundamente feliz de tenerlos a su lado y anhelaba que su familia continuara creciendo. De repente, se imaginó teniendo otro bebé.

Mi Secretaria - SUPERCORP (G!p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora