NADIE NOS SEPARA

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Kara continuaba aferrada a la cintura de Lena, y la pasión que habían experimentado la noche anterior volvió a arder entre ellas con fuerza. El amor que compartían se hacía más profundo con cada momento compartido, como si estuvieran redescubriendo la intensidad de su conexión.

La noche, que comenzó tan romántica y llena de amor, se transformó en una habitación cargada de lujuria y deseo compartido entre ambas. Sus cuerpos ardían de pasión, entregándose por completo a la intensidad del momento.

Kara anhelaba la sensación de sus cuerpo fusionándose con el de Lena, extrañaba la forma en que hacían el amor, la manera en que Lena se adueñaba de su alma con pasión y delicadeza, cómo la tomaba con firmeza y cómo experimentaban juntas el éxtasis del placer compartido. Cada momento juntas era una experiencia que ambas ansiaban con fervor.

Lena despertó con suaves besos en la cara y respondió con pasión. Pronto, Kara estaba encima de ella, y sus manos se deslizaron por su cintura hasta llegar a sus glúteos, acariciándolos con firmeza mientras Kara gemía con cada toque. El calor del momento las envolvía mientras que Kara se frotaba más contra su miembro.

El amigo de Lena se encontraba erecto, listo para adentrarse en Kara. La rubia se estiró hasta la mesita de noche por un condón y se lo colocó cuidadosamente. Antes de eso su mano viajo de arriba-abajo llevando a Lena al límite de placer. La pelinegra la levanto un poco para colocarla encima de su pene. En donde comenzó a moverse de arriba abajo lentamente para después brincar desesperadamente.

Ambas anhelaban esa sensación en la que se volvían desconocidas y sus almas se fundían fogosamente. Extrañaban la parte erótica de amabas, en las que no les importaba absolutamente nada y se dejaban llevar por el deseo. El deseo carnal que las lleva al éxtasis.

Kara tuvo un squirt dejando el miembro de Lena empapado. Ambas llegaron en un grito sonoro que solo las paredes escucharon.

—Buenos días corazón —dijo Lena dejándole un beso en su frente.

Con la respiración agitada Kara respondió los buenos días.

—Estás bien? —preguntó preocupada la pelinegra.

—Todo está bien —respondió Kara con una sonrisa.

Se mantuvieron abrazadas en silencio por un rato, y luego Lena decidió romperlo.

—Kara.

—Dime.

—Cásate conmigo —dijo de manera inesperada.

Kara quedó momentáneamente sorprendida y confundida.

—¿Qué? —preguntó, buscando comprender lo que acababa de escuchar.

—Cásate conmigo. Sé que ambas hemos atravesado momentos difíciles, pero hemos salido adelante juntas. Y lo que sé con certeza es que no quiero a nadie más en mi vida que no seas tú. Has transformado mi mundo de una manera maravillosa —explicó Lena con emoción en sus ojos y voz.

—Soy mejor persona gracias a ti. —añadió Lena.

—Lena...—las lágrimas amenazaron en el rostro de Kara.

—Si? —preguntó Lena esperanzada — Aceptas?

La expresión de sorpresa de Kara pronto se transformó en una sonrisa radiante.

—Quieres que te lo pida como es acostumbrado a ser, quieres una cena romántica, lo haré. Quieres que te lleve al otro lado del mundo para pedírtelo, lo haré. Quieres...

—¡LENA! ¡SÍ, QUIERO! —exclamó emocionada Kara. —No hace falta que hagas nada más, sí, quiero, Len. —Y le dio un apasionado beso.

Lena se apartó un poco de Kara y tomó su teléfono.

Mi Secretaria - SUPERCORP (G!p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora