12 Buenas y malas noticias

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Durante unos segundos, nadie se atrevió a moverse ni a decir nada.

–¿Embarazada? –Astrid la miró de arriba abajo, sorprendida.

–Te lo dije –la voz de Snape les sobresaltó, pues mostraba cierto tono de inesperada satisfacción. Todos se giraron hacia él, sorprendidos por sus palabras, y los ojos de Astrid le fulminaron con indignación.

–¿En serio, Severus? –preguntó irritada–. ¿De todas las cosas que puedes decir, te decantas por eso?

Snape tomó conciencia de los ocho pares de ojos que continuaban fijos en él, y se encogió de hombros. Astrid volvió a volcar su atención en su hija.

–No le hagas ni caso –murmuró, ayudándola a ponerse en pie.

–No es posible ¿cómo lo sabías? –preguntó Kate, aun conmocionada.

–No es la primera vez que parte de la casa se viene abajo debido a los efectos de un embarazo mágico. ¿Podéis ocuparos de la pared? –preguntó Astrid, mirando a sus otros hijos.

–Sabes que no me refiero a eso. Es la primera vez que me ocurre –protestó Kate, mirando a su padre.

–Los vampiros te olieron durante el ataque de Glasgow –respondió él–. Hicieron comentarios acerca del olor dulzón que desprendía la medimago que escapó de ellos –Kate abrió mucho los ojos, y de forma instintiva se puso una mano sobre el vientre.

–Vamos a hablar de esto con tranquilidad –intervino Astrid, tirando del brazo de Kate.

Snape y Narcissa las siguieron, dejando a los chicos atrás. Cuando los perdieron de vista, Celine se encaró con Iván.

–Tú lo sabías ¿no? –preguntó, con voz acusadora. Él esbozó una expresión de culpabilidad.

–Si te sirve de consuelo, estaba intentando convencerla para que os lo dijera –se defendió él.

–A papá no le va a gustar nada –dijo Adrien–. Ya se enfadaba cuando iba a los ataques, imagínate como se pondrá ahora que sabe que estaba embarazada cuando se ponía en peligro.

–Por Merlín, ni siquiera les había dicho que tiene novio –Celine se frotó las manos, nerviosa.

–¿No habías dicho que tus padres ya lo sabían? –preguntó Draco, desconcertado.

–No, dije que mis padres lo sospechaban. No es lo mismo.

–¿Tú le conoces? –Adrien miraba a su hermano.

Iván evitó mirarle, aprovechando que estaba estudiando cómo reconstruir la pared.

–Le he visto un par de veces –confesó al final–. Kate me invitó a cenar en su apartamento para presentármelo.

Celine bufó, cruzándose de brazos, y Adrien también parecía decepcionado.

–Podrías haber dicho algo –gruñó ella.

–No era mi secreto, Celine.

–Pero ahora sí nos lo puedes contar ¿no? –insistió Adrien–. Se trata del novio de nuestra hermana, no de los secretos más oscuros de Quien-Tú-Sabes.

–Mira que sois pesados –masculló Iván, cruzándose de brazos–. Vale, os lo contaré, pero esta información no ha salido de mi boca. Y eso también va por vosotros –añadió, señalando a Harry y a Draco–. Se llama William Turner, es enfermero, es muggle, pero su hermano pequeño es un mago, por eso sabe de la existencia de la magia –explicó–. Se conocieron en el hospital donde trabaja mamá, cuando Kate hizo las prácticas antes de ser aceptada en San Mungo. Y sí, el bebé les ha pillado por sorpresa y no saben qué hacer ¿Estáis contentos?

La familia Snape (Severus x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora