Tentacion

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Se te podría considerar pecado, esa forma de mover tus manos sobres mis caderas.

Es una tentación constante, besarte, acariciarte.

Me encuentro devorando esos labios que parecen el dulce néctar de los dioses. Suaves y dulces, dóciles y potentes, trasmiten una sensación inexplicable.

Tus manos rozando mis caderas, más tarde, acariciando mis muslos, sin pausa pero sin prisa. Esta sensación hace preguntarme ¿estaré a la altura? ¿Sabré complacerte?

Mis pensamientos son interrumpidos, esa voz. Esa puta y sensual voz que hace que a cualquiera enloquecer.

Me dices -vamos a la habitación a mi habitación-, te sigo como un perro fiel, siempre a tu lado, pase lo que pase.

Subimos las escaleras, pasamos el interminable pasillo y por fin llegamos a la habitación, cielo santo, estaba todo listo, ya lo había previsto.

Se quita la chaqueta, me empuja sensualmente a la cama y solo rezo para estar a su mismo nivel.

Relatos del corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora