ㅤㅤ【奇跡の未来 ▶𝐌𝐈𝐑𝐀𝐂𝐋𝐄 𝐌𝐈𝐑𝐀𝐈】
ㅤ
【未来 ▶Mirai: Nombre de origen japonés que significa «futuro».】
ㅤ
La vida de 𝐌𝐀𝐒𝐀𝐘𝐎 𝐘𝐀𝐒𝐔𝐃𝐀 dio un giro inesperado luego de aquella tarde de verano. Ahora se encuentra atrapada en una situación totalme...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Buenos días!
Como ya es habitual, no hay respuesta. Aun cuando sé perfectamente lo que ocurre, no puedo evitar que mi cuerpo se tense durante algunos instantes, presa del pánico. Respiro profundo mientras me repito que es lo mismo de siempre, y para comprobarlo, me dirijo a la cocina a paso veloz.
Es bien sabido que la vida da muchas vueltas, y desde siempre me ha resultado increíble la manera en que las cosas pueden cambiar en tan solo un instante. Basta con una pequeña acción o una sola palabra para poner de cabeza el mundo de otra persona, tanto para bien como para mal. Y sí, lo digo por experiencia.
En efecto, hay una nota pegada con cinta en la puerta de la nevera («Buen día, dormilona. Ya sabes, tuve que salir temprano. Nos vemos más tarde»), con una cara feliz dibujada en la esquina. Suspiro, aliviada, y justo después una suave carcajada brota de mis labios. Todo está bien, de modo que me dispongo a prepararme para la escuela.
No diré que llevaba una vida de ensueño, o que siempre lo tuve fácil. Sin embargo, en aquel momento todo iba de maravilla; era simplemente... perfecto.
Dudo que algún día pueda desprenderme del sentimiento de nostalgia que me inunda cada vez que abro el pequeño armario y observo mi ropa, dejándome llevar por los recuerdos que acompañan a cada una de las prendas. Elijo un sencillo vestido de color lila y, como todas las veces, me quedo mirándolo más tiempo del necesario, siendo abrazada por el fantasma de días más alegres. Al poco rato, y antes de que las lágrimas me traicionen, me obligo a centrar mi atención en el reloj que cuelga de la pared. Todavía es bastante temprano, pero aun así decido apresurarme tanto como me es posible; momentos después ya estoy frente a la puerta del apartamento, colocándome mis zapatos y ajustando las correas de la mochila sobre mis hombros.
Quizá, demasiado perfecto.
Caminar en solitario puede ser lo mejor o lo peor del mundo; no hay punto medio. Hoy es uno de esos días en los que esa soledad me pesa, dejándome vulnerable ante desagradables pensamientos que en vano trato de ignorar. La mañana es fresca y hace un poco de viento; nadie en su sano juicio saldría de su hogar a estas horas por voluntad propia, pero lo último que deseo es quedarme a solas con todas esas sombras que se filtran por mi mente y crean un nudo en mi pecho. Suspiro con pesadez, añorando que la suave brisa pudiera llevarse consigo este horrible sentimiento que no me deja tranquila.
Pero claro, la perfección es algo que no existe, y la vida se encargó de recordármelo de una forma bastante peculiar.
Me detengo por un instante cuando al fin me encuentro ante las puertas de la escuela, pensando con amargura, al igual que todos los días, en lo irónico de mi situación. Me pregunto qué clase de mala jugada del destino será esta y si acaso habré hecho algo para merecerlo. Aprieto los puños justo antes de adentrarme en las instalaciones de la primaria Teitan.