2-Goblins...

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Tras recorrer el sendero y llegar al poblado, no tuvieron un momento de descanso pues se toparon con que los goblins estaban ya atacando el lugar. Lucy estaba tan cansada que no podía dar un paso más y le dio rabia que estuviera sucediendo aquello.

—Quédate aquí descansando, únete luego a la batalla—dijo seria Kagura mientras desenvainaba su espada.

Después de decir eso echó a correr no sin antes dejarle las mochilas a la maga celestial. Los dos primeros monstruos cayeron enseguida de un tajo haciendo que sus cabezas rodasen por el aire. Natsu se lanzó golpeando a todos mientras soltaba carcajadas, realmente se lo estaba pasando en grande atizando a cada uno de ellos. Lucy en cuanto estuvo un poco recuperada condujo a los aldeanos a un lugar un poco más apartado y seguro.

—¡Tomad esto!—gritaba el dragon slayer golpeando a otro grupo. 

Muchos de ellos se iban retirando mientras que los refuerzos llegaban. Ahora el grupo era de mayor estatura además de ir armados con porras de madera y objetos afilados. Kagura se deshacía de ellos con facilidad, se notaba la diferencia de poder.

—No dejan de venir—advirtió ella.

—Mejor...estaba aburrido en el gremio—se golpeó la palma de la mano.

Eso sorprendió a la joven, no creía que este tuviera esa impulsividad de arrojarse contra cualquier enemigo porque simplemente estaba aburrido de estar en el gremio sin hacer misiones.

—¡Natsu!—alertó la maga celestial señalando a lo lejos.

Un enorme goblin se aproximaba, vestido con una armadura y a sus pies un numeroso grupo de ellos, de distintos tamaños y de toda clase; exploradores, chamanes y otros tantos.

—No podremos proteger a todos de está manera—dijo Kagura viendo la diferencia en números.

—Yo me haré cargo de salvar el poblado—dijo Lucy sacando sus llaves.

—Yo te ayudaré a proteger a está gente—comentó una voz.

Al girarse, un caballero armado y listo para entrar en acción iba a aliarse con ellos.

—Conozco mejor que nadie a los goblins...—la seguridad en su tono hicieron que estos asintieran.

—Cuida de Lucy—dijo Natsu antes de ir corriendo hasta el enemigo

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—Cuida de Lucy—dijo Natsu antes de ir corriendo hasta el enemigo. No iba a esperar a que llegasen. 

—¡Espera Natsu!—gritó la joven espadachina después de derrotar a otros pocos y seguirle.

—¡ESTOY ENCENDIDO!—unas grandes llamaradas rodearon su cuerpo y de sus puños salió el fuego que carbonizó a los más cercanos.

La lucha dio comienzo...Natsu golpeaba todo a su paso mientras Kagura protegía la espalda del mago que atacaba sin cuidado. El gran goblin intentó golpear a Natsu con ataques muy veloces para alguien tan grande y que se pensaba que era lento. Pero el joven esquivaba con suma facilidad, se notaba la experiencia y agilidad. Eso enfureció al gran enemigo que intentaba por todos los medios acabar con este.

—No podrás conmigo...—dijo Natsu esquivando el último golpe.

El goblin alzó su mano con el arma en ella y la bajó con toda la fuerza que tenía debido a la rabia. Natsu ni se inmutó, recibió de lleno el ataque.

—¡Natsu!—gritó Kagura preocupada.

El resto de enemigos se quedaron viendo con una sonrisa antes de reírse a carcajadas.

—No eres tan fuerte como pensaba—se escuchó una voz del lugar.

Poco a poco el garrote fue alzándose y Natsu estaba sin un rasguño, levantando el arma sin problemas antes de desaparecer de la vista de ella y aparecer en el cielo, arriba de la cabeza de la bestia.

—¡Aquí se termina esto!—dijo antes de atizar con todas sus fuerzas la frente del goblin que aún seguía impactado por lo sucedido.

Acto seguido, la cabeza de este reventó en mil pedazos antes de caer muerto al suelo, aplastando a muchos de los suyos. Kagura aprovechó la distracción de estos para seguir matando uno a uno.

La imagen del campo se ve reflejada por dos sombras de personas que se mueven muy rápido mientras las cabezas y los cuerpos de los enemigos vuelan por los aires.

Finalmente, la batalla ha terminado y ambos magos regresan a la aldea empapados de sudor, sangre y el cansancio acumulado. No eran tan fuertes, pero era un grupo tan numeroso que pondría en aprietos a los mejores magos.

—Natsu, Kagura—dijo la rubia recibiéndolos.

El resto del poblado estaba ya limpio de cuerpos que ahora no muy lejos se quemaban en una pila para evitar que infecciones y bichos se acercasen al lugar. Ellos se dieron una buena ducha.

—¿Dónde está el joven?—preguntó Natsu—el de la armadura.

—Ah, se fue después de cumplir con ello, es muy fuerte—contó Lucy—ha salvado muchas vidas.

—¿Saben su nombre?, me gustaría invitar a que se uniera a nuestro gremio—comentó el pelirosa sentándose a comer junto al resto de la aldea.

La noche fue precedida por un banquete y una hoguera donde se bailaría alegremente. Kagura se sentó al lado de Natsu y este se quedó mirando a la gente disfrutar del momento.

—Todos están felices, ¿no es increíble?—Kagura volteó a ver al joven y se topó con su sonrisa.

—Todos están felices, ¿no es increíble?—Kagura volteó a ver al joven y se topó con su sonrisa

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Y fue en aquel preciso instante, donde la joven seria y recta Kagura...sintió como su corazón latía de la manera más fuerte posible. Algo que nunca había sentido hasta ese momento.

Continuará...


Acero derretido (Natsu x Kagura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora