4-Diversión en casa

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Era uno de esos días de lluvia y frío que tan poco gusta a unas personas y tanto a otras. Kagura se encontraba con Natsu, Lucy y Erza en casa de la joven pues ella a diferencia de las magas de Fairy Tail, contaba con un hogar sin tener vecinos. Un lugar algo apartado, muy tranquilo y cercano a la ciudad.

―Es como mi cabaña―comentó el joven dragon slayer.

―Si, pero mucho más ordenada y limpia―dijo Lucy.

―Al menos yo no tengo que pagar alquiler―replicó este con cara sonriente.

―Eso ha sido un golpe bajo―dijo la maga celestial llorando mientras Erza le pedía a Natsu que no se metiera con ella.

Kagura llevaba ropa informal de estar por casa y les ofreció unas galletas, pastitas y té. Ellos también habían llevado algo de picoteo y algunos juegos de mesa.

―Bien, jugaremos al uno―dijo Natsu sacando las cartas.

―Es demasiado sencillo y fácil para nosotros―comentó titania.

―Bueno, es adecuado para la inteligencia de Natsu―devolvió el golpe la maga celestial.

―Por lo menos la gente se divierte con ello, en cambio con tus libros aburridos y románticos...―ellos empezaron a discutir pero en plan amigos para terminar riendo.

Kagura sacó un juego sencillo y que a todos gustaría. Se acomodaron y fueron pasando los minutos mientras la espadachina trataba de elaborar una buena jugada para derrotar a Erza pues los otros dos habían quedado eliminados.

Finalmente tras realizar la jugada que pensaba que con ella podría ganar, Erza contraatacó y logró alzarse con la victoria. Kagura acabó llorando (en plan anime) mientras que la pelirroja se mostraba orgullosa.

―¡Quiero la revancha!―exigió Kagura.

Después de pasar un buen rato probando juegos y con la lluvia afuera disminuyendo, Erza y Lucy decidieron ir a comprar unas cuantas cosas para la cena ya que la maga les ofreció quedarse a cenar porque se estaba divirtiendo mucho.

―Dime Natsu, ¿cómo es vivir en el bosque?―preguntó ella para romper el hielo ya que se sentía algo avergonzada de estar con el joven a solas en su casa.

―Pues muy bien, es divertido―esbozó esa sonrisa tan suya―la tranquilidad del lugar me encanta y vivimos cerca de un río así que siempre puedo pasarme a pescar.

―¿Y no es peligroso?―preguntó curiosa pues sabía que en esas zonas vivían animales salvajes.

―Un poco, lo máximo ha sido...un oso que entró así que tuve que darle una buena paliza―dijo recordando con gracia la escena―el muy imbécil se comió todo el pescado que habías cazado durante esa semana.

Kagura soltó una pequeña carcajada viendo la actitud infantil de este.

―También me lo paso muy bien con Happy―comentó―es como mi hermano, uno más de la familia. ¿Y tú vives todo el tiempo aquí sola?.

―Ah―dijo sorprendida por la pregunta―sí, a veces es un poco solitario pero en muchas ocasiones está bien tener algo de intimidad.

―Yo siempre he pensado que cuantos más...mejor, yo no podría vivir solo.

Ella dudó un segundo en preguntar o no.

―¿Y no te ves con hijos o formar una familia con alguien?―este se quedó pensativo durante unos instantes.

―Bueno, aún soy joven, quiero vivir muchas aventuras―dio un par de golpes en el aire―quiero ver mundo y enfrentarme a muchos monstruos.

―Ya veo...

El timbre sonó y al abrir eran Lucy y Erza que se habían mojado un poco. La lluvia se había intensificado. A diferencia de ellos tres, Kagura si sabía cocinar, se colocó el delantal y empezó a hacer todo con algo de ayuda de Lucy quien sabía defenderse entre fogones.

―Kagura parece toda una ama de casa, estoy seguro que pronto encontrarás a alguien para cocinar―dijo Lucy entre risas.

La joven casi se corta un poco el dedo cuando dijo aquello. Le avergonzaba ese tipo de comentarios y más cuando el chico por el cual empezaba a sentir cosas estaba delante aunque él no lo viese.

―El tiempo está loco en los últimos días―comentó Erza mirando la lluvia durante aquella noche.

―Podéis quedaros a dormir―dijo Kagura―hay camas de sobra en las habitaciones de invitados, las chicas del gremio de confianza empezaron a quedarse a menudo así que reforme un poco para que no tuvieran que dormir en el sofá o en sacos.

―Ya veo―dijo Lucy―muchas gracias, la verdad estaba empezando a preocuparme por tener que regresar bajo la lluvia. Con este viento ir con paraguas no sirve de mucho.

―Eres muy amable―al decir eso Natsu con esa sonrisa, la joven volteó y dijo que no era nada, que lo hacia encantada por ellos.

La cena fue servida y enseguida se pusieron a comer lentamente pues Erza procuraba que Natsu no comiera demasiado rápido o cogiera algo de los demás. Debido a la tormenta, las luces parpadearon en unas cuantas ocasiones hasta que finalmente saltaron los plomos de la casa.

―Espera, te ayudo―dijo Natsu liberando una pequeña llama iluminando la zona―ahora puedes ir a por los plomos.

Pero estos no iban, Kagura comentó que regresaría la luz en un rato, a veces pasaba con ese temporal así que Natsu usó su magia en la leña de la chimenea para alumbrar y dar calor.

―Mucho mejor―Erza se sentó a mirar el fuego―es como estar de acampada.

―Si, salvo por los mosquitos, los peligros...―empezó Lucy a enumerar las cosas que solían ocurrir cuando se iban de aventuras y acampaban por las noches.

Estuvieron así un buen rato y pronto Erza y Lucy se quedaron dormidas. Kagura le contó cosas a Natsu ya que este dijo que no tardarían mucho en despertarse, era como en las aventuras donde se iban turnando. Cuando la espadachina quiso hablar de nuevo a este, vio que se había quedado dormido en su hombro, ni se había percatado.

―¿Qué hago?―pensó ella roja como un tomate―¿qué iban a pensar en ver al chico así en su hombro si Erza o Lucy despertaban?.

Intentó moverse pero eso hizo que Natsu se aferrase más a ella con sus brazos y por poco Kagura casi pierde el sentido por el sonrojo que tenía.

Un trueno cayó y despertó a los tres que dieron un pequeño grito. Al verse que se habían quedado dormidos se fueron a dormir ya que estaban cansados por los juegos y la cena.

―Buenas noches―se dijeron todos antes de irse a sus camas.

Durante la noche, Kagura escuchó algo y vio a Natsu salir del baño del pasillo. Este poco a poco se fue acercando a su cama y se tumbó a su lado.

―¡Natsu!―exclamó―¡te equivocas de cama!―pero él se había quedado dormido.

Ella nerviosa no sabía como reaccionar.

―¿Qué hago?―intentó levantarse pero Natsu la agarró tan firmemente que le era imposible escapar debido a la fuerza.

¿Cómo saldrá de está Kagura?.

Continuará...

Acero derretido (Natsu x Kagura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora