Acero derretido (Natsu x Kagura)

8-Fiesta

Elrick y Kagura iban moviéndose por el terreno esquivando los ataques. Natsu por su lado iba cargando una gran cantidad de magia en sus manos. El plan era sencillo pero difícil de llevar a cabo porque tenían que estar muy juntos. Los enemigos no parecían agotarse, su resistencia era mucho mayor de la imaginada pero estos no se rendirían.

―Solamente un poco más―pensaba el joven dragon slayer mirando el combate―aguanta Kagura...ya falta menos.

Ella se fue deslizando pero tuvo la mala fortuna de tropezar porque un trozo de la calle estaba en malas condiciones. Salió despedida contra el suelo y al caer se hizo daño.

―¡Kagura!―gritó este.

―¡No detengas tu ataque!―dijo tratando de levantarse―apenas me puedo mover y si fallas ahora no podremos ganar.

El joven estaba indeciso, si paraba ahora, tendría que volver a empezar. Pero sino, Kagura iba a morir por uno de los ataques de la bestia. Sus ojos se posaron en ella y vio como lentamente el arma del enemigo iba cayendo hacia ella.

―¡Kagura!―gritó este.

La sombra tapaba a la joven antes de caer y romper parte del suelo. Natsu gritó al ver la escena.

―Tranquilo muchacho―dijo una voz. 

Elrick cargaba en sus brazos a la joven espadachina.

―Ya me he encargado yo―en ese momento Natsu sintió como el ataque estaba ya listo―adelante, yo la alejo de aquí.

Ahora que estaban los enemigos juntos Natsu salió hacia arriba, los tenía en su alcance. Tras un grito de rabia, liberó las llamas de sus puños creando un poderoso círculo alto de llamas azules que rodearon a estos. El fuego era tan intenso y imbuido en magia que les resultaba imposible poder traspasarlo sin quemarse.

Poco a poco empezaron a notar todo el calor de estar encerrados y sus armaduras aumentaban los grados. Sentían cansancio y a medida que iban pasando los minutos cayeron de rodillas antes de desmayarse sudorosos. El plan había salido a la perfección ya que los requerían vivos.

Elrick llamó enseguida a las autoridades que acudieron pronto. Natsu cargó a Kagura en su espalda y la llevó al gremio donde la atendieron. El encargo fue llevado a cabo y les dieron una impresionante suma de dinero a los tres. El jefe estaba orgulloso y contento, así que celebraron una gran fiesta. Kagura sentada solamente tenía que tratar de no moverse. Natsu le trajo algo de comer y disfrutaron de una comida cuando vieron llegar a Elrick.

―Ey, lamento lo de antes, pero hemos tenido problemas con magos de fuera, simplemente quería comprobar que clase de magos erais―les tendió la mano.

―Todo olvidado―dijo ella―entiendo que han tenido que pasar por momentos difíciles y han tenido problemas con los de fuera.

―Pues si, hace poco nos robaron un importante cargamento de recursos que iban destinados a orfanatos―comentó―aún tratamos de dar con ellos―estaba preocupado―muchos niños se quedarán sin nada sino damos pronto con esa gente.

Natsu dejó de beber y puso la jarra en la madera de la mesa.

―¿Podemos ayudar en algo?―preguntó serio el joven―puede que mi olfato sirva para dar con esa gente.

―Difícil, la escena ya fue limpiada debido a la lluvia―respondió este cruzándose de brazos―necesitamos esos recursos y comida para los niños.

―Puede que podamos tenderles una emboscada―dijo Kagura―pensaremos en un plan para atraerlos.

―Si, y cuando demos con ellos los haremos cantar―Natsu apretaba los puños.

―Gracias―dijo este algo emocionado―uno de esos orfanatos es donde me críe yo. Mis padres fueron asesinados por monstruos...al igual que a muchas de estas personas―relató el hombre―la vida no es fácil y como gremio siempre aportamos lo que podemos a esos niños.

―Os tendrán en un altar―este asintió.

―Muchos luego siguen nuestros pasos para ganar dinero y ayudar a la gente. Si nos ayudáis lo agradeceríamos mucho―tenía los ojos vidriosos.

―Claro, cuenta con nosotros―Natsu esbozó una gran sonrisa y apretó el puño.

―Hasta que demos con un plan, será mejor divertirnos―añadió la espadachina alzando su jarra y brindando con ellos.

La fiesta duró hasta altas horas de la madrugada. Los dos disfrutaban del gran ambiente que había en el gremio aunque Natsu comentaba que era raro ver como no rompían nada a diferencia de Fairy Tail provocando una carcajada en la maga.

Natsu le contó a Kagura que en su gremio muchos no tenían familia ni padres y que por eso ellos mismos eran la familia de los demás. Era algo tan bonito que Kagura sonreía pensando en la gran suerte que tenían.

―Nunca entenderé como esa gente puede robar a unos niños―dijo Natsu―son la clase de gente que merece una paliza―se iba encendiendo por momentos hasta que ella le tomó de la mano para pedirle que se calmase, la gente mala siempre iban a estar, al igual que la buena para pararles los pies.

Como agradecimiento por la ayuda contra los enemigos y ofrecerse voluntarios para encontrar a esos ladrones, el gremio les cedió una habitación con una enorme cama. 

Natsu ya tumbado tenía muchas ganas de dormir y el sueño poco a poco le iba ganando. Daba ligeros bostezos mientras Kagura se tumbaba a su lado.

―Temía que fueras a morir―dijo este de pronto sorprendiendo a la joven.

―¿De verdad?

―Si, mi corazón por un momento dolía...y cuando te vi a salvo solamente suspiré por unos segundos...es la primera vez que siento que si alguien que no es del gremio moría mi vida se acababa.

Esas palabras llegaron al corazón de la joven pelinegra que pensaba que tal vez Natsu sentía algo por ella pero que debido a su forma de ser no comprendía lo que pasaba.

―A mi...me pasa lo mismo contigo―volteó su rostro a otro lado.

―¿De verdad?

―Así es...

Ambos se quedaron en silencio y un sonrojo se fue formando en sus rostros. Por suerte las luces estaban apagadas así que no podían verse el uno al otro.

―Bueno, será mejor que vayamos a dormir―dijo Natsu―¿no crees?.

―Si, mañana empezaremos a elaborar un plan para atrapar a esa gente

―Si, van a recibir una buena tunda.

Kagura no se durmió hasta pasada una media hora en la que pensó que Natsu si iba cambiando y podía llegar a enamorarse de ella. Algo que resultaba complicado poco a poco se hacia realidad aunque todavía quedaba saber si lo era realmente o el joven solamente estaba confundido.

Continuará...