5-Beso

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Kagura estaba despierta a esas horas de la madrugada. Se encontraba encerrada en el fuerte abrazo del joven dragon slayer que no la soltaba. Por suerte ella era fuerte ya que de lo contrario no sería capaz de soportar su fuerza. A pesar de ello, le resultaba imposible escapar.

―Natsu―trató de despertarlo―¡Natsu!―gritó un poco pero para que no la escuchasen en las otras habitaciones.

Suspiró, incluso mordiendo a este o dando un pequeño cabezazo, Natsu no se despertaba.

―¿Cómo demonios puede seguir dormido?―pensó ella pensando en otras formas de escapar, pero ninguna le era eficaz.

Se resignó porque no había forma humana de escapar de sus garras. Se le quedó viendo, su cara dormida le resultaba muy tierna y se quedó contemplando su rostro durante un buen rato, como hipnotizada.

―Es muy guapo―pensó sonrojada y con una sonrisa.

Se acercó lentamente a este, sabía que estaba mal, pero su corazón y mente eran una en pedir un beso. Solamente uno, queriendo comprobar sus sentimientos.

―Allá voy...Natsu―acercó sus labios y finalmente le dio un pequeño y corto beso.

Al separarse notó unos fuertes latidos en su corazón. A pesar de la brevedad la joven se sintió con mucho calor. Deseaba poder hacerlo más a menudo y con el joven tomado de su mano.

Poco a poco se fue quedando dormida y con él abrazado.

A la mañana siguiente al despertarse lentamente recordó todo y miró a su alrededor. Natsu no estaba. Salió a la cocina y allí estaba, jugando a un juego de mesa con Lucy y Erza.

―Parece que a alguien se le ha pegado las sábanas―comentó Natsu entre risas.

―Natsu...somos invitados, será mejor que te comportes―riñó Erza.

―Aye―dijo imitando a Happy.

Kagura desayunó mientras observaba al grupo formado por los tres jugar y pasarlo bien. Le gustaba ver esa imagen, a veces olvidaba que las cosas sencillas podían hacer muy feliz.

La mañana la pasaron allí metidos hasta que Natsu dijo que estaba algo cansado así que iría a buscar alguna aventura. Erza tenía que regresar a Blue Pegasus. Todos se despidieron de ella quien se fue muy cabizbaja.

―Venga, ¿qué hacemos?―preguntó Kagura―¿a dónde vamos de aventura?.

―Podríamos ir a por un gran enemigo―respondió el mago―¡tiene que ser enorme!―se echó a reír―¡quiero cazar uno que deje a Gray impresionado!.

―Podemos ir al gremio, allí habrá misiones―propuso Lucy.

Marcharon al gremio y allí se pusieron a buscar en el tablón de anuncios. Pero por desgracia no había ninguno con las características y especificaciones que buscaba el dragon slayer. Esto puso muy enfadado a Natsu.

―¿Acaso no hay un reto ni nada para mí?―gritó enojado hasta que una gran mano le aplastó.

―¡Guarda silencio!―dijo Makarov―¡la aventura está ahí fuera Natsu, no en los anuncios!.

Eso bastó para animarlo a partir en busca de una aventura.

―Prepararé las cosas y me iré―anunció.

―Iré contigo―dijo Kagura―es importante no ir uno sólo.

―Yo está vez pasaré―dijo Lucy―normalmente acaban muy mal para mí.

―Yo tampoco iré―dijo Gray―tengo que...―miró a Juvia―arreglar cierto asunto.

―Ten cuidado y no mueras ahí fuera Natsu―dijo Levy.

―No veo nada malo en ello―intervino Gajeel.

Así empezaron una pelea los dos hasta que Makarov tuvo que poner tierra de por medio para separar a los dos. Kagura estaba muy ilusionada porque iba a ir a solas con él. Tuvo que contener la emoción y tratar de actuar con normalidad.

―Prepararé las cosas―dijo Kagura yendo hacia Mirajane para que le echase una mano.

Natsu se fue a casa a por su mochila y equipaje.

Mirajane y Levy ayudaron a Kagura a preparar su mochila. Quería asegurarse de no dejarse nada para evitar males mayores luego en momentos de necesidad. 

Regresó al cabo de una hora con todo listo. Kagura revisaba todo una y otra vez porque no quería dejar nada al azar. Teniendo lo necesario, se marcharon por un camino hasta una ciudad lejana donde siempre solía haber trabajo para los aventureros. La idea era llegar a un gremio de aventuras que siempre cooperaban con los gremios de magos para hacer frente a una amenaza.

―¿Crees que tendrán alguna de dragones?―preguntó este emocionado.

―Ya no existen―dijo ella extrañada de que no se acordase.

―Cierto―agachó la cabeza pero enseguida la levantó―¡pero estoy seguro que habrá enemigos igual de fuertes que los dragones!.

―Eres muy optimista respecto a ese tema―comentó ella sonriendo―nunca pierdes la esperanza.

―¡Claro que no!.

Ahora entendía lo que una vez le dijo Erza. Natsu era la llama que siempre se mantenía viva incluso en la oscuridad siendo está incapaz de apagar el valor del mago. En el poco tiempo que llevaba junto a él, iba asumiendo que no le hacia falta el rango de maestro para saber que era el núcleo del gremio.

―Con mi fuego y tu espada seremos capaces de hacer frente a cualquier enemigo―eso sacó un poco los colores a la maga.

―Tampoco es para tanto...

―¡Por supuesto que sí, eres increíble con la espada!

―¿Tú crees?

―Claro, de hecho eres después de Erza la maga más fuerte que conozco.

Ambos siguieron hablando de ello durante una buena parte del camino. En cierto punto empezó a hacerse de noche así que se refugiaron en una pequeña cueva ya que habían caminado mucho por ese día. Kagura preparó la comida con la leña recogida por este quien usó su magia para prender los troncos.

―Me pregunto como será el gremio de aventuras...seguro que hay gente fuerte―dijo este muy emocionado.

―Natsu, no te emociones y menos luches con esa gente, queremos hacer amigos no enemigos.

Pero el joven mago ya estaba mirando la comida absorto en sus pensamientos y sin hacer caso a los comentarios que le daba Kagura.

Cenaron tranquilos mientras afuera escuchaban una fina lluvia y el viento. Kagura se quedaría haciendo guardia mientras este dormía.

Al verle dormir recordó la escena del beso, deseaba repetir pero sabía que estaba mal. Entonces escuchó un ruido afuera, algo o alguien rompió una ramita. Ella enseguida desenvainó la espada, lista para hacer frente a cualquier enemigo que intentase atacarlos.

Natsu ya estaba listo también pues estaba en pie aunque con algo de sueño.

―Huele a...un animal―dijo Natsu―aunque no estoy seguro pues está todo mojado y confunde el olor.

La espada brillaba en ciertos puntos gracias a la luz de la pequeña hoguera. Kagura respiraba lentamente, concentrada al máximo mientras el joven ya estaba con los puños listos.

Continuará...

Acero derretido (Natsu x Kagura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora