El Cadáver De Lee Felix | HyunLix

08. ¡Tú Eres El Otro Hombre!

—¡Me mentiste! —gritó Felix mientras empujaba a Hyunjin tratando de ocultar su llanto.

Jeongin y Kkomi observaban desde el escritorio lo que pasaba, Hyunjin y Felix aparecieron de nuevo en la librería y en cuánto llegaron,  Felix había empujado a Hyunjin para separarse de él. Jeongin podía imaginar qué ocurrió arriba pues Felix parecía querer llorar.

—Yo no te mentí. —Se defendió Hyunjin, ganándose una mirada enojada de Felix— Está bien, tal vez lo hice pero…

—¡Me mentiste para irte con otro hombre! —respondió con la voz algo temblorosa.

Hyunjin se sentía mal, pero todo eso era necesario.

—Felix, ¿es que no lo entiendes? Tú eres el otro hombre —dijo con un tono más suave.

—¡No! —Cuando volteó a mirarlo, Hyunjin se asustó —Tú te casaste conmigo, Hyunjin; él es el otro hombre.

—Él tiene razón, Hyunjin —agregó Jeongin desde donde estaba.

—Yo creí que eras sincero conmigo y que todo iba bien entre nosotros —Felix no resistió más y se soltó a llorar, se sentía demasiado frustrado pues ni siquiera podía soltar lágrimas.

—Felix, sabes que esto no puede funcionar —le dijo mientras lo agarraba del hombro.

—¿Y por qué no? —Felix quitó su hombro mientras intentaba con todas sus fuerzas dejar de llorar.

—Porque tú… tú no estás vivo, Felix. Tu corazón ya no late desde hace tiempo y mírate, ni siquiera salen lágrimas cuando lloras —dijo eso acariciando su mejilla para que lo mirara.

—Eso debiste pensarlo antes de casarte conmigo —dijo Felix mirando hacia un lado para ocultar el dolor que le causaron aquellas palabras.

—¡Entiende que fue un error! —Hyunjin no pudo más y una vez más, igual que cuando llegó al inframundo, le gritó a Felix —¡Yo jamás me casaría con un muerto!

Felix por fin lo miró de nuevo a los ojos y Hyunjin sintió como se le apretaba el corazón, el rostro de Felix lucía tan triste, se arrepintió en ese mismo instante de lo que había dicho, pero no podía retractarse, las palabras no salían. Sólo pudo ver cómo Felix se giró para irse de ahí, no dijo nada, sólo se fue en silencio y ambos jóvenes lo vieron alejarse entre la oscuridad del inframundo, el único que fue tras él fue el pequeño Kkomi.

Al llegar a su casa, se sentó sobre el sofá, ese donde Hyunjin había estado desmayado cuando llegó al inframundo, estaba perplejo ante todo lo que había dicho Hyunjin.

—¡Hey, Fefi! —Escuchó a Lia gritar desde la entrada —Te vimos llegar a casa, ¿y Hyunjin?

Eun Woo notó el semblante triste de Felix apenas entró —Lix, ¿qué sucedió?

—Creo que tenías razón Woo, esto no va a funcionar, fue una tontería desde el principio —dijo mientras recargaba su cabeza en el hombro de Lia —. Tal vez deba quedarse con ese joven vivo, de ojos brillantes y mejillas rosadas por la sangre que bombea su corazón.

—Pero si nadie tiene ojos más brillantes que tú, Lix —dijo Eun Woo con una voz cariñosa agachándose frente a él —. Y mira esas lindas pecas —agregó acariciando sus mejillas —, tienes las estrellas que deberían iluminar el cielo en tu rostro.

A pesar de que Eun Woo supiera que era imposible que Hyunjin se quedara y que no pertenecía con ellos, no soportaba ver a Felix así de triste, ni siquiera cuando llegó al inframundo recuerda haberlo visto de esa manera. Lo que sea que haya dicho Hyunjin lo había herido demasiado.